Visión a largo plazo de web3 | Punto de vista

El colapso de FTX, la posterior quiebra de BlockFi y la anticipación de lo que le sucedió a una serie de empresas similares con necesidades de financiamiento provocaron un tsunami reputacional en la industria de las criptomonedas, que devolvió el concepto de criptomoneda al dominio público. . De hecho, el término se ha convertido en tendencia en grandes plataformas digitales como Twitter y Google, cuyas búsquedas se han multiplicado a un ritmo vertiginoso en las últimas semanas.

El mercado también está sintiendo sus efectos, con diferentes tendencias que conducen a una caída en la capitalización del mercado global de las grandes criptomonedas a alrededor de 850 000 millones de euros.

Este caldo de cultivo ha sido el lugar ideal para que muchos usuarios y dudosos legisladores se atrevieran a predecir la fecha de finalización del naciente mercado de los criptoactivos. Pero también nos hace conscientes de la innegable prosperidad que han alcanzado las criptomonedas en menos de dos décadas —el manifiesto fundacional de Bitcoin, la primera criptomoneda del mundo, fue escrito por Satoshi Nakamoto en 2008— y las deficiencias regulatorias que deben tolerarse.

Sin embargo, para afrontar este reto tan importante es necesario combinar conocimientos financieros, informáticos y jurídicos para proteger una de las principales ventajas que la revolución digital ofrece a la sociedad: la capacidad de descentralización.

La tecnología Blockchain hace de las criptomonedas un método de pago seguro y transparente sin recurrir a grandes plataformas. Pero más allá, sus avances permiten financiar el desarrollo de web3 y, por un lado, poder comunicarse con usuarios de cualquier parte del mundo y realizar transacciones en el ciberespacio con una moneda totalmente virtual. Pero la magnitud de los cambios no se detiene ahí. A diferencia de revoluciones anteriores como web1 y web2, las primeras etapas de Internet que conocemos hasta ahora, esta nueva evolución esencialmente permite el surgimiento de proyectos de código abierto y protocolos descentralizados que abren la puerta a la tecnología inmersiva. Esto nos lleva a una realidad que no conocíamos hasta ahora.

A pesar de la información sesgada y los usuarios que se hacen pasar por verdugos, lo cierto es que estos protocolos han sobrevivido a la volatilidad del mercado porque no están controlados por grandes plataformas centralizadas (públicas o privadas) porque sus rasgos diferenciadores están en manos de la comunidad, lo que hace más accesibles estos acuerdos. y transparente Así que aquí, los principios de riesgo sistémico que se aplican a los sistemas financieros en el mundo real, el famoso demasiado grande para quebrar, donde los gobiernos o los reguladores del sector financiero no pueden permitir que los bancos quiebren, no se aplican. Es demasiado grande por temor a un efecto dominó que rompa el sistema. O, si lo llevamos al espacio de las redes sociales, sin jugadores como Facebook o TikTok que controlen los datos y el contenido generado por los usuarios, su caída significaría un apagón social para más de la mitad de la humanidad.

Por lo tanto, es un error insistir en que el declive de FTX y BlockFi marca el final de una era, como a muchos les gustaría creer. Su derrumbe muestra evidencia: la falta de una legislación adecuada y la obligación del Estado de transitar y reorientar su política pública en esta materia. Pero también expusieron la vulnerabilidad de un sistema que, a través de una combinación de computación, matemáticas y criptografía, elimina la necesidad de una autoridad central para transmitir confianza a los usuarios. Esta debe ser una preocupación primordial de los estados y las corporaciones multinacionales existentes a medida que la nueva economía se libera de su control al empoderar a las personas con mayor libertad.

Para que esta revolución llegue a todos lo más rápido posible, los legisladores deben crear un marco regulatorio que proteja a los usuarios y profundice la descentralización y democratización de sus operaciones. Se trata de personas, no de plataformas, y cuanto antes los usuarios recuperen el control de sus datos y su capacidad para monetizar sus talentos en la comunidad, antes dejaremos de ser rehenes de las grandes plataformas, ya se llamen Facebook o FTX. Para ello, es necesario empoderar a la sociedad a través de la educación financiera en todos los niveles educativos y proporcionar los conocimientos necesarios para poder explotar todo el potencial que ofrece web3.

Así que no hay mal que no sea bueno. Si bien la regulación de la industria parece lejana, 2024 podría ser el año en que la UE presente nuevas regulaciones para los criptoactivos al Parlamento Europeo, la Ley MiCA (Mercados en Criptoactivos). Si bien siempre ha insistido en que esa es la única forma de evitar la especulación, su avance parece haberse congelado en los últimos meses, práctica que ha sido puesta de manifiesto en varias ocasiones.

El declive de FTX y BlockFi debería ayudarnos a ganar impulso y aprovechar las oportunidades que nos presenta esta tecnología. Estamos viendo cómo surgen nuevas profesiones, nuevos sectores de la economía y nuevos modelos de negocios, totalmente financiados por criptoactivos. Preparémonos para este cambio con formación y conocimiento. Estos precedentes son solo el preludio de una revolución que requerirá apoyo institucional y regulaciones maleables para acomodar cambios que deben ser transversales para permear todos los niveles de la sociedad.

ángel marrón Es el CEO de Metapro Academy

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