La legislación no es suficiente. Este principio se puede aplicar en casi todos los ámbitos de nuestra vida para cambiar tendencias o generar nuevos escenarios. Los deportes no son una excepción. En 2007 se aprobó una ley estatal específica «contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte». Desde entonces, el número de situaciones de violencia e intolerancia identificadas por nuestro sector ha seguido aumentando, sin que haya un aumento concomitante de la firmeza y determinación para imponer las sanciones correspondientes. Vale señalar que la propia Comisión Nacional contra la Violencia advirtió en su informe anual que faltaba firmeza a la hora de sancionar la violencia allí donde se detectaba.
Debido a la falta de eficacia regulatoria, hay que añadir también que la ley de hace 15 años no era ambiciosa en el alcance previsto. La ley de 2007 mantuvo la LGBTBIfobia fuera del foco de atención, y en los deportes es recompensada por una industria que ha cosificado los estereotipos durante años. hasta hoy.
Hoy, el deporte es precisamente el motor del cambio para la igualdad, empezando por el deporte femenino, que visibiliza nuevos referentes y normaliza la transformación de roles. Con los deportes adquiriendo nuevas velocidades, los legisladores estatales se subieron al tren en el momento adecuado para incorporar cambios a la ley deportiva en el proceso parlamentario. Entre otros avances regulatorios, el nuevo proyecto de ley incluye cambios a la ley de 2007 para incluir la violencia basada en la orientación sexual, identidad o expresión de género. Como resultado de estas acciones, la ley permitiría suspender juegos e incluso desalojar instalaciones, aunque todavía existe una distancia entre la retórica y los hechos.
Esta vez la Legislatura parece prometer un plazo para aprobar una nueva ley del deporte y tendremos un nuevo marco regulatorio y veremos una vez más que la legislación no es suficiente. En esta coyuntura, debemos considerar qué medidas de apoyo se necesitan para lograr los cambios deseados en la ley. Para mostrarte un botón, los deportes femeninos han crecido exponencialmente desde esa explicación.
En los últimos años, clubes, federaciones, voluntarios, familias y deportistas han dado la vuelta a las estadísticas y han mantenido el crecimiento del deporte femenino a través de campañas y visibilidad. La inclusión de los medios de comunicación en todo este trabajo nos permite completar un proceso por el que hoy estamos más cerca que nunca de alcanzar la igualdad efectiva para deportistas, profesionales y directivos.
El mismo proceso se debe seguir para erradicar la LGBTBIfobia en el deporte, que también debe ir de la mano de los cambios normativos a la nueva ley del deporte. Ya sabemos que la legislación por sí sola no es suficiente. Cuando también nos centramos en la violencia por orientación sexual, identidad o expresión de género, todos los deportistas tendrán acceso a un entrenamiento seguro. El deporte, como espacio de desarrollo personal, bienestar y socialización, también debe ser un motor de cambio en este ámbito.
Con esta intención, y con el fin de seguir promoviendo la igualdad efectiva y la eliminación de la violencia en el deporte, la Federación de Federaciones Deportivas Catalanas celebra los días 15 y 16 de septiembre en Barcelona el primer Congreso Internacional del Deporte Femenino. (IWISC, autor: su abreviatura en inglés).
En el Congreso, además de otras mesas sobre temas directamente relevantes, como el papel de los medios de comunicación o la cuestión de la participación de deportistas transgénero en competición, hay un espacio dedicado a discutir el tratamiento de la LGBTBIfobia en el deporte. IWISC es el primer evento internacional organizado como una profesión multidisciplinaria, que reúne a atletas, directivos, profesionales y abogados de todas las áreas del deporte para una conferencia sin precedentes.
El deporte es portavoz y escaparate de lo mejor y lo peor de nuestra sociedad, y ha demostrado que asume con responsabilidad la tarea de erradicar los estereotipos y desigualdades que existen desde hace muchos años. Acabar con la LGBTIfobia es un gran paso hacia el movimiento que merecemos, un espacio seguro para todos y libre de violencia. Hoy en día, la legislación está un paso más cerca de lograr este objetivo, pero es nuestra responsabilidad seguir centrados en seguir adelante.
Isabel Pérezabogado y secretario general de la UFEC, Federación de Federaciones Deportivas Catalanas