Trabajadores Sociales y ecologistas condenan la interdicción urbanística del PP en el Mar Menor por abrir la puerta a la construcción

El Gobierno de Murcia aprobó el pasado 2 de agosto una prórroga de tres años de la veda urbanística en torno al Mar Menor, que se impuso de forma temporal al amparo de la Ley de Protección de Lagunas de 2020, hasta que se elabore un plan de ordenación del territorio de la cuenca. Al final del plazo, si no se aprueba el código, se tendrá que hacer una ampliación para evitar un mayor deterioro de la maltratada laguna con la construcción de más edificios. Pero el nuevo texto ha generado dudas entre grupos de oposición y ambientalistas. Aseguraron que los cambios al lenguaje anterior en el estatuto permitirían el desbloqueo de cientos de casas y camas de hotel que habían sido suspendidas bajo la moratoria anterior.

Los críticos insisten en que el veto de los ladrillos debería proteger la laguna, y no al revés. Mientras tanto, el decreto del PP ha suscitado grandes dudas en las ciudades ribereñas afectadas (Cartagena, San Javier, San Pedro del Pinatar y Los Alcázares), que reunidas esta mañana con el ministro de Fomento e Infraestructuras, José Ramón Díez, se vengaron. Aseguró que «las reglas de conservación no han cambiado» [con el decreto]porque se garantizaron las limitaciones, exclusiones y condiciones de la ley original” y les brindó respaldo legal. La primera moratoria fue temporal, por un período de tres años, hasta que se elaboró ​​un plan de manejo de cuencas, el cual aún no ha concluido, por lo que el actual gobierno popular del presidente Fernando López Milas se vio obligado a ampliar el plazo.

«La realidad es que han ajustado la moratoria», dijo el diputado del PSOE, Manolo Sevilla. Por ejemplo, en el aplazamiento se elimina la obligación de que los terrenos afectados obtengan la aprobación de los proyectos de urbanización. “Esto permite iniciar nuevos proyectos urbanísticos que hasta ahora han sido imposibles, como la segunda fase del centro comercial Las Dunas en Palos Point, anteriormente bloqueado”, agregó.Un proyecto de expansión de 700 unidades como Los Belones en Nacional no es posible porque sería un crecimiento excesivo y aumentaría la densidad urbana.En esta ciudad están analizando los casos caso por caso porque «hay que determinar qué acciones considera el gobierno local como aplazamiento». [en los que se podría edificar]. Necesitamos que nos aclaren”, comentó un vocero del pueblo.

La administración les brindó «apoyo legal» en la reunión del jueves para que puedan cumplir con la moratoria. Las dudas también surgen en la ciudad de San Javier, que cuenta con varios solares residenciales y hoteleros entre los puertos deportivos Tomás Maestre y Venezolia donde se podrían construir cientos de viviendas. El diputado de Urbanismo e Infraestructura, Mariano Martínez, explicó que en la redacción anterior de la moratoria se indicaba que los proyectos que habían recibido aprobación preliminar podían seguir adelante. «Ahora que tenemos dudas sobre la interpretación, haremos un estudio detallado caso por caso y actuaremos según las instrucciones de las autoridades locales. Que decidan si el desarrollo puede seguir adelante», explicó.

La plataforma de ciudadanía Pacto por el Mar Menor, surgida por los problemas que afectan a la laguna, ha insistido en un comunicado en que los cambios propuestos «darán carta blanca para diferentes proyectos». Ahora, las actuaciones de construcción y urbanización que se han planteado pueden continuar «aunque, a diferencia de las leyes anteriores, todavía no han recibido la aprobación previa» porque no hay obstáculos para iniciar las obras. Resaltaron que se rebajan significativamente los requisitos para que la moratoria aplique en determinadas situaciones, como la ampliación del centro comercial Las Dunas en Palos Point, el proceso de reinicio o puesta en marcha de cientos de centros comerciales. Residencial y plazas hoteleras en Los Belones, Cartagena, y edificios de viviendas al norte de La Manga, San Javier.

En San Pedro de Pinatar no creen que el nuevo decreto cambie nada. Dos tramos del plan de la ciudad han recibido permisos de construcción, uno para hasta 886 viviendas y el otro para hasta 950. No han recibido ninguna solicitud de promotores inmobiliarios hasta el momento, por lo que continúan sin construir. “Los otros cuatro no han comenzado, no han tenido ninguna aprobación, por lo que no se pueden construir allí”, dijo Pedro Javier Sánchez, concejal de Urbanismo.

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