Cada vez que paso por el río Cali, en la comunidad Centenario, me llena la curiosidad de saber quiénes son y por qué están cambiando el espacio a orillas del río, que cuenta con pinturas de papaya en los pabellones, pinturas de colores en los pisos y hermosos jardines.
Durante mi visita hace unos meses, el fundador Felipe Velásquez habló sobre su compromiso con la renovación urbana en Cali, comenzando con ese espacio y terminando con un basurero, una farmacia y viviendas para personas sin hogar más recientemente. Aprovechó para compartir con nosotros la necesaria interacción entre las comunidades que viven en el río y estos proyectos de renovación urbana que involucran actividades económicas que generan empleos y oportunidades. Esta es una excusa para comentar su trabajo, que ganó el Premio Nacional de Arquitectura por la Renovación Urbana en el Centro Histórico de Cali, enfatizando la contribución de la arquitectura a la cultura y la creación de conexiones entre diferentes comunidades, independientemente de su origen. .
Renunció a su trabajo en España para implementar el proyecto que había estado trabajando en Cali y fundó La Papaya, una organización social para guiar los sueños de Cali. Papaya, coloquialmente, trae un sentido del tiempo. Por ejemplo, el renovado 300m es un hermoso y encantador piloto de nuestro río. Inspirado en el río Támesis, el espacio ha creado siete puestos de trabajo en los que se puede disfrutar de fish and chips empanizados, café premium y cerveza artesanal.
El siguiente plan es utilizar el puente peatonal para incorporarse a la otra orilla del río, realizando una “escopeta artística”, aludiendo a la Calle de la Escopeta, formando así un interesante recorrido hasta el Teatro Municipal. Por otro lado, Nicolás Sarria, a quien conocí en la Fundación Carvajal, creó «la Casa Amar y lla», un vivero en la ciudad a una cuadra del teatro, que ofrece arte y pizza.
El sábado, La Papaya promovió el Plogging, una competencia deportiva relacionada con la recolección de basura en el río Cali. 320 deportistas pagados para participar en este ciclo ecológico y apoyo cívico. Felipe Velásquez está demostrando que existe lo contrario a la «teoría de la ventana rota». Así como donde hay basura, llegará más basura, así donde se planten flores, habrá bendiciones. La Papaya y Felipe despiertan nuestro entusiasmo por restaurar la civilización. Ojalá muchos empresarios y vecinos apuesten por él para replicar la “papaya” a través de la organización de Felipe y enorgullecerse de este cali, un sueño atravesado por un río al que debemos.