El paraíso no existe. Al menos en la tierra, donde el paraíso de uno lo tiene que sufragar inevitablemente el otro. Maskan-e Mehr es el nombre del plan con el que el gobierno iraní ha querido ofrecer a todos los residentes una vivienda digna. Lo intrascendente se convirtió en paraíso, este es nuestro tiempo. Para lograrlo, en 2007 introdujo un sistema de préstamos sin intereses, transferencias gratuitas de terrenos, descuentos en permisos de construcción y facilitación de la preparación de terrenos para que la iniciativa privada se uniera a la pública. El objetivo era construir un millón y medio de viviendas sociales construidas no acullá de las principales ciudades para aquellos que no tenían una vivienda propia. Otro de los objetivos era relevar a una metrópoli como Teherán en el paso de los vigésimo millones de habitantes y revertir el crecimiento descontrolado de esta metrópoli con otras opciones de vida.
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Pero la parentela no solo vive en un domicilio. Y la suma de los pisos no hace una ciudad. Así quedó demostrado en Pardís (origen etimológico de «paraíso»), a media hora de Teherán. Además de los bloques de viviendas, el plan clave asimismo preveía las instalaciones y servicios necesarios, como carreteras y sistemas de alcantarillado o una red de agua potable, pero no se ampliaron. Estas deficiencias convertían los bloques de apartamentos en lugares inhabitables.
Pardis está a 20 kilómetros de Teherán.manolo espaliu
¿Qué sucedió? ¿Cómo se puede planificar con tal incapacidad? El fotógrafo Manolo Espaliú, que lleva casi una término fotografiando estos proyectos, explica que las iniciativas privadas y públicas se vieron atrapadas en una inflación vertiginosa, alimentada por el endurecimiento de las sanciones internacionales durante el gobierno de Ahmadinejad y, en particular, el mandato de Trump. A estas tasas, los desarrolladores privados vieron caer sus ganancias y finalmente abandonaron muchos de los proyectos de construcción completa. En esos 15 abriles se construyeron diecisiete ciudades y más de mil nuevos núcleos de población. El plan para habilitar viviendas alternativas concentró las energías y presupuestos del gobierno y el negocio de muchos desarrolladores privados. Fracasaron juntos.
Arquitecto de formación, Espaliú publica regularmente en GEO, GEO Histoire y Le Figaro Histoire. Y lleva 14 abriles viajando por Irán. Empezó cuando su padre construyó allí unos astilleros. «Y siempre he encontrado que Irán es un lugar mítico y distante». Además de su curiosidad por el mundo islámico, a este fotógrafo le interesa el patrimonio histórico. Así firma Espaliú, más allá del memoria/denuncia de Maskan-e Mehr, la serie Viaje a Persia, en la que describe el periplo de García de Silva y Figueroa -el descubridor de Persépolis- como embajador de Felipe III. Desde el Colegio de Arquitectos de Sevilla, donde expone esta serie iraní, explica que estos asentamientos inacabados se construyeron casi siempre en un entorno árido, casi desértico y con poca consideración por las cuestiones medioambientales. De las viviendas terminadas, aproximadamente 200.000 viviendas carecían de ataque a redes eléctricas y saneamiento primordial. Y en 2017, una de esas ciudades, Sarpol-e Zahab, fue duramente golpeada por un terremoto que mató a más de 600 personas precisamente por la mala construcción.
Gran parte de la período de construcción de la nueva ciudad quedó inconclusa.manolo espaliu
La mala calidad de la construcción, el renuncia de los proyectos y la desliz de finalización de las manzanas provocaron el fracaso del tesina de dotación de viviendas para los más desfavorecidos. Además, el plan Maskan-e-More ha consumido gran parte del presupuesto estatal y se ha convertido en uno de los principales obstáculos para la recuperación económica de Irán. Espaliú fotografió a Pardís acoplado antaño del confinamiento de 2020. Los primeros estaban ocupados, aunque había problemas de desliz de servicios”. El clima es duro: es una ciudad dormitorio pero mal comunicada con la renta. Esta distancia múltiple ha creado otro problema, explica, «el desarraigo de una población tradicional y religiosa, como es la clase baja de Irán».
Este fotógrafo ha estado trabajando en su propio carta del fracaso de Irán durante 8 abriles. El primer pueblo que fotografió en 2014 fue Biryand (Khorasan del Sur) en la frontera con Afganistán. Pardís es la última de las ciudades que retrató para el espectáculo Encontros da Imagen de Braga. Ahora se puede ver en el Colegio de Arquitectos de Sevilla hasta el 24 de junio. Hoy, la densidad de ocupación en Irán sigue siendo muy desvaloración. “Cuando se completó el plan Maskan-e Mehr, había un total de 200.000 viviendas en las que nadie se había inscrito. Hay que decir que para el registro se tenían que cumplir estrictas condiciones socioeconómicas, no todo el mundo podía acceder a él”. Cómo se calculó quién podía habitar en las casas y cuántas se podían construir es otro ocultación que presenta Espaliú en esta ruina moderna a las alloz de las ciudades de Irán.
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