El 10 de enero de 2022, Nelson Cox fue destituido del Ministerio del Interior, que tenía vínculos directos con la policía, por el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo del Carpio, por el cargo de viceministro. La excusa oficial fue contratar como asesor legal a Augusto Villarroel, otro viejo marinero que había actuado como abogado de la familia de Arturo Murillo.
La Central Única de Trabajadores Migrantes de Bolivia lo ha defendido públicamente señalando que el ministro Del Castillo está afiliado. Unos días después, fue recontratado como director jurídico del Ministerio de Cultura, quizás el último refugio «Evista». Apenas unos días después, comenzaron las peores hostilidades -por ejemplo, Morales acusó a Del Castillo de impedir operaciones antinarcóticos- y no hubo vuelta atrás en la reconstrucción de las relaciones.
Cox, al igual que Evo, es orureño y descendiente de cochabamba, y desde su «sensacional» surgimiento como Viceministerio de Justicia y Derechos Fundamentales (cargo que ocupó en dos ocasiones, aunque brevemente), ha sido una figura polémica dentro del partido de gobierno. El primero fue designado por la dirigente bartolina Nilda Copa, de Tarija, para un mandato inferior a un año: del 29 de abril de 2011 al 28 de febrero de 2012. Nombrado por segunda vez por Héctor Arce Zaconeta para el período del 18 de abril de 2018 al 24 de julio de 2018.
Antes y después de su «caída en desgracia», su comportamiento, comportamiento y tendencias despertaron las sospechas de los sectores más fundamentalistas del MAS: fue destituido en 2012 a causa de un accidente que provocó mientras conducía con una graduación alcohólica superior al límite permitido, pero el escándalo continuó. Esto quedó acallado al cabo de un mes, cuando fue reasignado al mismo departamento como jefe de justicia para los campesinos indígenas y primitivos, un puesto que no parecía haber sido diseñado para su carrera occidentalizada.
Aunque fue «ascendido» a viceministro sólo dos veces, durante los gobiernos de Morales y Arce, su poder creció en las sombras: tanto la base como la oposición lo veían como el «protegido» de Evo. mover.
Entre 2014 y 2016 pasó a la Fiscalía General de la República a cargo de Héctor Arce Zaconeta, quien luego lo llevó al Ministerio de Justicia, pero en un paso intermedio buscó un cargo de mayor perfil y finalmente encontró el cargo de Defensor del Pueblo en Cochabamba. . Esto le gustó: después de un segundo breve período como viceministro, regresó allí y allí sufrió un «golpe de estado», convirtiéndose en uno de los que permanecieron en la primera fila de la oposición. Con esas credenciales intentó ser alcalde de Cochabamba en 2021, pero no cumplió con los criterios de la base pero sí contó con el respaldo del organismo. No le pegó: Manfred Reyes Vera le ganó…
Cox a menudo mezclaba dilemas marxistas con formas vernáculas, pero sobre todo era un declarado y fundamentalmente vestigio de los orígenes de la controversia actual: sería difícil distinguirlo de Delcas. La crisis de Tillo se distingue de las consecuencias posteriores de Morales y Arce.
Hoy vuelve a ser el ariete del Secretario Del Castillo. ¿Podrá tener éxito esta vez?
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