España (y el mundo) en 1998 eran muy diferentes a los de hoy. El año en que Titanic hizo historia en los Oscar y ganó 11 estatuillas, todavía se pagaba en pesetas en nuestro país. Al otro lado del Atlántico, en los Estados Unidos, dos jóvenes ingenieros, Sergey Brin y Larry Page, lanzaron un sitio web llamado Google. Los DVD reemplazan para siempre a los viejos videos VHS y la Estación Espacial Internacional, a 400 kilómetros sobre la Tierra, comienza a operar.
En el mismo año, las ventas mundiales de teléfonos móviles se dispararon a un récord de 162.900 unidades. Orange, una empresa de telecomunicaciones aún desconocida en España, inicia operaciones en suelo español. Veinticinco años después, y un cuarto de siglo después, el operador ha contribuido a la digitalización y modernización de España con una inversión de más de 35.500 millones de euros.
El compromiso de Orange con el progreso nacional se mantiene intacto. En los últimos cinco años, la empresa ha gastado el 20 % de sus ingresos anuales en mejorar su programa de innovación y ampliar su infraestructura. Los datos respaldan este esfuerzo. Hoy, sus despliegues de fibra han cubierto casi 17 millones de hogares y empresas, con cobertura 5G que cubre el 80% de la población. De hecho, se ha convertido en el primer operador español (y el primero de Europa) en poner en marcha una red 5G+. La tecnología ya cubre el 30% del territorio y ofrece beneficios aún mayores: mejor cobertura en interiores, mayor duración y seguridad de la batería del teléfono, menor latencia…
Todas estas acciones dan testimonio de la contribución de Orange a la transformación digital de la sociedad y sus estructuras productivas y de las personas que dan a la tecnología todo su sentido. La reciente inauguración del Orange Digital Center en Madrid es un ejemplo. La Fundación Orange, iniciadora del centro, también celebra este año su vigésimo aniversario en España. Pretende cerrar la brecha digital de colectivos en riesgo de exclusión: desde jóvenes con dificultades de adaptación hasta mujeres en situación precaria y personas con autismo.
Ubicado en el centro de Madrid, el Orange Digital Center tiene como objetivo promover la inclusión y las oportunidades laborales de los más vulnerables y reducir la brecha digital.
El objetivo es permitir que todas las personas adquieran conocimientos y habilidades adecuados para el desarrollo personal, integrándose así en la sociedad, mejorando así las competencias profesionales y las oportunidades laborales. Estas nuevas instalaciones son también un punto de encuentro para emprendedores y start-ups, que tienen acceso a una variedad de prácticas y recursos para poner en marcha sus negocios.
bueno para el medioambiente
Otra de las prioridades de Orange es su compromiso con el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático. A pesar del aumento del volumen de negocios, la empresa pudo reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Ese número cayó un 57% solo el año pasado. De esta forma, Orange será neutra en carbono (emisiones netas de Alcance 1 y 2 utilizando compensaciones de emisiones) en España en 2023.
Entre otras actuaciones, la compañía seguirá reforestando el campo de naranjos de Ejourbe (Teruel), que fue destruido en el incendio forestal de 2009. Aquí se plantaron cerca de 37.000 árboles en aproximadamente 40 hectáreas, absorbiendo 9.750 toneladas de agua. dióxido de carbono. La meta de este año es llegar a 54 hectáreas.
Fomentar las energías limpias es otra de sus prioridades. La operadora anunció una inversión de 2,5 millones de euros en energía solar para uso propio. Instalará paneles solares en 33 instalaciones en 19 provincias para fines de 2024. Acelerará el despliegue de programas de reciclaje de dispositivos móviles en toda Europa para alcanzar el 30 % en 2025.
De cara al futuro, Orange sigue apostando por España. En su hoja de ruta, la compañía de telecomunicaciones reconoce que aún quedan muchos desafíos relacionados con la digitalización por abordar. Por ello, la multinacional y su fundación reafirman su compromiso de contribuir a la transformación digital, la transformación ecológica y la cohesión social. Estos tres pilares son los pilares fundamentales de sus actividades, en consonancia con las necesidades de un país y un mundo que enfrenta los desafíos del mañana con optimismo más allá de las incertidumbres de hoy.
Uno de los países más digitalizados de Europa
Desde 1998, las empresas del sector de las telecomunicaciones españolas han invertido una media de 5.500 millones de euros al año, lo que sitúa a España entre los países mejor conectados de Europa. Esta es una de las conclusiones del informe «El impacto de la Transformación Digital en España: 1998-2023», elaborado por Nae Consulting junto con la Fundación Orange. La pieza demuestra el avance «vertiginoso» que ha experimentado esta transformación en los últimos 25 años, y sugiere que entre 2017 y 2022 España ha alcanzado el séptimo puesto, por delante de Francia (12), Alemania (13) o Italia (18).
Impulsada por las telecomunicaciones, la digitalización del país aportó alrededor de 7.500 millones de euros al año al PIB del país entre 2013 y 2018, mostró el estudio. En cuanto a la conectividad, señaló que España ocupa el tercer lugar en el mundo en términos de acceso de fibra óptica como porcentaje del acceso total de banda ancha. En términos de despliegue de esta tecnología, solo países históricos como Corea del Sur y Japón pueden superarla.
A nivel de la Unión Europea (UE), España lidera el ranking de países con mayor proporción de hogares con conexión de banda ancha fija de al menos 100 Mbps. España entró en el top-3 de la lista de países con conexiones de banda ancha fija de al menos 100 Mbps, gracias al esfuerzo de los operadores de telecomunicaciones. La mejor conectividad de la UE. Si bien estas cifras reflejan el éxito del proceso de digitalización, todavía existen algunos grupos sociales que, a pesar de estos múltiples avances, aún no disfrutan de las ventajas de la tecnología. Tanto es así que solo el 64,2% de la población española tiene competencias digitales básicas. Este porcentaje aún está lejos del objetivo marcado por la Comisión Europea: al menos el 80% de la población debe tener estas habilidades digitales básicas. Mejorar las habilidades digitales de los ciudadanos es el mayor desafío para avanzar hacia la digitalización total. Por tanto, es necesario seguir creando oportunidades para que todos los ciudadanos tengan acceso a oportunidades de desarrollo, independientemente de su condición personal, social o profesional.
El informe también destaca que la brecha digital entre las zonas urbanas y rurales se ha reducido, del 18 % en 2004 al 4 % en 2022. El informe afirma que esta reducción, combinada con la mejora de las velocidades de conexión en las zonas rurales, está «teniendo un impacto positivo en la reducción de la despoblación en las zonas rurales».
El número de internautas diarios ha pasado del 16,1% en 2003 al 87,1% en 2022. La brecha digital basada en la edad en el acceso a Internet se ha reducido considerablemente en los últimos años, desde 50,5 puntos porcentuales en 2012. Para 2022, esta cifra alcanzará el 18 por ciento. Para los usuarios mayores de 74 años, la brecha en la proporción de usuarios globales es mucho más amplia, alcanzando los 58 puntos porcentuales el año pasado.
“La inclusión sigue siendo un gran desafío que las empresas, las entidades sin fines de lucro y la administración pública deben trabajar juntos si queremos completar la modernización de nuestra nación”, reconoció Daniel Morales, Director de Sostenibilidad de Orange y la Fundación Orange.