Las empresas y los tecnólogos necesitan un nuevo marco jurídico europeo y un mejor acceso a la financiación para avanzar en la economía circular

Federico Linares, presidente de EY España, y Beatriz Corredor, presidenta de Redeia, en una reunión celebrada este martes.Pablo Monge

«Con las cifras actuales, si no se toman medidas, el mundo consumirá hasta tres planetas de aquí a 2050, cuando también se espera que la producción de residuos crezca un 70%», organizó Redeia el martes. nueva Conferencia sobre Sostenibilidad, donde empresas, responsables políticos, expertos y científicos explicaron por qué la economía circular es clave para avanzar.

Coincidieron en que la conciencia de la sociedad sobre el desarrollo sostenible está aumentando, por lo que las empresas y el sector público deben trabajar juntos para crear un sistema circular para la economía y la sociedad. También hay mucho consenso sobre lo que se debe hacer para avanzar más rápido dada la actual emergencia climática. Según acordaron, una mayor coordinación entre los países europeos, un nuevo marco legal para definir los residuos en toda la UE y un mejor acceso a la financiación son algunos de los ejes sobre los que se deben tomar medidas inmediatas.

La presidenta de Redeia, Beatriz Corredor, asegura que la compañía debe ser parte de la solución en la carrera por impulsar el desarrollo sostenible. En este sentido, enfatizó que las empresas deben ser verdes, no sólo verdes en la superficie. Ante el dilema de si la generación de valor social corporativo perjudicará su rentabilidad, dijo tajantemente: «No se debe considerar si la producción de El valor social perjudicará su rentabilidad. Elija entre los dos.» Capitalismo feroz, centrado únicamente en el beneficio, o capitalismo social. Sin un componente social, una empresa no puede ser rentable a largo plazo. » el insistió.

Federico Linares, presidente de EY España, también reconoce que, en este sentido, las empresas que creen mayor valor social también obtendrán mayores beneficios en el medio plazo. Sin embargo, coincide con Corredor en que el desafío es entender qué métricas utilizar para medir la sostenibilidad de cada empresa y cómo determinar cuánto valor social genera una empresa.

Además, recordó que actualmente no existe una alianza público-privada para decirle a la ciudadanía qué es la sostenibilidad. De cara al futuro, propuso que una vez superado el reto de la calidad de los datos para poder medir la sostenibilidad, el siguiente paso será implementar una cultura ESG en la empresa para que puedan participar todos los comités de sostenibilidad de la compañía. Las empresas acabarán desapareciendo. Compañía, este será el momento en el que todos sepamos cómo actuar. «La ambición de generar un impacto, medir el impacto y contar la historia sobre el impacto es lo que está sucediendo en este momento», añadió.

Beneficios de la economía circular

Louis Planas, jefe de Gabinete de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, explicó que en un año como el actual de fin de mandato de la Comisión, avanzar en la autonomía estratégica del Viejo Continente es clave. «Hemos vivido momentos muy delicados en la pandemia de COVID-19, donde hemos visto debilidades en nuestras cadenas de valor, como el suministro de productos importantes. Aquí es donde la economía circular entra en pleno juego, al identificar puntos clave sobre cómo lograr autonomía estratégica”, recordó.

Para garantizar que cada producto sea reciclable, enfatizó que ya se están realizando nuevos trabajos de diseño para mejorar la durabilidad del producto, la eficiencia de los materiales y no solo la eficiencia energética. Según otro análisis, no se utilizan sustancias peligrosas que dificultarían el reciclaje. «Debemos satisfacer el deseo de los consumidores de consumir productos cada vez más sostenibles», señaló.

El segundo eje es trabajar la cadena de valor y hacerla más circular, y para ello, recuerda, lo ideal es interactuar con todos los departamentos. Un ejemplo importante son las baterías de los coches eléctricos. El enfoque que se está adoptando actualmente en Europa es cómo reducir los residuos para evitar que acaben en los vertederos. Y añadió: «Analizamos y tiramos todos los envases innecesarios, la tendencia es garantizar que los residuos generados se queden en Europa y no contaminen a nuestros vecinos».

Diego Rubio, director de la Oficina de Prospectiva Nacional y Estrategia Nacional de Presidencia del Gobierno, destacó la altísima dependencia de España de terceros países para más de 300 materias primas clave y cómo esto se traduce en una severa espiral inflacionaria. Muchos de los productos elaborados con ellos podrían evitarlo con una autonomía más estratégica.

«Europa importa cientos de toneladas de metal del extranjero y, al mismo tiempo, generamos residuos y los exportamos al extranjero para oxidarlos. Esta es una situación que no tiene sentido. El objetivo es garantizar que los residuos de un sector se conviertan en materia prima para otro». «La tecnología ya está ahí, es decir, se puede hacer físicamente».

Todos los ponentes coincidieron en los beneficios de la economía circular. Planas ve esto como uno de los ahorros de costos clave más obvios si Europa puede reciclar más material que ahora, cuando sólo puede reciclar el 22% de su cobalto o el 1% de su litio. Asimismo, reconoce los beneficios que esto tendrá en términos de empleo y fuertes mejoras en la competitividad de las empresas.

Rubio destacó que si se ponen en práctica medidas de economía circular de forma pionera, «podremos exportar estas ideas más allá de Europa. Cuando los aerogeneradores lleguen al final de su vida, se podrán dejar oxidar o reciclar, y ya Sabemos cómo hacerlo, para que podamos crear todo un ecosistema empresarial para desarrollar la industria con el objetivo de reutilizar estos dispositivos. Dentro de 30 años, cuando otras empresas no europeas se encuentren en esta situación, podremos mostrarles cómo hacerlo. «Lo logramos. El éxito consiste en tener una visión a más largo plazo», añadió.

Planas insistió en la necesidad de avanzar en un nuevo marco legal que defina mejor qué son los residuos, ya que no todos los países piensan en ellos de la misma manera, y pidió una mayor coordinación entre países en políticas pro circulación.

En este sentido, Rubio destacó que a pesar de muchos años de trabajo, el sistema aún está en pañales en cuanto a financiación se refiere porque el proceso de reciclaje aún es muy caro. Si bien en algunos países ya no existen vertederos, en muchos otros el mercado de materias primas secundarias todavía no funciona. El vidrio, el papel y el aluminio son los materiales que mejor funcionan, pero hay muchos otros, como todos los materiales relacionados con la madera, que pueden ser más efectivos, afirmó. En este sentido, ha recordado que el Plan de Economía Circular puesto en marcha por el Gobierno español prevé movilizar 1.200 millones de fondos y emprender acciones dirigidas específicamente al mercado secundario de materias primas como textiles, componentes técnicos y plásticos.

Comunidades y autoridades españolas siguen trabajando para que, a través de incentivos fiscales y financiación pública del capital privado, se pueda seguir avanzando en el desarrollo de industrias circulares.

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