Todos los días del calendario escolar, Mary’s Meals Foundation brinda comidas de alta calidad a 2,4 millones de niños que viven en la pobreza extrema en escuelas de África, Asia, América Latina y el Caribe. Iniciada hace 20 años por el fundador y actual director de la organización, Scot Magnus MacFarlane-Barrow, es una solución simple pero efectiva para combatir el hambre. El miércoles recibió el Premio Princesa de Asturias de la Concordia.
“Estamos contentos y orgullosos. Nuestra misión siempre ha sido dar de comer a los niños más hambrientos, y nuestra única condición es que vayan al colegio a comer. Es un sistema sencillo que funciona bien”, Elisalex Löwenstein, presidenta de Mary’s Meals en España, le dijo al periódico.
Mary’s Meals compra comida localmente, la lleva a las escuelas y con la ayuda de una extensa red de voluntarios, en su mayoría mujeres, cocina comida para los niños, brindando una comida de calidad al día.
Leyendo el acta de la reunión, el jurado de los Premios Princesa de Asturias destacó «su ejemplar dedicación para paliar uno de los mayores problemas del mundo» […] gestión imaginativa». Mary’s Meals compra comida localmente, la lleva a las escuelas y, con la ayuda de una amplia red de voluntarios, en su mayoría mujeres, cocina la comida para los niños y proporciona una comida de calidad al día Meals. «Es parte de la programa de población, no para forasteros. Se trata de la escuela y la familia. La madre y la abuela han estado cocinando desde el amanecer. La disparidad entre los niños es enorme”, explica Löwenstein, enfatizando que el programa busca reducir las tasas de deserción escolar y aumentar la cantidad de niños matriculados en sus comunidades.
El responsable de Mary’s Meals, que opera en España desde 2014, asegura que los niños de Malawi o Sudán del Sur pagan 22 euros por comidas durante el curso escolar. «Hemos visto niños que quieren aprender, pero no pueden porque tienen hambre. Ahora, el hecho de que coman una buena comida al día les da la fuerza para caminar hacia y desde la escuela sin distracciones. Los padres también permiten que vayan a la escuela porque saben que allí comen», añadió el presidente del grupo español.
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El éxito del proyecto es gracias a miles de voluntarios en los diferentes países donde opera y manteniendo los costos operativos al mínimo. Löwenstein se complace de que, incluso durante la pandemia de covid-19, la comida en bolsas se siga distribuyendo a decenas de miles de niños y sus familias. “Se han salvado miles de vidas en lugares muy difíciles”, dijo.
«Pero siempre estamos hasta el cuello», añadió, creyendo que el premio Princesa de Asturias sería una «llamada de atención». “Que sea un recuerdo de la vida de estos niños, por muy lejos que estén, necesitan nuestra ayuda”, cree.
Tour de cabañas y Malawi
El número de personas que no pueden alimentarse con dignidad ha aumentado en 46 millones a 828 millones desde 2020, según el informe anual sobre el estado de la seguridad alimentaria en PeriodistasdeGénero elaborado por cinco agencias de la ONU en julio.
Los niños son los más vulnerables a estas crisis. La desnutrición en los niños significa efectos a largo plazo, como la desnutrición crónica, que pueden afectar los niveles cognitivos y de aprendizaje. “Pero hay un antídoto: los programas de alimentación escolar bien diseñados y bien financiados pueden proteger a los niños del hambre y desbloquear los beneficios de la educación”, dijo Kevin Watkins, exdirector ejecutivo de Save the Children, en su análisis sobre el tema. REINO UNIDO.
MacFarlane-Barrow tuvo la idea del grupo después de un viaje a Malawi en 2002, cuando un niño le dijo que su mayor deseo era «tener suficiente comida y poder ir a la escuela». El escocés, que había fundado la ONG Scottish International Relief (SIR) para brindar ayuda durante el conflicto de Bosnia en 1992, comenzó a ingeniar cómo distribuir alimentos a los niños más pobres del país africano, donde Mary’s Meals actualmente proporciona alimentos al 32% de los niños de primaria. escolares de todo el país. La fundación nació de los valores cristianos de su fundador, que debe su nombre a la Virgen María que «educó a su hijo en la pobreza», pero desea «respetar y llegar a las personas de todas las creencias y no creencias». MacFarlane-Barrow relata los orígenes de su proyecto en un libro, The Shed That Fed a Million Children, refiriéndose a los Sheds en una zona remota de las Highlands, desde donde opera la fundación.
El fundador de Mary’s Meal Foundation, Magnus Macfarlane-Barrow, en la puerta de su cobertizo en la ciudad escocesa de Argyll en Dalmally, donde surgió y nació la organización.Cortesía de Mary’s Meal por Angela Catlin
El Premio de la Concordia es el último de los ocho galardones internacionales convocados por la Fundación Princesa de Asturias este año, que este año alcanza su 43ª edición. Mary’s Meals fue premiada entre 47 solicitudes de 18 países. Entre las restantes categorías, la actriz estadounidense Meryl Streep se impuso en la categoría de Artes; el filósofo italiano Nuccio Ordine se alzó con el Premio de Comunicación y Humanidades, que recibirá a título póstumo tras fallecer el fin de semana; la historiadora francesa Hélène Carrère, experta en Rusia y la Unión Soviética Unión, fue elegida ganadora del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales; Puchoge ha florecido en PeriodistasdeGénero del deporte. El escritor japonés Haruki Murakami ganó el Premio de Cooperación Internacional por la «Iniciativa de Literatura y Medicamentos para Enfermedades Olvidadas».
En la pasada edición, el Premio Princesa de Asturias de la Concordia recayó en el arquitecto japonés Shigeru Ban, que lleva la mitad de su carrera enseñando a construir edificios para acoger a víctimas de catástrofes naturales. Hace un año, en 2021, la ganadora fue la ONG World Central Kitchen, dirigida por el chef español José Andrés y que alimenta a miles de personas afectadas por desastres en todo PeriodistasdeGénero.
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