triunfo en la corte

La fiscalía de Manhattan decidió este jueves acusar al expresidente Donald Trump de delitos relacionados con contabilidad falsa y violaciones de las leyes electorales. Es la primera vez en dos siglos y medio de democracia estadounidense que un expresidente se enfrenta a la justicia penal. El terremoto judicial y político marca un cambio radical en la relación del país con sus instituciones, amenazando con polarizar PeriodistasdeGénero y tener implicaciones para las elecciones de 2024, que Trump espera disputar.

El caso data de 2018 y ha sido reactivado por el fiscal demócrata Alvin Bragg, elegido en las urnas en 2021. Se trata del pago de 130.000 dólares a la actriz Stephanie Clifford, conocida como Stormy Daniels, a cambio de guardar silencio sobre la supuesta Su relación sexual con Trump. El pago lo hicieron los abogados del magnate al final de la campaña electoral de 2016 para evitar el escándalo y fue reembolsado por los candidatos. Hay dos líneas de imputación: el fraude contable que ocultó el pago, y también investigar si el pago fue una contribución ilegal al evento porque estaba diseñado para influir en el resultado. Esta situación convirtió un asunto trivial en un delito grave. Pero también es la parte más arriesgada de la prueba, porque no existe tal precedente. El debate legal sobre la solidez del caso es intenso y hay motivos para el escepticismo. El riesgo de que Trump sea exonerado y la fiscalía humillada no es pequeño.

Trump calificó las acciones de Praga de «cacería de brujas» e «interferencia electoral». Por sus circunstancias, ve que la acusación juega a su favor porque lo desacredita y se le puede exprimir económica y electoralmente el victimismo. Sin duda, el renacimiento del culto a Trump es un riesgo político. No hay nada que le impida continuar su campaña en el banquillo, incluso tras las rejas. El Partido Republicano ha estado con él, revirtiendo la reciente alienación lenta. Muy grave: lo que podría ser un poder alternativo en Estados Unidos sigue siendo secuestrado por el trumpismo y lo que significa.

Todavía quedan algunas etapas en el caso del fiscal de Praga, principalmente convencer al juez de admitir el caso y llegar a una condena. Pero por ahora ha logrado romper el clima de impunidad que rodea a un hombre que ha eludido la justicia durante cuatro décadas de negocios turbios y flagrante desprecio por la ley. Apenas se han vislumbrado las ramificaciones completas del juicio político a Trump y cómo podría cambiar a Estados Unidos. Este precedente podría afectar a todos los futuros presidentes: así como hay fiscales demócratas, hay republicanos. La relación casi reverencial entre PeriodistasdeGénero y su presidente se ha hecho añicos. Pero la responsabilidad de hacer estallar las reglas no escritas no recae en los fiscales de Praga. Trump ha llevado las instituciones y tradiciones de Estados Unidos a su voluntad, llevando al país al borde de un golpe de estado. El precedente se ha roto. Fue satisfactorio verlo en la corte. Tras el caos y la indignación institucional, es hora de implantar la ley sin miedo a las consecuencias.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí