Palabras relacionadas a Puigdemont

El caos provocado por los resultados electorales del 23-J ha puesto a Carles Puigdemont, líder del Partido Unido, en la agenda de su partido, que tiene el poder de invertir en el gobierno del presidente, para evitar otras elecciones en España. Sólo esta semana, El País publicó treinta artículos, incluidos dos editoriales, en los que se le mencionaba. El lector Xosé María Torres Bouza, de Ortigela (A Coruña), quedó impactado por el uso de la palabra «fugitivo» para describir a Puigdemont.

«Importantes y prestigiosos juristas como José Antonio Martín Palin niegan lo que usted considera características de un ‘prófugo'», argumentó. «Basado en: a) ubicado: vivir en Waterloo (Bélgica); b) fue tramitado por un tribunal belga, que está tramitando la solicitud de un tribunal español; c) utilizó la defensa legal como cualquier acusado». Considere «Esta es una expresión incorrecta» y pidió una explicación de por qué se usó.

Vayamos a la hemeroteca. En los últimos días de octubre de 2017, Carles Puigdemont declaró la independencia temporal de Cataluña y fue destituido en virtud del artículo 155 de la Constitución, horas después de que la Fiscalía General de la Nación presentara denuncias contra él y otros miembros del Gobierno. Denuncias de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos. No era ningún secreto: la fiscalía informó de sus intenciones hace diez días y la noticia fue ampliamente difundida por los medios de comunicación.

Días después, la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ordenó la búsqueda y detención de Puigdemont y otros cuatro exasesores después de que ignoraran una citación para declarar. En unas pocas semanas, el juez de instrucción del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, se hará cargo del caso, quien desde entonces ha mantenido en funcionamiento el aparato judicial para eludir la negativa de Bélgica a entregar a Puigdemont y traerlo de regreso. Sin embargo, nunca respondió a la solicitud de la Corte Suprema de comparecer ante la justicia. Como resultado, fue «acusado en rebeldía» en 2019, y su recurso contra esta decisión fue posteriormente desestimado por el Tribunal Supremo, en el que afirmó que siempre había podido comparecer ante el tribunal. El magistrado argumentó que abandonó el territorio nacional tras ser informado de la posibilidad de ser procesado penalmente «con el aparente fin de evitar la influencia directa de las autoridades judiciales españolas».

“Puigdemont todavía tiene orden de detención de la justicia española”, recordó también Reyes Rincón, redactor que informa sobre el Tribunal Supremo. Esta vigencia, añadió, es la razón por la que actualmente no regresa a España: en cuanto ponga un pie en territorio nacional sería detenido y puesto a disposición judicial.

Más información

¿Pero es correcta esta terminología desde una perspectiva jurídica? Manuel Cancio, catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid, explicó que «prófugo no es un término legal» porque el ordenamiento jurídico no prevé el delito de fuga. Ha añadido que lo más parecido que hay en el Código Penal es el delito de infracción penal, pero esto sólo se aplica a personas que ya han cumplido su condena y se han fugado de prisión, lo que no ocurre en el caso de Puigdemont. El catedrático afirmó que dado que el expresident fue citado a juicio pero no acudió, lo más acertado es decir que Puigdemont «es una persona que está siendo procesada en rebeldía». Por otro lado, sostuvo que «la ley no proporciona ningún argumento» para refutar el uso de la palabra «fuga».

Entonces es decisión del periódico. Miquel Noguer, subdirector de la edición catalana, defendió que en el periodismo es necesario utilizar «un lenguaje comprensible y que describa la realidad» sin cargar de tinta a los medios ni debilitar los hechos. Hay que tener en cuenta, además, que en el contexto de un líder agente conjunto, la opinión pública buscó caracterizarlo como «exiliado o vengativo» añadiendo connotaciones políticas, términos que eran inconsistentes con las circunstancias del ex presidente. persecucion.

En tales casos, es importante proporcionar a los lectores información general, añadió. «No podemos simplemente considerar a Carles Puigdemont como el ex presidente del gobernador general, lo que también es injusto con su antecesor, ni ignoraremos la información de que está prófugo», afirmó Nogle, por lo que cree que la palabra «fugitivo» encaja perfectamente en la situación de Puigdemont.

sinónimos

También son correctos otros sinónimos ya utilizados en los periódicos, como prófugo o prófugo. Ninguna de las palabras que suele acompañar a Puigdemont describe perfectamente su situación jurídica, pero la terminología jurídica no siempre es la mejor para entender la actualidad. Por ejemplo, el expresidente fue imputado in absentia (in absentia), pero si le llamamos rebelde (término correcto según el Diccionario de la Real Academia Española), induciría a error al lector porque podría confundirlo con la persona que cometió la rebelion. Traición.

Háganos saber dónde vive Puigdemont -porque la definición del diccionario de fuga no significa esconderse-; de hecho, coopera con la justicia belga -pero no con la española, como señaló el Tribunal Supremo al desestimar su recurso- o que tenía una defensa legal – demostrando que tenía todas las garantías – como dice el lector, este hecho no cambia el hecho de la fuga.

En este caso, la elección del idioma es crucial. La redacción tiene la obligación de evitar narrativas egoístas: no puede limitarse a difundir el vocabulario que nos proporciona sin espíritu crítico, ni puede permitir una descripción simplificada de los hechos que disminuya su gravedad.

Para contactar con el defensor se puede escribir un correo electrónico a defensora@PeriodistasdeGénero.es o enviar un mensaje de audio de hasta un minuto de duración a este número vía WhatsApp. +34 649 362 138 (Este teléfono no responde llamadas).

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