El caos ha reinado en la red social Twitter desde que Elon Musk la compró. Cada tuit que ha hecho el magnate nacido en Sudáfrica desde que se hizo cargo de la compañía ha revolucionado la plataforma: servicio premium de 8 dólares al mes, cambios en las políticas de moderación de contenidos, despidos masivos… pero en las últimas horas aquí las cosas pasan ya al rojo vivo. Cientos de trabajadores rechazaron su ultimátum a los empleados, que expiró el jueves, para que se fueran los que no querían seguir trabajando en el barco. Muchos de esos empleados publicaron videos en las redes sociales como despedidas o para expresar su descontento con las nuevas clases de la empresa.
Las protestas y los comentarios humorísticos corren como la pólvora por las redes sociales. Un video que se ha hecho viral en las últimas horas muestra el nombre de Musk proyectado en la fachada de la sede corporativa de Twitter en San Francisco, seguido de una serie de adjetivos menos populares. De estos, el término «Space Karen» ha tenido un impacto particular como una burla de sus intenciones manifiestas de colonizar Marte (Space, una mezcla de sus compañías aeroespaciales Space X y Karen, un término peyorativo utilizado para describir a las mujeres blancas) se queja de insignificancia. personas de mediana edad).
Abundan las llamadas para migrar a otras plataformas, como Mastodon o foros al estilo Reddit. También ha habido infinidad de tuits despidiéndose de Twitter, como si estuviera a punto de colapsar, y celebrando todo lo bueno y lo malo que nos ha traído. Muchos ingenieros abandonaron la empresa, lo que generó rumores sobre la vulnerabilidad de la plataforma ante posibles ataques de ciberdelincuentes o su propia capacidad de supervivencia tal como la conocemos hoy.
Ella es vieja y de confianza. Nos advierte del declive de Facebook, WhatsApp e incluso Instagram. Terremotos, ovnis y chismes. Tóxico pero la mejor red social.