Leila Slimani sale de prisión

Si las prisiones por deudas hubieran sido abolidas en Gran Bretaña años antes, el hijo de Dickens no habría sufrido lo que sufrió su padre cuando fue encarcelado por incumplimiento de contrato. Quizá su literatura hubiera sido muy diferente. Pero aunque no hay una prisión para deudores, hay una prisión para escritores, que ellos mismos han construido. Leila Slimani (Rabat 1981, Goncourt 2016) ha escapado de una de las prisiones más espantosas que puede sufrir un escritor: el bloqueo creativo. Esto le sucedió tras la publicación del primer tomo de «El país de los otros», cuando ya se había dedicado a la redacción del segundo tomo. Para salir de esa prisión, se encerró por una noche en un museo veneciano. Allí, piensa en su padre, encarcelado injustamente por problemas económicos, y utiliza su propio proceso de escritura, de paso, para saldar cuentas. A raíz de esa experiencia, escribió el hermoso cuento «Perfume de flores en la noche».

La segunda parte se titula Míranos bailar y, como todas sus obras, ha sido publicada en español por Cabaret Voltaire. La novela sigue la evolución de la familia formada por Armin y Alsace Mathilde, personaje inspirado en la abuela del escritor. Los encontramos en la primera parte de la historia, lo que no impide leer esta parte de forma independiente, gracias a un breve índice de personajes.

La historia tiene lugar durante los años de liderazgo del llamado reinado de Hassan II. Una época marcada por la represión, pero también llena de contradicciones, como el surgimiento de todo un Roland Barthes en la Universidad de Casablanca, o el surgimiento de una comuna hippie en un pueblo de Essaouira.

En cualquier caso, los hechos aquí no son más que un trasfondo encubierto. Su personaje solo conoce fragmentos de esa oscura realidad. Suficiente para nosotros los lectores. Leila Slimani sabe que los escritores derivan su verdad de su imaginación. Se dio cuenta de que los mundos público y privado eran inseparables porque, como escribió Virginia Woolf, «la tiranía y la esclavitud de uno es la tiranía y la esclavitud del otro».

Las aguas de este nuevo río fueron su espejo en el Marruecos poscolonial. Ahora, son más dóciles que cuando iniciaron su viaje por delante. La violencia apenas es un objetivo. Es una nota sostenida inquietante que se vuelve aún más conmovedora en el sorprendente preludio que mece al lector hacia el final de la historia. Anuncia incómodamente la anticipación narrativa de la tercera parte de este ciclo novelesco. Así que la autora se planteó el gran desafío de explicar cómo la generación de sus padres pudo haber sido tan feliz durante esos años terribles. Te estamos esperando.

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