La iglesia de San Carlos Borromeo, donde ejerció como párroco, se ha convertido en un hervidero de movimientos sociales desde el final del franquismo
enrique de castro, Conocido como el «Sacerdote Rojo» de Vallecas, falleció hoy de cáncer en Madrid a los 80 años tras una vida dedicada a la protección de personas en riesgo de ostracismo.
De Castro nació en Madrid el 10 de febrero de 1943, hijo de un piloto del ejército franquista. Estudió en la Academia Pilar, donde compartió aula con otros niños de la burguesía madrileña. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Santander Comillas y la Universidad Complutense de Madrid, y posteriormente se licenció en Teología por la Universidad de Comillas tras trasladar su sede a la capital española.
Desde temprana edad mostró una gran preocupación por los temas sociales, lo que también lo involucró en temas de marginación, pobreza e injusticia en los barrios populares de Madrid, donde daría clases a los más humildes de los niños.
En ese momento, la Iglesia estaba pasando por un período de renacimiento después del Concilio Vaticano II, y En marzo de 1972 fue ordenado sacerdote Vicente Enrique y Tarancón, arzobispo de Madrid. Y por sugerencia de una monja, se solicitaron servicios en Vallecas, uno de los barrios más populares de la capital. Allí convivió con nuevos inmigrantes, con sindicalismo clandestino y militantes de izquierda.
De Castro luego se unió al movimiento de los Sacerdotes Laboristas, y un año después, con la misa involucrada, revolucionó a su feligresía y lo abrió a la gente del área del Alto del Arenal. De alguna manera, su ethos religioso y católico y su animosidad social se unieron.
Su popularidad lo convirtió en un objetivo de la brigada sociopolítica de Franco en ese momento. En 1975, mientras el obispo Alberto Iniesta leía una homilía contra los últimos fusilamientos del franquismo, el entonces «cardenal Vallecas» Fue detenido y recluido en CarabanchelCon la transición, Enrique Castro reivindica que la democracia y la justicia social se involucren más tarde en la lucha contra la droga, que invade los barrios más rudos de Madrid.
En 1981 se trasladó a San Carlos Borromeo, una iglesia cercana a Entrevías, después de que algunos fieles se quejaran de albergar a drogadictos. Allí fundó la Conferencia de Madres contra las Drogas. A mediados de la década de 1980, lideró la represión contra los narcotraficantes, se quejó e incluso acudió al Congreso Nacional del Pueblo.
Otro aspecto es el apoyo a los inmigrantes, los nuevos desplazados que llegaron a Madrid a finales del siglo XX. Su iglesia de San Carlos Borromeo se convirtió en un semillero de movimientos sociales, con la Semana de la Lucha Social comenzando con protestas en la Catedral de la Almudena y corridas de toros con rebeldes y ocupantes ilegales en lugares emblemáticos.
Los sacerdotes no convencionales llevaron el dogma de la iglesia y el «sacerdote rojo» se convirtió en el punto de vista de la conferencia de obispos. año 2006, Monseñor Rouco Varela, entonces presidente del Sínodo, anunció el cierre de San Carlos Borromeoal final no lo tomó, pero con el tiempo se convirtió en un centro pastoral, e incluso después de jubilarse, continuó ayudando a quienes lo pedían.
En septiembre de 2004, publicó su libro «Fe y engaño», en el que ataca a la iglesia institucionalizada. En septiembre de 2015, el Consejo General de la Abogacía Española le otorgó el Premio de Derechos Humanos, que incluía numerosos reconocimientos a su militancia social.