Cuando escuchas la palabra biblioteca, automáticamente piensas en una pila de libros. Cuando piensas en la Biblioteca Nacional de España (BNE), piensas en la biblioteca más grande, la colección más grande y todos los libros que se han publicado. Es una imagen correcta, pero no completa: la BNE sí colecciona libros. Pero no solo eso. Sus colecciones incluyen etiquetas naranjas, mapas, dibujos, partituras musicales, guiones de películas, memes, videojuegos, tarjetas navideñas, naipes e incluso una de las mayores colecciones de discos de vinilo del país, con más de 300.000 copias. . En estos tiempos digitales, se han embarcado en un proyecto que suena genial: salvar internet.
José Luis Bueren, director técnico de la BNE, explicó: «Hay todo tipo de documentos y cualquier tema que pueda interesar a la gente, todo lo que se considere producto de la cultura hispánica, no nos referimos sólo a la Alta cultura, conviene una biblioteca nacional La entidad es un lugar curioso desde el punto de vista temporal y una de las pocas instituciones de larga duración que existen: opera en el presente, examina el pasado, pero trabaja para el futuro, cuando muchos elementos recopilados ahora se adquieren un nuevo significado. Es imposible saber qué será relevante para nosotros dentro de décadas.
En la imagen, la bibliotecaria Isabel Ortega se para frente a un archivador que contiene un gran plato del siglo XVIII.Moátida
papel usado y desechado
«Llevo tantos años cansada de explicarle a la gente que en la Biblioteca Nacional hay otras cosas», bromea Isabel Orte García, jefa del servicio de dibujo y grabado, «por ejemplo, diversos materiales gráficos para la difusión cultural y vehicular». conocimiento». Sobre una mesa de su apartamento, repleta de armarios y cajones que contienen innumerables maravillas, demuestra el procedimiento manual dado en la proyección de la película Robaron una estrella (Javier Seto, 1963), del artista La niña Estrellita protagoniza y el actor Espartaco. Santoni, cuyo cartel está ilustrado por el célebre Jano.
También hay envoltorios de chocolate Elgorriaga de mediados del siglo XX o etiquetas de naranja Fontana Hermanos de finales del XIX, ambos para exportación. Ninguno de estos materiales está diseñado para ser duradero, y es difícil imaginarlos a priori teniendo cabida en una institución como la BNE. Pero resulta que tienen su peso. “Los materiales se llaman efímeros”, explicó Ortega, “y si bien no fueron diseñados para eso, ahora reflejan cómo era PeriodistasdeGenero en otros tiempos, culturas pasadas”. carteles dorados o folletos de supermercados.
La BNE, que forma parte del Ministerio de Cultura y Deporte, no pretende coleccionar cada una de estas obras individualmente, sino que actúa como un metacoleccionista: adquiere colecciones de interés para otros coleccionistas que trabajan en Bazaar. Algunas personas coleccionan de obsesión personal, otros coleccionan precisamente para vender su colección, como inversión. No todo está perdido: la agencia es muy selectiva cuando se trata de adquisiciones. En cuanto a la colección de dibujos e ilustraciones, es otra historia: son obras de arte, adquiridas pieza por pieza. Son ya grandes palabras, que trascienden la cultura popular, en su vasta colección, una de las más importantes del país, que incluye obras de Fortuny, Goya, Velázquez o Murillo. Aproximadamente 200.000 dibujos. Dos millones de fotos también están protegidas.
El cartel fue restaurado en el taller de la Biblioteca Nacional de España.Biblioteca Nacional de España (BNE)
¿Qué se almacena y qué no se almacena en la BNE? ¿Cómo se determina? Por un lado, existe una ley de depósito que establece que todos los productos culturales producidos en PeriodistasdeGenero deben ser depositados en esta institución. Todo lo publicado: discos, libros, películas, etc. «Así es como se identifican las bibliotecas nacionales en diferentes países», dijo Bueren. Si sumas todos los archivos, es posible, al menos en teoría, reunir todos los productos culturales de la humanidad. Luego están los otros coleccionables, que, de manera más peculiar, son más históricos y aleatorios. “Depende de la historia particular de cada biblioteca”, agregó el director. Esta institución, por ejemplo, es la Real Biblioteca fundada por Felipe V, que desde ese momento ha ido recopilando diferentes colecciones de documentos hasta la actualidad, según los intereses de los creadores, los intereses de la época, o según los creadores . Aparecer. Cualquier expresión cultural relacionada con España merece atención. Los videojuegos están incluidos en los depósitos legales desde este año; anteriormente, la BNE había llamado a la ciudadanía a completar los juegos que faltaban en sus archivos de videojuegos, especialmente los títulos de los años 80.
En la imagen, antiguos menús de boda recogidos por la BNE.Moátida
guardián de internet
¿Pero salvar Internet? ¿Cómo se salva Internet? “La generación diaria de información es brutal, por lo que tuvimos que elegir una web diversa y relevante desde diferentes perspectivas”, explica José Carlos Cerdán, Responsable de Servicios de Gestión de Depósitos de la publicación online. Desde 2009, la BNE recopila páginas web y diversos documentos publicados en Internet que nunca se imprimirán en papel. “Preservar Internet como patrimonio documental tiene un interés y un valor cultural, social y científico innegables -señala Cerdán- La sociedad actual sería difícil de entender sin los sitios web que generan”. Pero es una tarea abrumadora, no solo por el volumen, sino también por la constante burbuja de sitios que aparecen y desaparecen: todo en la web es efímero. Muchos sitios que desaparecieron (como Wikispaces) ahora solo se consultan en bibliotecas aquí. Resultados del Archivo Web Español.
En una sala de techos altos, en algún lugar del ineludible laberinto de la BNE (al menos para el visitante ocasional), unos cuantos bibliotecarios navegando y manteniendo Internet, Cerdán hace una demostración de algunos sitios. Se guardan de diferentes formas: colecciones masivas, donde se recogen todas las páginas de un dominio .es (unos 70 TB al año), o colecciones temáticas, que son más selectivas, se hacen manualmente, o mejor dicho, con el clic de un botón. .. ej., todo lo relacionado con el estallido social del 15-M, el final de ETA, el anuncio de Felipe VI o por supuesto la pandemia. Una colección de feminismo, videojuegos, comida o temas LGTBI. “Aquí hay que ignorar la postura ideológica de cada uno: solo es cuestión de cubrir el tema”, dijo Cerdán. Por ejemplo, puede ver cómo se veía el mismo periódico en línea en diferentes días de su historial, comparar diferentes diseños y explorar sus secciones como lo haría hoy. Debido a que Internet cambia tan lentamente, las visiones de la red prehistórica (es decir, hace 15 años) revelan un mundo más austero y pixelado. El archivo web ha ocupado más de un petabyte (mil millones de megabytes) de memoria.
Digitaliza tu colección
“La Biblioteca Nacional tiene un acervo enorme, tenemos un estimado de 35 millones de documentos de todo tipo”, explica José Luis Bueren desde su amplia oficina decorada con hermosas plantas (“No son mis ventajas, sino quienes las cuidan”, advierte). Por el camino, por el camino, nos cruzamos con otra curiosa colección que, técnicamente, no pertenece a la fundación, pero cuelga en el pasillo: una colección de retratos de ganadores del Premio Cervantes, cada uno realizado por un artista selecto. Representado por Geraldo Diego de Pelayo Ortega. Dis Berlín de Jorge Luis Borges. Paco Umbral de José Díaz.
El escritor Eduardo Mendoza entregó su retrato como Premio Cervantes a la BNE en presencia de la retratista Leticia Feduchi.
Para poder manejar el aluvión de información que llega de la BNE hay que estar bien descrita y categorizada, es decir, entender qué tienes y dónde lo tienes. La institución dispone de un espacio de almacenamiento con las condiciones adecuadas de humedad y temperatura en su sede, así como en su sede de Alcalá de Henares, que consta de seis torres y dispone de un enorme almacén que podríamos denominar una biblioteca robotizada. . Y planes para construir un nuevo espacio de almacenamiento físico. Y eso sin contar los innumerables servidores informáticos, porque la BNE, como todo lo demás, se pasó a la nube, aunque la nube no es un sueño digital, sino una cosa muy sólida hecha de cables, lucecitas y poquita silicona.
“Ahora estamos dando un gran impulso a la digitalización masiva, gracias al apoyo de fondos europeos, que no solo permite que el material se difunda a través de Internet, sino que también se conserve por sí mismo”, dice Bueren. Los objetivos de la institución son: la preservación y la difusión. La difusión a través de Internet ha aumentado considerablemente el uso, desde una sala de 100.000 préstamos a decenas de millones de visitas en línea. El hecho de que algo esté digitalizado también contribuye a su conservación, ya que se desgasta menos físicamente al consultarlo. Eso sí, en todo este proceso, por otra parte, inevitablemente, se perdió algo del aura romántica de la Biblioteca Nacional: muchos curiosos e investigadores ya no necesitaban peregrinar a Madrid para visitar el Paseo de Recoletos del antiguo neoclasicismo. arquitectura.
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