EL PAÍS

Antonio Fernández Alba, académico de la Real Academia de España (RAE) y uno de los arquitectos españoles más importantes de la segunda mitad del siglo XX, falleció este martes en Madrid a los 96 años, informó la agencia. Fue elegido presidente el 16 de diciembre de 2004 y pronunció un discurso el 12 de marzo de 2006 titulado «Palabras sobre la ciudad natal», en el que reflexionó sobre el idioma y el cambio urbano. La idea fue precursora de su trabajo en la RAE, que, según afirma, «intenta acercar los sonidos de la ciudad al lugar donde se crean las palabras». Fernández Alba, nacido en Salamanca el 17 de diciembre de 1927, es el único arquitecto que actualmente forma parte del Pleno de la RAE y el primer arquitecto en incorporarse al mismo, obteniendo el Premio Nacional de Arquitectura en 1963 y el Premio Nacional de Restauración en 1981. Miembro también de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1986, está asociado al Grupo El Paso y pertenece a una generación de arquitectos vinculados al arte que, según afirma, «intentó integrar la modernidad en la época oscura del siglo XIX». Los años cincuenta y España en los años sesenta”.

Fernández Alba, licenciado en Arquitectura por la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1957, se consideraba un “hijo de la razón” y criticaba cuestiones como la especulación inmobiliaria y los arquitectos pretenciosos de las grandes ciudades: “El capitalismo bárbaro es anarquía en la resolución de problemas espaciales. , donde los ciudadanos sólo cuentan como un número”, afirmó. Esta crítica también la expresó en una treintena de artículos publicados en El País, abordando temas como la enseñanza de la arquitectura, la obra de Gaudí o el urbanismo.

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Es Catedrático de Elementos Compositivos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y ha sido doctor honoris causa por la Universidad de Valladolid, la Universidad de Alcalá de Henares y el Instituto Politécnico de Cartagena. En 1977 fue brevemente director del Centro de Estudio de Nuevas Expresiones (Cinfe) del Ministerio de Cultura, que, en sus palabras, fue creado para «promover instituciones, talleres y actividades grupales o individuales». Sin embargo, dimitió cinco meses después por «dificultades para formular planes».

En 1984 fue nombrado miembro de la Junta Directiva del Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC). Desde ese año hasta 1987 fue director del Instituto para la Conservación y Restauración del Patrimonio Artístico y miembro del Patronato del Museo del Prado (1996-1999). Como arquitecto se encargó principalmente de edificios institucionales como la restauración del Monasterio Carolo de Salamanca (1958-1962), por la que recibió el Premio Nacional de Arquitectura, y la restauración del Observatorio Nacional, que le valió un resurgimiento nacional. Pero Fernández Alba fue el primer responsable de la restauración del antiguo Hospital San Carlos y su transformación en Centro Nacional de las Artes Reina Sofía, encargo que le fue encomendado en 1979 pero del que se desvinculó en la fase final. Asumió el cargo en 1986. Es también autor de la Restauración de la Plaza Mayor de Salamanca (1983).

Antonio Fernández Alba se incorporó a la RAE en 2006. En la foto, acompañado de Carlos Castilla del Pino (izquierda) y Álvaro Pombo.Claudio Álvarez

Entre sus obras más relevantes se encuentran la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, con sus amplios salones con lucernarios también en la capital, el tanatorio de la M-30 y el Centro de Investigaciones Biológicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); Palacio de la Cultura de la Victoria y edificio del Campus Politécnico de la Universidad de Ciudad Real. Entre los premios recibidos destaca la Medalla de Oro en Arquitectura (2002), que recibió por «la excelencia constructiva y la dedicación sostenida de su obra».

Además, es autor de «Diseño entre teoría y práctica» (1971), «Domus Aurea» y otros libros. Diálogo en la casa de Virgilio (1997), De varia Restauratione: intervenciones en el patrimonio arquitectónico (1999), Espacio normativo. El lugar de la invención (2000), La ciudad herida (2001), El Escorial, metáfora en piedra (2004) y La fuente de Ilión (2010). En 2016 se publicó «En el umbral del mundo». Entorno urbano, espacios y lugares de la sede de la Real Academia de España, primera obra íntegramente dedicada a la arquitectura institucional, inaugurada en 1894. A partir de 2018 es «Locus civitatis»: escritos metropolitanos y otras afinidades. Sus últimos trabajos son «Closed Autumn Blues» (2021), «Stones» (2022) y «Breaking Dawn» (2023).

Todavía vale la pena recordar esta reflexión, que presagia en parte las características que definen la sociedad actual: «En la ciudad de la información, asistimos a un número cada vez mayor de signos, artefactos efímeros, historias fugaces y recuerdos apresurados de la propia lógica. El consumo, en un compulsión neutralizante, en una esquizofrenia mediática que fragmenta la propia subjetividad.»

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