Salvatore Mancuso Gómez, ex comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), está haciendo todo lo posible para escapar del penal de La Picota. Allí se encuentra recluido desde que llegó a Bogotá en febrero pasado tras cumplir una condena de 15 años en Estados Unidos por tráfico de drogas. Desde entonces, cada dos o tres semanas, un tribunal dice que puede ser liberado y otro dice que no. Mancuso entró en un laberinto legal del que era difícil escapar porque se encontraba en una posición única: estaba en dos jurisdicciones. Primero, Justicia y Paz, nacida de la desmovilización de fuerzas paramilitares hace dos décadas, y luego la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), nacida de las negociaciones con las FARC en 2016. El País ha podido saber que una de las estrategias legales es que el equipo de Mancuso se plantea abandonar uno de los dos sistemas transitorios para escapar del laberinto judicial y garantizar su libertad.
Desde que Mancuso regresó a Colombia en febrero pasado, ha afirmado que tiene derecho a la libertad condicional porque cumplió una sentencia de justicia y paz mientras se encontraba en una prisión estadounidense. Puede seguir trabajando con Justicia y Paz en los casos pendientes y fungir como gestor de paz: en agosto de 2023, el presidente Gustavo Petro firmó una resolución designándolo como gestor de paz. Todo parecía ir a su favor: el 4 de marzo, tras la orden del Juez de Ejecución de Justicia y Paz, emitió la primera boleta de libertad. Sin embargo, su salida se tornó caótica apenas una semana después cuando la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Barranquilla advirtió que procesos pendientes le impedían salir.
Cuatro meses después, el hombre más responsable de los crímenes de las SDF todavía no ha sido liberado. Este Diario conoció que desde el 6 de julio el Instituto Colombiano Carcelario y Penitenciario (Inpec) se encuentra negociando con varios tribunales colombianos para confirmar la liberación de los líderes de las organizaciones paramilitares del conflicto armado. Nadie se atrevió a confirmar su salida.
Declaraciones de Salvatore Mancuso en la audiencia Verdad Única de la JEP en Montería, mayo de 2023.JEP (EFE/Justicia Extraordinaria para la Paz)
En este sentido, Mancuso presentó el martes (9 de julio) una denuncia penal contra tres funcionarios del Inpec, acusándolos de prevaricación y prolongación ilegal de la privación de libertad. La denuncia explica que en una audiencia final el 5 de julio en la Corte Superior de Bogotá, un juez le dio al Inpec 36 horas para liberar al exjefe paramilitar. El horario de reunión es el domingo 7 de julio a las 2 a.m. Por eso el ex jefe paramilitar ha argumentado desde ese día que su detención es ilegal, invocando incluso la intervención de Naciones Unidas y la Corte Penal Internacional.
Mancuso afirmó en documentos presentados ante la Fiscalía que lo privaron de su libertad «al proporcionar registros biográficos y currículums que no se ajustaban a medidas de seguridad, órdenes de aprehensión o sentencias». Según él, no había medidas en su contra, pero según la acusación, el Inpec lo cuestionó, diciéndole que sí tenía medidas de seguridad pendientes y que su salida estaba sujeta a los tiempos de la Corte Constitucional.
comunicación
La jueza de la Corte Constitucional Diana Fajardo tiene la última palabra sobre el futuro de Mancuso: ella decidirá cuál de los dos tribunales debe resolver finalmente su situación. Sin embargo, para el politólogo Juan Carlos Villamizal, asesor del equipo jurídico de Mancuso, el asunto es más trascendente. «Aquí no estamos arriesgando el futuro de los máximos jefes paramilitares, sino el futuro de los dos sistemas de justicia transicional de Colombia». Según él, la decisión tomada por el tribunal brindará una nueva oportunidad a otros miembros de la organización Justicia y Paz que también lo son. quieren convertirse en líderes paramilitares que forman parte de la JEP sientan un precedente si estos últimos tribunales los aceptan.
Villamizal explicó que respecto del fallo de la Corte Constitucional, hay cuatro escenarios posibles: todo el archivo queda en el sistema de Justicia y Paz; la JEP conserva todos los procesos de Mancuso; la Corte Constitucional ordena a la organización Justicia y Paz permanecer por un plazo determinado; completar el expediente judicial contra el exparamilitar en un plazo de 12 meses para que pueda iniciar el proceso en la JEP o decidir que ambos juzgados tienen la capacidad de realizar investigaciones paralelas;
Este diario confirmó que el equipo legal de Mancuso evaluará la posibilidad de que abandone su aporte a uno de los dos sistemas si consideran que no hay «garantía jurídica» en el fallo del tribunal. Aunque aún no han tomado una decisión y esperarán la decisión del tribunal, lo más factible en este caso es renunciar a la JEP: en el Tribunal de Justicia y Paz ya fue juzgado y la JEP es la Corte. de la Paz donde recientemente se desempeñó como voluntario Estamos aquí para brindar la verdad sobre los crímenes cometidos por la fuerza pública en alianza con grupos paramilitares. Sin embargo, su libertad pone en peligro su compromiso ante uno de los dos tribunales.
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