EL PAÍS

El informe de la Unidad Central de Operaciones (UCO) de la Guardia Nacional sobre la denominada financiación irregular del PSPV durante las campañas de 2007 y 2008, en el que se infiere que varias empresas fueron las responsables de los costes electorales en esos años, ha llevado a Sólo han pasado seis meses desde que el Gobierno valenciano empezó a centrarse en el tema. La orden del juez que investiga el caso, emitida luego de recibir el informe, indicó que las investigaciones sobre presuntos delitos como cohecho, comercio de energía, estancamiento, fraude de contratos y falsificación de documentos estaban en curso, pero no mencionó financiamiento inusual o posibles delitos. derivados de la elección.

Aun así, las preocupaciones sobre los daños y el desgaste político son palpables. Sobre todo, en las filas de los socialistas, Aitana Mas, vicepresidenta del Consell y líder de Compromís, no dudó en manifestar sus preocupaciones, aunque este viernes. Maas señaló que «la corrupción es algo que debe preocupar a cualquier institución» y calificó esos años como «tiempos muy oscuros» de los que, según dijo, «aprendimos mucho». “Me preocuparía más si ocurriera cuando ya había un mecanismo”, dijo en referencia a las herramientas de transparencia y lo que llama un “cortafuegos” de corrupción que se ha puesto en marcha desde que los botánicos llegaron a la Generalitat”. No había ningún mecanismo en 2008. Ahí es cuando la opacidad es lo que importa”, agregó. Hace apenas dos días, el representante de Podem, Ferran Martínez, llamó a los socialistas a «ser críticos con ellos mismos».

El informe de la UCO fue utilizado por el PP para intentar desviar el foco principal de la trama, que estaba en sus propias filas, con Alfonso Grau, el ex teniente de alcalde del PP de Valencia -número dos de Rita Barberá durante 20 años- como presunto soborno de 2 millones de euros.Una de las partes principales, además de varias propiedades, es el cuñado del propio Barbera, Jose Maria Corbin, el abogado que la fiscalía dijo que fue «un abogado de 10 años en el Ayuntamiento de Valencia entre 2005 y 2015. «Comisionista de los premios entregados en el año».

Sin embargo, también había dos socialistas destacados entre los encuestados: Rafael Rubio, exdiputado del ayuntamiento de la capital y luego diputado del Gobierno, y Pepe Valencia, exjefe de finanzas del Partido Socialista de Valencia. El primero es sospechoso de cobrar 300.000 euros por su silencio ya que en su momento fue investigado como alcalde de la oposición. En el segundo punto, la UCO jugó un «papel central» en la recaudación de fondos para el partido.

Según los informes, las empresas ganadoras pagaron la elección de los socialistas valencianos a través de empresas intermediarias. La UCO se centró en las operaciones de ciudad previstas para Jijona, pero nunca realizadas.

Fuentes socialistas han llamado a que no hay vía judicial para el caso porque el delito presuntamente cometido, financiación ilegal, no ha sido condenado durante los años que lleva la investigación y por tanto no puede ser imputado por un delito que no existe. Este hecho respondería por qué el juez no imputó el delito. La fuente jurídica también explicó que, por ello, agentes de la Guardia Nacional buscaron vincular los presuntos pagos a operativos de la ciudad porque, de tener éxito, podrían apuntar a un delito de cohecho. “Aún así, es un delito muy difícil de probar a menos que uno de los empresarios lo reconozca”, argumentaron.

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En cualquier caso, los socialistas valencianos no ocultan la existencia de un daño político en un momento en que los sondeos de opinión llevan al límite sus intenciones de voto por un nuevo gobierno de planta, con Compromís y Podem. Estos, sus socios en el Consell, no dudarán en que la reposición de un tercer Gobierno de coalición será complicada si el caso tiene implicaciones electorales para el PSPV. Aun así, Aitana Maas enfatizó que si bien en este momento “respetamos la era judicial, seguimos creyendo que en cualquier caso de corrupción, quienquiera que lo haya hecho, debe haber un precio a pagar”.

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