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Pocos folletos de viaje lo mencionan, pero baste decir que la capital peruana, Lima, es la ciudad de Huacas, un sitio sagrado en las culturas precolombinas donde hace 5.000 años se realizaban rituales para honrar a los dioses y buscar sus bendiciones. Protegerlos. Con más de 10 millones de habitantes y una superficie de 2.600 kilómetros cuadrados, el área urbana de Lima alberga a unas increíbles 400 huacas, que se pueden encontrar en casi todos los barrios de la metrópoli. Los lugares santos de diferentes tamaños conservan parte de la memoria histórica del Perú y la sabiduría de los ancestros de los Incas.
Sin embargo, la gran mayoría de las huacas de Lima, uno de los territorios prehispánicos más extensos de América del Sur, sufría un deterioro de olvido y apatía. Hoy son solo una mezcla de espacios baldíos, aislados y peligrosos que, para los nuevos limeños, no representan ningún valor patrimonial, cultural o histórico de la ciudad en la que viven.
Si bien existen algunos casos endémicos de Huacas que son consideradas sitios turísticos o parques, la gran mayoría están rodeadas de muros y rejas, alejándolas de la comunidad. Como si eso no fuera suficiente, la legislación de larga data ha invisibilizado la herencia prehispánica. Esto significa que no se puede tocar, interferir o mejorar de ninguna manera. La política reveló la incapacidad del estado para monitorear estos más de 400 espacios vacantes, lo que resultó en que estos lugares sagrados no representen nada para los ciudadanos.
Huaca Huantinamarca, sitio arqueológico de la cultura Ichsma ubicado en el distrito de San Miguel de la capital del Perú. Sebastián Castañeda
Transformación del «Agujero Negro Urbano»
Arquitecto, profesor, investigador y autor de varios libros, Jean Pierre Crousse publicó Urban Black Hole en 2019, resultado de un seminario que dictó en la Universidad de Harvard, proponiendo la transformación de las huacas en espacios públicos potenciales para transformar ciudades de otros lugares.
Claus entiende que la historia prehispánica de Lima puede ayudar a sus habitantes a encontrar las soluciones que su ciudad y territorio necesitan. «Necesitamos aprender a mirar hacia atrás, no con ojos nostálgicos, sino para entender la clave para construir el futuro desde el pasado. Una gran ventaja, porque tenemos la oportunidad de construir nuestro propio conocimiento», comentó Kraus sobre el futuro de la Estados Unidos.
Krause sugiere celebrar la cocina ancestral del Perú como un centro culinario. El sistema de huerta urbana en el barrio de Juacas estará conectado con una bioexposición, una escuela educativa de alimentación, un museo y un parque que contará la historia y cosmovisión de los antiguos peruanos.
«Juacas tiene el potencial de convertirse en un espacio público en la ciudad. Desafortunadamente, el estado tiene una visión muy paternalista del patrimonio, pensando que la gente no está lista para que los abramos. Y, si bien no podemos derribarlos todos a la vez, aislándolos de la ciudad, pero sí creo que hace falta un programa piloto para empezar a reabrirlos en un sentido funcional, que ayude a realzar el valor histórico de este proyecto patrimonial”, explicó.
Huaca Puruchuco se encuentra en el distrito de Lima Atre y tiene su origen en la cultura Inca.Sebastián Castañeda
Creador del pasado como identidad compartida
Para Adine Gavazzi, arquitecta suiza especialista en antropología andina y amazónica y miembro fundador de la Cátedra UNESCO Génova de Antropología de la Salud, los limeños no rescatan el valor de su herencia precolombina Las consecuencias de este hecho fueron devastadoras para la ciudad y su gente.
“La identidad depende de tu organización consciente del pasado. No puedo imaginar un lugar sin explorar y defender su pasado. No puedo imaginarlo porque de ahí viene la identidad colectiva”, dijo Galvazzi. Él cree que Lima primero necesita saber quién es antes de poder pensar en convertirse en una ciudad del futuro. “Esto significaba preservar el extraordinario patrimonio que lo compuso”, explicaron los arquitectos.
Aunque pueda parecer una idea romántica defender el patrimonio y conectar con él, Gavazi cree que para ello basta con tener un plan maestro capaz de acoger todo el conocimiento ancestral que ya existe y está ampliamente documentado.
“Hay que poner en valor a las Huacas, y para eso no todas las Huacas tienen que convertirse en un lindo restaurante o en un museo, hoy las Huacas conviven con un polideportivo o un centro de planificación contemporánea, pero siguen siendo sacrosantas, estas son solo algunas de las diversas formas de revivir estos sitios arqueológicos», dijo Galvazi.
huaca San Borja, ubicada en el distrito Halima de San Borja, proviene de la cultura Ikima.Sebastián Castañeda
«Entonces, ¿por qué mantenemos las iglesias en Roma? No puedes derribarlas porque están cerradas, rotas o no tienes el dinero para arreglarlas. Si lo haces, la gente acudirá a ti porque la gente sabe esa parte de la identidad de una ciudad existe en estas iglesias».
Dedicado al arquitecto y escritor limeño. Memoria del trazado urbano en la época prehispánica, corresponde a los propios ciudadanos restituir la identidad ancestral de los limeños. “En algún momento la gente puso muros a su alrededor con la idea de protegerlos. Creo que es hora de hacer lo contrario. Que vean transformándolos en protagonistas visibles en el espacio y el territorio. En esta apertura, nuestra idea era conectar a la gente con el pasado», explicó Garvazzi, que comparó la situación de Limavacas con la del Museo del Prado.
“No ves el museo tapiado para proteger una obra de valor incalculable. No, al contrario. Se hace visible, ilumina y exhibe como parte importante de la ciudad y elemento representativo de los madrileños. Lo mismo ocurre en los juacas, merecen ser vistos y admirados”, comentó Gavazzi.
Lima es la quinta ciudad más poblada de América Latina y el Caribe, según los estándares de la Organización Mundial de la Salud, la superficie verde de Lima tiene menos de 56 millones de metros cuadrados, lo que equivale a más de 5.000 canchas de fútbol. Este hecho explica perfectamente la necesidad de encontrar nuevos espacios para ejercer la ciudadanía y conformar la identidad. Ante este sombrío telón de fondo, la idea visionaria de Jean Pierre Crousse de transformar las huacas en catalizadores urbanos aparece como una propuesta que ataca tanto la urgencia de nuevos espacios públicos de calidad como la transformación de Lima y sus ciudadanos. La necesidad de conectarse con su majestuosa y milenaria pasado.