Presidente apunta a proteger alianzas tras disputas y posconflicto entre socios de gobierno por mandato de ley
Gobierno del presidente Pedro Sánchez.Effie
Este gobierno Frente a la polémica suscitada por el repunte de las conmutaciones de penas por agresión sexual tras la entrada en vigor de la “Ley de Protección Integral de la Libertad Sexual”, intentar hacer un control de daños. Pedro Sánchez pretende llevar la crisis al ámbito legal, creando una especie de cortafuegos para calmar la tempestad que ha desatado en el PSOE esta disputa judicial, que alzó la voz de muchos funcionarios y líderes autonómicos pidiendo revisiones del pliego de condiciones. Este es un debate jurídico que debe resolverse mediante argumentos jurídicos, posición que defienden en La Moncloa.
Lo que se persigue es confinar la polémica al ámbito judicial, tratar de quitar el foco político -posibles fallas en la elaboración de leyes, conflictos dentro del gobierno, intensificación de luchas en el sector de Unidas Podemos…- para tratar de preservar la Unión. Evitar una mayor disrupción que genere más ansiedad y complique aún más el objetivo de unidad en las próximas elecciones. Al mismo tiempo, para apaciguar el espíritu de partido socialista, que durante mucho tiempo ha sido una ocasión, la crítica no ha florecido con el mismo coro y claridad que esta vez.
El mensaje del presidente del gobierno de Bali hace una semana fue: confíen en los jueces y los tribunales, dejen que la Corte Suprema y la fiscalía traten de unificar la doctrina y cambien la ley como último recurso. Estos enfrentamientos frontales se aceleran debido a las reivindicaciones expresadas públicamente por parte de los responsables del Gobierno y del Territorio del PSOE y el vehemente rechazo de Igualdad a cualquier cambio normativo.
La estrategia consiste en descargar soluciones al caos legal creado por los poderes ejecutivo y legislativo del poder judicial. Hay que esperar, y ese era el objetivo marcado en Ramoncloa antes del temporal. La situación se complica porque las normas son una de las banderas de la liga, que el propio Sánchez ha izado en más de una ocasión. Y, en circunstancias delicadas, en los últimos días de Podemos, decían contar con el aval del presidente.
«Alerta Social»
La publicitada conmutación de sentencias en los últimos días ha desatado dentro de la coalición de gobierno una de las crisis, si no la más significativa, sí, una de las más significativas que jamás haya visto. Una pregunta que ha enturbiado al gobierno, avivado el pánico social y flanqueado a la oposición. El PSOE sabe que Alberto Nez Feijo utilizará esta artimaña como argumento de desgaste durante la sesión de control del Senado de hoy. Será en el contexto de un tema parlamentario, y no de un debate como el último entre Pedro Sánchez y los líderes, por lo que será más limitado en tiempo y formato. Lo que hará la directora general es recalcar que defender las normas es un sometimiento de la mujer, contra los derechos y el avance feminista se consigue a través del gobierno socialista de La Moncloa, no del PP. En el poder ejecutivo también se destacará el hecho de que la población no apoya estas leyes, incluso recurriendo a la Corte Constitucional. El mensaje de respuesta al PP será que el Gobierno está comprometido con la protección de las víctimas, mujeres y menores.
Sánchez respirará en el debate después de ver cómo sus tácticas obtienen algo de oxígeno. Por un lado, tras la mediación, ha cesado el fuego amigo dentro de la coalición, al menos públicamente. Por su parte, el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortíz, Ayer se emitió un decreto para unificar la respuesta de los fiscales a la revisión de sentencias. Su postura respalda el mensaje defendido por Igualdad y llevado por La Moncloa: un marco que evita la conmutación automática de penas y prevé que no se modificarán las penas cuando el nuevo marco penal pueda dictar las penas impuestas.