¿Es confiable la memoria? ¿Cambian con el tiempo? ¿Cómo se almacenan? ¿Existe el libre albedrío?reportero espada akadi y neurocientíficos Carlos BelmontePremio Nacional de Investigación, ha hablado de las idas y venidas del memorando.ría y su impacto en nuestra percepción de la realidad en «Memoria, ciencia y escritura», ensayo de «La Lectura» en las memorias de juventud de Arcadi Espada Vida de Arcadio (Jornada organizada con motivo de la publicación de Península). El acto se celebró en la Biblioteca Pública Eugenio Trias en el marco de la Feria del Libro de Madrid, con el apoyo de Endesa, la Fundación Ramón Areces y la Fundación Santander, y estuvo moderado por Julio Valdeón, periodista de El Mundo.

Espada Akadi. Carlos Belmonte y otros científicos como él -pero sobre todo él, de una manera muy especial- lograron explicarme hace unos años una pregunta muy sencilla y directa: sólo hay una verdad, y es científica. Esto fue particularmente chocante en mi propio gremio, un gremio literario que siempre se jactaba de la verdad poética de las cosas y de la autonomía de sus juicios. No hay duda de que esta ilusión aporta muchas maravillas estéticas a practicantes y lectores, además de mucha diversión. Pero la verdad es temporal y tan frágil como cabría esperar, y sólo puede lograrse de una manera. Este es el camino de la ciencia, el método que, con diferencia, ha producido mejores resultados. Aplicar esta doctrina a mi trabajo ha sido el objetivo de mi vida académica y periodística. No es fácil porque el periodismo está lleno de mitos. Por ejemplo, un hecho muy común y algo relevante para este libro es que siempre hay una razón, siempre hay un culpable. Nuestro oficio se nutre naturalmente de esto. Charles Darwin, el autor de quizás las ideas más peligrosas y auténticas de la humanidad, casi no recibió mención en los medios de comunicación, mientras que charlatanes o escritores de clase baja como Derrida, Lacan y Foucault ocuparon las páginas de todos los periódicos, incluido el de Periodismo, en todo PeriodistasdeGénero, incluido The New York Times muestra que, a pesar de su estigma, el periodismo siempre ha sido esencialmente un defensor de las ideas literarias. Para combatir este pensamiento literario, mis conversaciones con Carlos me sirvieron mucho. Y entender que mi misión es sólo explicar PeriodistasdeGénero a través de mecanismos científicos, que no son mecanismos científicos, sino los mecanismos de toda persona racional.

Carlos Belmonte. Mencionas el libre albedrío varias veces en tu libro, pero no crees que exista.

AE Creo que la ausencia de libre albedrío arroja un velo de misericordia sobre la humanidad y sus errores. Es muy humano. Aquí estamos, en medio de cosas que no entendemos del todo, donde el mal siempre está presente, pero también está el bien, la bondad y la belleza. Por supuesto, si quitamos la mecha de la responsabilidad, se sacudirán conceptos básicos tan arraigados en la sociedad como el castigo. Pero otros aspectos se fortalecen, como la unidad de la especie ante los desastres de la vida. ¿No lo crees?

CB Creo que si. Como siempre, cuando hablamos de estas cosas, planteamos más preguntas que soluciones. Hablemos de la memoria. Como bien sabes, las experiencias y los recuerdos se almacenan en el cerebro y se utilizan inconscientemente para identificar pensamientos, definir recuerdos y tomar decisiones conscientes. ¿En qué medida crees que estos mecanismos determinan la doble perspectiva que nos ofreces en el libro, la del Arcadio joven y el Arcadio adulto, creyéndose este último más libre que el otro?

AE Esta cuestión incluye también otra muy interesante: la desconfianza en la memoria. Escribimos recuerdos en función de cómo recordamos las cosas. También aquí hay una controversia muy interesante desde la perspectiva de la neurociencia. No todos los recuerdos son iguales. No estoy satisfecho con lo que dicen los científicos sobre la memoria. Por ejemplo, el hecho es que la memoria es siempre una construcción temporal a medida que ocurre. Evidentemente, algunos recuerdos perduran durante toda la vida de una persona y permanecen sin cambios de principio a fin. A veces, la vida es exactamente como la recordamos. Mi recuerdo de la época de Arcadio ha sobrevivido ileso al paso del tiempo. Hay otro tipo de recuerdos que no lo son, especialmente cuando los confrontas con los recuerdos de otras personas. Carlos Castilla del Pino escribió sus memorias, «Pretérito Perfecto». En el primer volumen, puso a prueba todos sus recuerdos de una manera que yo intenté emular. Intenté encontrar personas que compartieran estas experiencias conmigo y tuve la suerte de tener acceso al enorme y rico archivo de Arcadio, que conservaba todo: desde mi primer billete de metro a París hasta cartas y textos…. …me ayudó Es mucho para mí confrontarlo con recuerdos.

CB Dijiste al principio que tu memoria de entonces era la misma que tu memoria de ahora. Creo que has buscado la mejor manera de acercarlo a la verdad porque tienes datos objetivos. Pero eso se debe simplemente a cómo funciona la memoria: tenemos memoria inmediata, que se almacena en un lugar llamado hipocampo, y de ahí, de esa información, surge una secuencia de elementos que van a lo que llamamos memoria de trabajo. En la memoria de trabajo que conservamos a lo largo de nuestra vida se van podando los elementos constitutivos de la memoria, lo que los modifica hasta su grado más avanzado. Porque lo que pasa con el cerebro es que no todo encaja. Lo que dejamos atrás es una versión sintética del pasado, hecha por nosotros mismos, por nuestro cerebro. ¿Qué grado de libertad hay? La libertad estadística de cada cerebro para mezclar información, almacenar recuerdos y utilizarlos es absoluta. Nadie podría haber predicho esto. Tenemos la libertad de la experiencia subjetiva: tomamos decisiones. Ese no es el caso: los obtenemos a ellos y a toda la información que almacenamos allí. Y, además, las decisiones se toman antes de que tú las tomes, mediante un sistema de simplificación de las cosas que llamamos conciencia.

AE Los recuerdos no son imaginarios. Esta es una interpretación de la realidad. Los recuerdos no se hacen todos los días como la ropa confeccionada. Sostengo que algunos recuerdos permanecen exactamente igual que cuando fueron podados.

CB Yo haré el abogado del diablo y te diré que para ti no se ha modificado, pero tú lo has modificado, y para ti sigue igual porque así lo modificaste. Lo que te asegura que tu memoria no ha cambiado es el hecho de que lo que has descartado ha desaparecido por completo de tu memoria y te queda solo lo que quieres recordar. Se crea un recuerdo, luego pasa a la corteza prefrontal, donde se modifica dependiendo del entorno en el que lo guardas y si necesitas utilizar la información para otros fines. Una vez modificado se pierde todo lo anterior. En cualquier caso, al final los científicos siempre nos defendemos diciendo que no sabemos lo suficiente y que estamos revisando constantemente nuestras hipótesis. Los científicos que dicen ex cathedra no son buenos científicos. Quiero volver al condicionamiento neurobiológico. En su libro analiza y refuta la existencia de una identidad histórica catalana como la que asume el nacionalismo. ¿Está de acuerdo o en desacuerdo en que el apoyo a esta idea puede estar relacionado con la persistencia de emociones adquiridas ancestralmente durante la evolución del cerebro humano, que son mecanismos efectivos para promover la identidad grupal y responder de manera común a amenazas de diferentes cosas? ?

AE ciertamente. Antinacionalista desde la cuna, a veces olvido las valiosas lecciones que me enseñó Peter Singer. Peter Singer es un filósofo que ahora está un poco perdido en este asunto animal, pero escribió un librito maravilloso en los años 70 llamado «La izquierda darwiniana». En el libro, Singer, un izquierdista radical, afirmaba que la utopía comunista fracasó porque era un sistema contrario a la naturaleza humana, contrario a la competencia y contrario a todos los conceptos de su cableado genético. Apuesta por la izquierda pensando en Darwin. Bueno, me parece que a veces los antinacionalistas como yo lo olvidamos… Por ejemplo, yo viví una locura colectiva en Cataluña en los últimos años, un golpe de estado que intentó quitar los derechos a una gran parte de la población. Los residentes… todo lo que sabemos. Nos olvidamos de explicarlo en términos de persistencia, repetición memética y continuidad cultural. A veces nosotros, por alguna extraña razón, desarrollamos inmunidad a este virus y creemos muy ingenuamente que estas cosas desaparecerán como por arte de magia, o simplemente porque las hemos insultado. El absurdo de los recientes intentos de independencia de Cataluña, por no mencionar el absurdo –y, además, el asesinato y la criminalidad en el País Vasco– no se puede explicar mediante tonterías culturales. Tiene que haber algo.

CB Esta es toda la historia. Una cosa a tener en cuenta es que se trata de respuestas emocionales a situaciones conceptuales e intelectualmente absurdas. O sea, cuando escuchas a Juanito Valderrama cantar «El emigrante», estás en el barco y se te ponen los pelos de punta. Por supuesto, dices: ¿Pero cómo me pudo pasar esto a mí? Pero ese es el instinto que todos llevamos dentro, Arkady. Se activan algunos mecanismos muy primitivos que tenemos. No tenemos ningún antídoto.

AE en realidad. Arcadio explica aquel día extraordinario en el que se dio cuenta de que cuando sonaban «Cala Sol» o «Montaña Nevada», como comunista sentía el mismo arrebato de emoción que cuando escuchaba «La Internacional». Era simple: amaba los himnos. Para eso están los himnos. [risas]

CB Nuestro próximo salto evolutivo puede ser la inteligencia artificial. En este sistema inteligente hemos eliminado todos los atavismos que nos ayudan a sobrevivir, como el miedo, la agresión, la desconfianza, los mecanismos de alarma ante cosas extrañas… y todavía los tenemos. Ahora, con la ayuda de la inteligencia artificial, estamos empezando a recrear los modelos neuronales que hemos ido grabando. El problema es que nuestros cerebros no son capaces de realizar cálculos conscientes. Entonces aquí estamos diciendo que las computadoras nos ayudarán a comprender el cerebro, y lo que estamos haciendo es un cerebro diferente, al igual que nuestro cerebro nos resulta incomprensible.

AE ¿Cómo afecta esta inteligencia artificial al cerebro? ¿Existen posibilidades para interfaces de biomáquinas?

CB No he pensado en nada más durante los últimos seis meses. real. Estoy ansioso. La interacción cerebro-computadora ya existe. La revista Nature acaba de publicar el caso de un paciente con una lesión en la médula espinal que logró atravesar una interfaz con su sistema nervioso. Podemos hacer que las neuronas realicen funciones similares a las neuronas de las que grabamos y correlacionarlas con comportamientos cada vez más complejos. La IA maneja estas cosas y lo hace mejor que nosotros. ¿Creará esto nuevas especies? ¿Transhumanismo? Sí, creo que esa será nuestra evolución. Ahí comencé a sentirme más escritor que científico, pero creo que estamos llegando. Ahora bien, ¿cómo resistirá la humanidad?

de sentir dolor

Carlos Belmonte (Albacete, 1943), médico y neurocientífico, presidente de la Organización Internacional para la Investigación del Cerebro y fundador del Instituto de Neurociencia de Alicante, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Centro Mixto de la Universidad Miguel Hernández. Es experto en áreas como los receptores del dolor y las neuronas sensoriales, y más concretamente en el sistema visual. Su investigación le ha valido numerosos premios. Es Fellow de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

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