BUENOS AIRES, 26 ago (Xinhua) — El presidente argentino, Alberto Fernández, rechazó hoy las acusaciones de que Eduardo Casal, quien está a cargo de la fiscalía general del país, interfirió en las actividades del fiscal Diego Luciani.
En entrevista con el canal Todo Noticias, el mandatario criticó a Cristina Fernández, vicepresidenta de Medios, Justicia y Caza de Brujas.
Consideró que la propuesta de Luciani era débil y sin fundamento, y pidió una pena de prisión de 12 años y la inhabilitación para el cargo de presidente del Senado.
Además, considera un disparate jurídico el procedimiento de adjudicación de violaciones contra las supuestas obras del exjefe de Estado.
En una carta al fiscal adjunto, el presidente señaló que sus declaraciones no pueden interpretarse como un deseo de restringir a los funcionarios, lo cual es claro porque se hicieron después de que los fiscales terminaron sus argumentos. Cabe señalar, sin embargo, que en una sociedad democrática el poder judicial y sus magistrados y funcionarios no son inmunes a las críticas. Basta con mirar lo que pasó en Brasil, donde Luis Inácio Lula da Silva fue encarcelado injustamente y prohibido en las elecciones presidenciales, dice la carta del presidente.
El proceso penal, concluido por el Supremo Tribunal Federal de Brasil y el Comité de Derechos Humanos de la ONU, es en realidad una persecución judicial, mediática y política para impedir que Lula sea candidato y dirija el destino del pueblo. país, agregó. texto.
Por ello, considera de suma importancia formular pronta y públicamente opiniones que adviertan sobre los peligros que pueden acechar a las democracias.
Señaló que cualquier ciudadano, incluido el presidente, puede emitir una advertencia cuando descubre que los magistrados o funcionarios están violando sus obligaciones constitucionales de respetar el debido proceso y la necesaria imparcialidad.
Además, condena a muchos miembros del poder judicial federal por centrarse más en ciertos intereses fácticos o políticos que en los estatutos vigentes.
Esta situación, asevera, atenta contra la democracia que hemos logrado los argentinos con mucho esfuerzo y dolor.
El jefe de Estado también acusó a Cassar de no condenar la intervención del expresidente Mauricio Macri, quien incluso pidió un juicio político a Alejo Ramos cuando abrió una gran investigación por espionaje ilegal.
Cuestionó su inacción ante las visitas de jueces y fiscales a la finca Olivos y Casa Rosada durante la gestión de Macri.
Este doble rasero de medir los hechos del sistema y la asimetría de las posiciones de los alguaciles, funcionarios y fiscales adjuntos en relación con los actores políticos hace que estos debates sean aún más necesarios para cuidar la salud de la democracia, por lo que el distrito escribe que no volverá a influir en el proceso electoral.