Cuando Leonardo Padula (La Habana, 67), luchando con el día a día del periodismo cubano en 1989, comenzó a esbozar los personajes ficticios de su carrera, no podía imaginar que el mundo cambiaría para siempre. Unos meses después, con la caída del Muro de Berlín. Tampoco, esta carrera literaria aún en ciernes le dará un gran reconocimiento. La última vez fue este lunes por la tarde cuando recibió el Premio BNegra Pepe Carvalho a toda su trayectoria de un festival de cine que celebra su decimoctava edición, con ganadores recientes como Don Winslow, Juan Madrid, Joyce Carol Oates o Claudia Piñeiro, ha estado al frente de anunciarlo.
Padura rindió homenaje esta tarde a su amigo Manuel Vázquez Montalbán y destacó el «vacío sin llenar» que dejó su muerte en la cultura hispana, convocando a los lectores a ver su discurso este jueves, cuando pronunciará en uno de los podios la entrega del premio. Núcleo del BCNegra, que ha escrito en «seis páginas a doble espacio» porque, bromea, es un hombre «muy disciplinado».
El autor cubano publicó su primera novela protagonizada por Mario Conde en 1991. Titulada Pasado perfecto, la novela es el primer libro de una tetralogía que marca un punto de inflexión en la literatura policiaca española. Escrita por un policía que no quiere serlo, o no sabe cómo serlo al servicio del poder, la serie nos presenta una «ficción sucia y conmovedora» como el mismo Earl pretendía con algunas historias policiales sólidas y un inolvidable elenco de personajes, escribió La Habana 1989. Esto es lo que define las reflexiones del autor sobre su obra y literatura en Agua por todas partes, y la relación entre sus personajes y la ciudad en la que sigue viviendo. “Mis personajes, como yo, son habaneros. Hay quienes no lo admiten, pero en realidad son mantilleros. Casi siempre están obsesionados con sus orígenes, su entorno, su época, su ciudad. tenían que irse, se sentirían divididos: la mitad se fue y la otra mitad se quedó».
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Las novelas hablan de un mundo en crisis, de la vida en 1989 en un país con un lugar en la historia reciente muy superado por su influencia geopolítica o su tamaño. «Mi generación creció con la revolución, fueron parte de ella, pero cuando maduraron y dieron el fruto, a principios de los 90, vieron cómo se derrumbaba la Unión Soviética y todo se derrumbaba. No hay acceso a la información. Todo esto creó una sensación, que he podido trasladar a mis novelas, pero siempre empieza por los personajes”, explica en una entrevista a PeriodistasdeGenero. Padura se encuentra a menudo en relatos, memorias, reportajes e híbridos como La novela de mi vida, pero es en su serie de cine negro, a través de la mirada y peripecias de Mario Conde, donde se encuentra en la vida cotidiana la mejor encarnación. Intensa evolución histórica.
El autor de Herejes ganó el Premio Princesa de Asturias en 2015, galardón que John Banville (Benjamin Black, entonces autor de la serie El patólogo forense Quark) recibió un año antes, y en 2018, Fred Vargas adquiere la potencia de un género que una muestra tiene uno de los mejores representantes en Padura.
Después de una tetralogía de cuatro estaciones, como se conocen las primeras cuatro novelas, salta en el tiempo al presente para completar temporalmente el ciclo de las otras cinco novelas. Los últimos de ellos, los decentes (Tusquets, como toda la serie) son el mejor reflejo de la vitalidad de un personaje, Mario Conde, que ha pasado a los anales del género, y un grupo de habaneros -limitado pero universalmente Ficción de alcance. Mario Kant tiene 62 años y ha envejecido física y mentalmente. Es 2016 y lleva casi 30 años como policía, dedicando «10 años de brutalidad» a la profesión, ganándose la vida vendiendo libros usados (o cualquier cosa de valor). Continuó con su «pesimismo histórico», su lúcida comprensión de la vida, pero, como le recordaba su amigo Carlos el Flaco, también estaba atrapado «entre el dolor del presente y el miedo al futuro». Primero Los Herejes, luego La transparentecia del tiempo, Padura sufrió un cambio estilístico, en el que se adelantó la sección de historia y se aumentó mucho el número de páginas. El nuevo propósito se expresa mejor en Decent People, que es un buen augurio para el futuro de la serie Conde.
Además de sus crímenes, es autor de «Tusquets», novela sobre el asesinato de Trotsky a manos de Ramón Mercader, obra de más de 20 años de investigación. En ella el autor se convierte en detective y obtiene los resultados íntegros de la investigación. Una ficción llena de realidad, una novela en la que todos mienten, un monumento literario.
Amaba los juegos de pelota (beisbol) desde muy joven, tiene pendiente una novela sobre su pasión, y promete que si a sus lectores aún no les gusta es porque no ha descubierto “cómo hacerlo”. Creo que Cuba puede contar su historia sin hablar de sus escritores, pintores o comida, pero no puede hacerlo sin hablar de sus músicos o beisbolistas”, comentó al diario reflejando su inmenso entusiasmo.
El galardón honra a Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, figura clave en la historia de la novela negra mediterránea y un homenaje a su época Analista sobrio realista, personalidad única, especial sentido de la lealtad y diferentes perspectivas de la vida. Por supuesto, como sus creadores, Carvalho y Kant podrían haber sido buenos amigos.