Ni el peronismo ni la derecha tradicional respondieron a una sociedad que inventó un término para describirse gráficamente
La victoria de Javier Millais en las primarias argentinas muestra en realidad el cansancio de los votantes que viven desde hace años en las fisuras políticas que caracterizan a los argentinos.
A diferencia de lo que sucedió en Bolivia, Argentina ganó recientemente una alternativa igualmente desastrosa en el ánfora: Mauricio Macri y Cambimos reemplazaron con éxito a Cristina Fernández de Kirchner, superando a Daniel Schawley, quien en realidad nunca tuvo muchas opciones. Macri se comprometió a acabar con el deterioro paulatino de las reservas y del peso argentino, además de reformar el sistema de bienestar argentino para acabar con el famoso “plan”. No solo no lo hizo, el peso ha perdido el 400% de su valor, y la liberalización de las exportaciones de alimentos solo seguirá drenando la riqueza del país.
Los PASOS no tienen más fuerza legal que la selección de candidatos, pero los totales se ven como avances, pero siempre son engañosos
Ni el peronismo ni la derecha tradicional respondieron a un término inventado para explicar gráficamente su propia sociedad, como vivir en cables, que retrataba muy bien la supervivencia. Este país ha desconfiado durante mucho tiempo de sí mismo, ha vaciado sus propios dólares, no confía en su propia industria ni en su potencial, ha permitido que se cuestione su educación y su salud pública y ha vivido a costa de su gente. Buena suerte, pero también molesto.
Esta vez, Javier Milei ya no es una novedad en la elección, sino una realidad institucionalmente cimentada en pasados comicios parciales, hasta las primarias abiertas sincronizadas y forzadas del domingo pasado, donde la indignación fue que Provincias salió mal.
El horario de Millay es caótico. Desde que comenzó a ser invitado en los programas de debate de la televisión, no está claro si están hablando, discutiendo o analizando, pero ha hecho una gran diferencia. No se desarrolló en la web, sino en la televisión, siendo la primera su vehículo de resonancia. En cuanto a la economía, habla del liberalismo en todo tipo de perogrulladas antisistema: nada de lo que hace es lo suficientemente liberal, pero nunca dice exactamente lo que hará. Peor aún es su programa social o moral, el mismo que defiende la vida y se opone al aborto, proponiendo un libre mercado abierto de órganos o de armas.
Millay tiene una respuesta para todos con una lógica muy simple, todos son siempre responsables, pero si acaba de tomar su decisión de dirigir la segunda economía más importante de América del Sur, eso podría cambiar muy rápidamente.
Los PASOS no tienen más fuerza legal que la selección de candidatos, pero los totales se ven como un avance, pero siempre pueden inducir a error: enviar un mensaje votando por los más radicales vs. elegir posteriormente a sus representantes o colocarlos Una cosa es la segunda vuelta , por cierto, los peronistas estarán más felices de encontrarlo.
La próxima cita será en octubre y veremos qué pasa cuando la votación se tome en serio y tenga implicaciones para PeriodistasdeGénero y el continente.