se acabó. Este grotesco asunto nos dejará con una buena lectura. Uno de los hechos bochornosos del fútbol español será lo primero y lo segundo. El «pico» de Rubiales a Jenny servirá para cavar trincheras y trazar la línea entre el pasado y el futuro. El respeto, la igualdad de trato y un comportamiento digno, digno y adecuado hacia la mujer seguirán firmemente arraigados en el deporte y (ojalá por extensión) en la sociedad española. Lo que ahora nos conmueve (ya sea un beso o un extraño motivo) será la llave que abra la puerta a un mejor espacio de convivencia. Miremos el lado positivo.
porque el lado malo es amargo. No poder contener las emociones, al menos dentro de los límites adecuados, es un problema. No ver lo inadecuado del propio comportamiento es espantoso. No escuchar las culpas y responder con insultos es un acto de excesiva arrogancia. Desafiar a todo un país al que usted representa y avergonzarlo internacionalmente es algo serio. El uso de narrativas de víctimas es ofensivo. Insistir en que se trata de un comportamiento consensuado es indignante.
Luis Rubiales se defendió con un derecho legal al alegar que contó con el consentimiento previo de Jenni, pero habría sido un consentimiento viciado por tiempo, lugar e incluso jerarquía.. Sin consentimiento deliberado, casi obligado por las circunstancias. Al principio Jenny quitó la plancha. Acababa de ganar el Mundial y la emoción era abrumadora y lanzó el balón. Está en la nube, pero cuando baja de ella comprende que un comportamiento tan inapropiado es inaceptable y se ve envuelta como una protagonista inconsciente. Su posición ha sido expresada contundentemente.
Ayer, el presidente de la Federación Española de Fútbol decidió sentarse en el sillón, ignorando el raro alboroto.. (Incluso hay un horrible linchamiento). Toda España quedó sumida en la confusión. El hecho de que no tenga ningún lugar al que escapar no hace más que aumentar el rechazo unánime de la sociedad a su obstinada incomprensión. Le falta humildad o es demasiado arrogante, acepta sus errores y no se disculpa con un «pero» o una coma. Debió haberlo hecho en el primer minuto. Primero Jenny, luego el resto del planeta. Solo se habla de ese beso, no de cuando reprodujo el cartel de «Huevos de oro» en el palco.
Está seguro de que no ha hecho nada malo porque ve la vida con la actitud del pasado.. El mundo entero gritó delante de él y ahora ya no lo admite. Él no estará de acuerdo.Esto es el fin
Rubiales estaba eufórico (como todo el país) cuando el árbitro anuló el partido. El equipo femenino levantó la mano hacia el cielo, cogió una estrella y la cosió en su escudo. Se sentía enorme, rico. Yo estaba en la cima. Justo en la cima del pico. Olvidó que, en lo alto del cerro, convenía caminar con pies de plomo: cualquier resbalón te arrojaría al vacío. Él se tropezó.
Ahora la Federación está sumida en la incertidumbre. Con todos los vicepresidentes destituidos, un gran número de diputados serán promovidos indirectamente, sólo su fiel Pedro Rocha lo acompañará en este difícil período de transición a la espera de la decisión de la AD de transición, mientras que por un lado, la AD de transición ya ha dictado sentencia. parece decidirse desde fuera, sin necesidad de reunirse (la verdad es que me llamó la atención, porque sorprende ver a un político pidiendo la dimisión… ) a la espera de decisiones administrativas y judiciales, la única certeza es que el juicio de la sociedad es ya es fuerte y no apelable.
La RFEF debería prepararse para un futuro sin turbulencias. El fútbol español se encuentra ante una gran oportunidad para crear una situación constructiva de diálogo y entendimiento y no beligerante, fortaleciendo así el fútbol español. Tenemos ante nosotros la posibilidad de organizar un Mundial (este episodio no afectará a la candidatura -hay que decir que Rubiales hizo un buen trabajo- porque el proyecto tiene detrás a un país solvente, no a una persona) y era conveniente utilizarlo este evento para relanzar nuestro Sport Rey, que se ha convertido en un referente internacional pero aún tiene mucho margen de crecimiento. Para ello, tienes que conseguir que todos se pongan de acuerdo para remar en la misma dirección. De cualquier manera, pero todos del mismo lado.
Esta semana ha sido turbulenta, tormentosa, violenta, oscura… pero el sol volverá a salir. Espero lo antes posible.