WASHINGTON, 8 de junio (Euronews) — El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, presentó una demanda contra 30 condados en el estado del mismo nombre para emitir una orden ejecutiva que prohíba el alquiler de viviendas para inmigrantes.
“Esta demanda busca poner fin a este sesgo xenófobo y garantizar que nuestra nación actúe mientras trabajamos juntos para enfrentar esta crisis humanitaria de manera justa y humana, como lo hemos hecho desde el principio y lo seguiremos haciendo”.
En ese sentido, comentó que desde que comenzó la crisis de los inmigrantes, “la ciudad de Nueva York ha estado casi sola para brindar albergue, comida, ropa y otros servicios a los solicitantes de asilo que llegan a nuestra ciudad”. Por eso, enfatizó que su gobierno está haciendo -y seguirá haciendo- algo a la par: “Pero necesitamos que todos los pueblos y ciudades del estado también pongan de su parte”, señaló.
«Hemos hecho sonar repetidamente la alarma de que nuestro sistema de refugios está a plena capacidad y nos estamos quedando sin espacio. Si bien muchas comunidades han mostrado un tremendo apoyo y entusiasmo al dar la bienvenida a estos recién llegados a sus pueblos, algunos funcionarios electos intentan construir muros metafóricos alrededor de sus ciudades a través de órdenes ejecutivas ilegales».
El alcalde le pidió a un juez a fines de mayo que permitiera que la ciudad suspendiera sus obligaciones de derechos de vivienda, citando la «incapacidad» de la ciudad para acomodar a todas las personas sin hogar. El Concejo de la Ciudad de Nueva York quiere renunciar a la regla cuando la ciudad «carece de los recursos y la capacidad para construir y mantener refugios adecuados, personas y lugares seguros», según el departamento legal.
Además, advirtió a principios de año que la ciudad no podría acoger a más inmigrantes y exigió que el presidente Joe Biden tome medidas destinadas a “realizar una solución a este problema”. La situación llevó al alcalde de Nueva York incluso a advertir a la gobernadora del mismo nombre, la también demócrata Kathy Hochul, diciendo que la ciudad estaba «al borde de un abismo» y en un «punto de ruptura».