El fotógrafo francés Pierre Gonnord (Chorlet, nacido en 1963) vive en Madrid desde 1988, aunque saltó a la fama cuando fue elegido por Palacio Presidencial para fotografiar a José Luis Rodríguez Zapatero a finales de 2021 Expuesta en la Sala de Expresidentes del Gobierno del Palacio de la Moncloa. El importe del contrato era de 35.000 euros más IVA, considerado demasiado elevado por los detractores y la opinión pública para una fotografía, pero la elección del artista no fue casual.
Gunnold, autodidacta y con una influencia cada vez mayor, ha sido reconocido como uno de los maestros de la fotografía de retratos desde que hizo del rostro humano un enfoque principal en 1998, convirtiéndolo en uno de los artistas más buscados en el campo. El Rector de Málaga presenta la exposición Cuentos, una selección de las últimas obras de Gonord, comisariada por Sema D’Acosta, donde destaca el díptico creado desde 2018, donde el artista confronta rostros humanos con pájaros.
Díptico ‘Armando-Héctor’.
Transeúntes de Prado. Como explica el propio Gonnord, el origen de estos dípticos es doble, aunque se sitúa en 2018: por un lado, el Museo del Prado le invita a participar en un proyecto colectivo comisariado por Francisco Calvo Serraller «Mira su reacción ante el fotógrafo de El Prado, lo que pudo descubrir allí y a la vez lo que lo inspiró, encontró tierra fértil en ese lugar tan especial, rodeado de pinturas y esculturas”, recuerda y agrega: “Se decidió trabajar con los transeúntes. del museo, con personas anónimas que visitaron las salas».
‘Sardis’ (2012)
En esa época también empezó a trabajar con los cetreros en Benavente (Zamora), presenciando de primera mano las cacerías de cetrería. «Estoy constantemente rodeado de pájaros claramente amenazantes y me inquieta. Los humanos somos seres racionales con capacidades diferentes, pero no superiores. Los animales tienen un sexto sentido, entienden cosas que ni siquiera podemos imaginar”, explica. Así que Gunnold decidió enfrentarse uno tras otro, humanos familiares y animales misteriosos. «Todos los dípticos están conectados, sean obvios o no. Funcionan como poesía, y a veces se ven ridículos, a veces se ven más épicos”, dijo.
En el título de cada díptico, se nombran maniquíes y pájaros: Sophie la niña y Cassandra la lechuza, Arthur el buitre y el joven Leonardo, Bode el mirlo y Mihai el minero conviven, evocando una fusión física de anatomía y gesto, pero encontrando su mayor fuerza en una mirada compartida. Además del díptico, es especialmente conmovedora la serie de nueve fotografías de la lechuza recién eclosionando su huevo.
‘Sardis’ (2012)
La exposición se completa con una serie de pinturas de paisajes del artista relacionadas con leyendas e historias populares. «Algunos vienen de la montaña o de los bosques, otros de la costa, cerca de los naufragios de Galicia, una tierra mágica especial. Esos lugares asociados a la tragedia luego dejaron una huella de miedo e incertidumbre, pero también de fascinación”, dijo. Gente, lugares y pájaros, fantasía fantástica de Pierre Gonord.