Cuatro de cada 10 personas sin hogar han estado sin hogar durante más de tres años y menos de un tercio recibe beneficios públicos. Una encuesta publicada el miércoles por la Oficina Nacional de Estadísticas de EE. UU. puede calcular quién es el que no tiene dónde vivir. El 11% tiene educación superior. La mitad sufrió algún insulto o ataque. Seis de cada 10 mostraron algunos síntomas de depresión. La edad promedio fue de 42,9 años. Esta es la tercera edición de la encuesta y no se han publicado datos desde 2012. Ahora, tras entrevistar a adultos que acudieron a centros de asistencia de hospedaje o restaurante en una ciudad de más de 20.000 habitantes entre febrero y marzo, la conclusión es que esa cifra ha aumentado un 24,5 por ciento respecto a hace 10 años, alcanzando los 28.552. Sin embargo, la Fundación Hogar Sí, que trabaja con el grupo, estima que la cifra real es un 30% superior, ya que los datos del INE no incluyen a quienes viven en la calle de forma estable y no utilizan el centro, y advierte que actualmente no hay recursos para todos. Sus cálculos estaban en línea con la asistencia de Caritas el año pasado: 37.207.
José Manuel Caballol, director de Hogar Sí, dijo: “La situación se mantiene bastante estable. La proporción de población con educación superior pero sin vivienda, la proporción de población que recibe beneficios públicos, e incluso la edad promedio que arroja la encuesta del INE. “Poco ha cambiado desde hace 10 años. «Hay tres aspectos relevantes. Primero, es un fenómeno crónico. Segundo, el sinhogarismo se debe a razones estructurales, más del 40% [41,3%] Dijo que esto sucedió después de que lo desalojaron porque el edificio estaba en ruinas o no podía pagar el alquiler. El tercero está relacionado con las condiciones de salud y discapacidad, relacionado con su infancia y familia», dijo Cabalol. Solo el 20% de los encuestados dijo que creció en un entorno familiar sin problemas o conflictos graves. El 20,5% de las personas tienen discapacidad, y como base señala, «el 9 por ciento de la población general».
Sólo para el 7,6% su principal fuente de ingresos es el ingreso mínimo complementario y el 5% el ingreso mínimo vital, a pesar de que estos beneficios se facturan como el último colchón para quienes no tienen otros recursos. «El 38% dijo que los servicios sociales les ayudaron poco o nada. Las causas estructurales se mezclan con sistemas débiles que no funcionan, lo que lleva a la persistencia a largo plazo, continuó el director de Hogar Sí. Los expertos advierten que la fundación estima que el 45 por ciento de los las 37.117 personas sin hogar en España quedarán excluidas de 20.613 plazas de alojamiento en 2018, según el Centro de la Energía.
Lo cierto es que se desconoce el número real de personas sin hogar. En los datos del INE hay que sumar los que viven sólo en la calle, y las estadísticas que realiza el ayuntamiento son difíciles de comparar entre sí. Cáritas destaca que los datos disponibles son solo la punta del iceberg, pero la exclusión habitacional va un paso más allá e incluye también a quienes viven en viviendas inadecuadas. De las 37.207 personas sin hogar que la organización atenderá en 2021, la mitad vive en albergues temporales, albergues, albergues, albergues de emergencia, departamentos, u hogares para mujeres solas o con niños. El resto vive en la calle o en otros lugares públicos o proviene de otras ONG y participa en otro tipo de programas, como asesoría legal. Sin embargo, son menos de 43.899 en 2020.
5% trabajo
De las 28.552 personas sin hogar cuantificadas por el INE, una cuarta parte había pernoctado en un lugar público o alojamiento de lujo, es decir, cajeros automáticos, portales, coches… 7.277 personas. Entre los centros que el INE encuesta a usuarios se encuentran los centros de alojamiento temporal para mujeres migrantes y víctimas de violencia de género. La proporción de mujeres sin hogar ha aumentado, del 19,7% en 2012 al 23,3%. Caballol fue cauteloso al evaluar el repunte y señaló que esta es la primera vez que se ve en los datos. «El gobierno ha estandarizado una forma de contar en todo PeriodistasdeGénero, y cuando tengamos los datos, es probable que esté más cerca del 15 o 20 por ciento que hemos estado manejando. Pero eso no significa que no haya muchas mujeres viviendo en una situación desesperada. Exclusión, como pasantes, soportan un ambiente muy duro y violento en el hogar… tienden a tener más redes para buscar ayuda», señaló.
María Santos, responsable del programa para personas sin hogar de Cáritas, confirmó en un comunicado emitido por la ONG que habían notado el aumento señalado por el INE. El aumento de mujeres y jóvenes “es un reto para el diseño de políticas tanto de prevención como de intervención”. La proporción de personas sin hogar con mayor antigüedad «sugiere que el mercado laboral no acoge a quienes invierten más tiempo y recursos en formarse en condiciones dignas. El trabajo ya no es un mecanismo adecuado para escapar de la exclusión social», añadió. Según el INE, el 5,4% de los encuestados dijo estar trabajando.
Nueve de cada 10 personas pernoctan en el mismo lugar todas las noches. El 29% necesitaba volver a empezar después de llegar de otro país, mientras que el 27% se quedó sin hogar porque perdió su trabajo. Tres de cada diez no tienen ingresos. El 14,5% no había comido ni cenado un día de la semana anterior a la entrevista.