Olimpiada Europea de Informática Femenina, una receta para cerrar la brecha de género

La Olimpiada Europea de Informática para Mujeres se estableció en 2021 para alentar a las niñas a programar en su adolescencia. Abrió en Zúrich y este año en Antalya, Turquía. Las estadísticas globales no brindan una buena imagen de la representación femenina en el mundo de la programación. Según datos publicados por el portal Statista, casi el 92% de los desarrolladores de software a nivel mundial son hombres. Antes de la pandemia, el 9,3 por ciento de los promotores en España eran mujeres, según un estudio de la consultora Pearson.

La Olimpiada Europea de Informática Femenina nació para paliar esta brecha de género. La edición de 2022 se llevó a cabo del 16 al 23 de octubre con más de 150 participantes. Todos tenían entre 12 y 20 años, que era la petición del grupo.

España lo está haciendo bien. Cada uno de sus cuatro representantes recibió una medalla: 2 de plata y 2 de bronce. En este tipo de competición, los países punteros suelen ser Estados Unidos, China y algunos países de Europa del Este. Pero luego llegaron los alemanes y otros europeos. Por ello, la entrenadora del equipo, Blanca Vergo, destacó la importancia de los resultados: “Estamos muy ilusionados por ganar a Italia y Alemania porque demuestra que vamos en la buena dirección. Están tradicionalmente en PeriodistasdeGénero A muchas veces mejor”. que España en las Olimpiadas Internacionales Mixtas».

El puntaje más alto es para el representante de Georgia (aunque no está en Europa, es un país invitado), y a nivel oficial, la primera medalla de oro pertenece al representante de Turquía. El ejercicio que deben resolver los concursantes consiste en un enunciado con un problema de programación algorítmica. Utiliza lenguajes como C++, Java o Python. Se agradece encontrar una solución correcta, pero evoluciona rápidamente y el proceso utiliza muy poca memoria. En todo ello, destacan las también medallistas de plata Lucía Aparicio y Laura Mandow y otras dos medallistas de bronce, las españolas Adriana Aguiló y Amal Dokkar. Y los podios se distribuyen por rango de puntuación, normalmente con varios participantes por medalla.

Más allá del metal, es importante alentar a las niñas a interesarse por la programación desde una edad temprana. La seleccionadora de la selección española, Blanca Vergo, sabe la importancia de esto. Su currículum en su juventud fue excelente. Ella está estudiando Matemáticas y Ciencias de la Computación en el año 3 en la Universidad de Oxford con una beca completa. Pero ella ya trabajaba para una firma de consultoría (se unió cuando tenía 16 años), hizo una pasantía de investigadora en DeepMind y ganó varios premios por programar en Python.

Huergo ha estado tomando cursos de programación y matemáticas desde que tenía 11 años, y también es la única niña en mucho tiempo en ganar una medalla de oro en la competencia mixta de la Olimpiada Española de Informática. Esto hizo que se interesara por las competiciones y creó la OIFem (Olimpiada Femenina de Informática) con el objetivo de educar a las niñas en España y formarlas para competir. Hizo esto durante una de las cuarentenas que pidió cuando aterrizó en el Reino Unido en octubre de 2020. Habló con otros participantes de los Juegos Olímpicos Nacionales Mixtos, quienes crearon la organización.

Huergo fue seleccionado como director y comenzó a diseñar un plan de clases con capacitación. Diariamente habla con los estudiantes, analiza el código que han escrito, lo corrige y los guía. «El objetivo principal de OIFem es crear una comunidad interconectada de programadores en España. Así como tienes amigos del equipo de fútbol que comparten tus aficiones, es positivo tener amigos programadores que comparten tus aficiones», explicó el presidente de OIFem. .

Lucía Aparicio está emocionada por regresar del partido en Antalya. Y no solo por su medalla de plata. «Me permitió conocer a otras chicas de mi edad que tenían los mismos gustos y pasé una semana con ellas. Competí, trabajé duro y me divertí al mismo tiempo», dijo la joven de 17 años. Por su parte, la primera vez que se apuntó a un concurso de matemáticas fue cuando cursaba segundo de ESO, cuando la animó su profesora. Ella no es ajena a esto, pero está segura de que la experiencia le ha dejado una impresión duradera. Hizo hincapié en «lo fácil que es hablar y hacer amigos con otros concursantes».

Una de las jugadoras que se hizo amiga de la representante española fue la italiana Noemí Gambiracio, que ganó la medalla de bronce. A la edad de 16 años, comenzó a entrenar para competencias de programación hace dos años. «Esta semana ha sido fantástica para mí. La gente que puedes conocer en este tipo de competición es un factor diferenciador. Nunca había visto una ceremonia de apertura tan amena y social».

La pasión por el juego y todo lo que lo rodea favorece a las nuevas chicas interesadas en programar código. «Al final, estas cosas se transmiten de boca en boca», dijo Huergo. «Si hay un chico que tiene un amigo que está en competencia, es más fácil encontrarlo y hace lo mismo. Los chicos no saben de competencias de programación hasta ahora, las chicas carecen de la semilla para tener un amigo programador que anime a los demás». más tarde».

En España, el porcentaje de mujeres graduadas en ingeniería informática en 2020 no llegó al 10%, según datos del Sistema Universitario Español Data and Data Report. Esto puede arrojar algo de luz sobre la desmesurada existencia de los últimos en el ámbito laboral. Algo que el fútbol femenino quiere corregir. “En última instancia, se trata de tratar de trasladar esta representación de la mujer al mundo del trabajo y al mundo de la universidad”, dijo Huergo.

«Antes de aplicar a OIFem, no sabía programar», dice Lucía. “Y en los últimos dos años, puedo decir que ha tenido un gran impacto en mí.” Ahora está cursando una doble especialización en matemáticas e ingeniería informática. No sabía lo que quería hacer, pero apuntó en una dirección clara: «Definitivamente se tratará de programación y matemáticas».

Para Noemí, iniciativas como la Olimpiada Europea de Informática Femenina van un paso más allá: “Creo que estas competiciones son importantes. No estamos aquí solo por una buena clasificación. Estamos aquí para recordar e insistir en que las mujeres pueden intentar conseguirla. objetivos, y ella tiene derecho a triunfar o fracasar de la misma manera que los hombres sin correr el riesgo de perder su credibilidad».

En OIFem han formado a cientos de alumnos y cuentan con un equipo de 25 voluntarios (incluido un segundo entrenador, Izan Beltrán, que se desplazó a Antalya). Huergo señaló que el número de niñas que participan en competencias regionales y nacionales ha crecido considerablemente en dos años. Esta práctica y la última vez fueron medalla de plata femenina en la Olimpiada Nacional Mixta. “Se puede ver el camino y el objetivo es que en el futuro ya no necesitemos OIFem”, comentó el presidente de la organización. Se refiere al momento en el juego mixto cuando se compensa el equilibrio de género. Pero admite que todavía queda un largo camino por recorrer para llegar allí.

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