La panadería familiar más antigua de España elabora pan desde 1802 en un pequeño pueblo de Albacete

Era 1802, el año en que terminó la guerra anglo-española con la Paz de Amiens, y Gran Bretaña y España habían luchado entre sí desde 1796, respaldadas por Francia. La guerra prolongada combinada con una sequía extrema ha exacerbado la hambruna en nuestro país y ha complicado la vida de muchos ciudadanos.uno de ellos es santiago lopez grinnanAcompañado de su esposa, Mercedes Vázquez, decidió Ciudad de Albacete, Pozzo Canadáese mismo año abrieron allí la que hoy es la panadería familiar más antigua de España.

Allí, en la calle Colón 49 de Albacete, ciudad de unos 3.000 habitantes, más de dos siglos después nos llega Jesús López, descendiente de una larga estirpe de panaderosDesde hace años, el alma mater familiar, que esparcía la harina en la harina que usaba para amasar y dar forma a los deliciosos panes que lo hicieron famoso, contó a ABC cómo una pequeña panadería familiar es ahora una empresa que exporta sus productos a cuatro continentes. además de estar presente en algunos importantes restaurantes, algunos de ellos galardonados con estrellas Michelin, y en la tienda «Gourmet» de El Corte Inglés.

panadería jesús, conocida por su Las famosas Cañas de Pan Feo y su Pan Soplao, puede hacer hasta 170 tipos de pan diferentes. “Ese es nuestro objetivo: marcar la diferencia de manera manual”, dijo el actual titular de la empresa, su esposa y sus dos hijos, quien recordó con emoción cómo su padre, Eliécer, le mostró la Ya en la década de 1950. Así, según su descripción, en aquella época España todavía dominaba el trueque, pero su padre empezó a vender sus productos a cambio de dinero, excepto en su pueblo, en todas las paradas y paraderos de la vía férrea a la que estaría unido Pozo Cañada. Cartagena (Murcia). En su opinión, esto «fue una innovación que rompió las reglas en ese momento».

Aun así, su filosofía consiste en no olvidar su esencia de empresa familiar y no olvidar sus orígenes en Pozo Cañada, donde cuentan con dos talleres y una oficina, donde venden los productos que fabrican. Jesús lo sabe muy bien y no quiere salir de su pueblo, situado en una de las comarcas ahora conocidas como la España Vacía, para seguir dando oportunidades de empleo a sus jóvenes vecinos. De hecho, su equipo está formado por más de 40 canadienses de Pozo, “un requisito para poder trabajar en Jesús Bakery en vida”, subraya.

Para cuidar a la gente de su tierra y elaborar sus productos, utilizan materias primas locales, desde granos y harinas de la región hasta Azafrán de La Mancha, ajo negro de Las Pedroneras, queso manchego, aceite de oliva y vino de la tierra“Podemos usar todo lo que hay cerca”, dijo el panadero, incluso diciendo que el embalaje y el cartón procedían de una empresa de Molina del Segura, localidad murciana cercana a su localidad.

El actual gerente de la compañía puede estar tranquilo sabiendo que sus dos hijos asegurarán un relevo generacional dentro de unos años. El Rubén más joven es quien vende y hace famoso su producto, mientras que el mayor Jesús es el tallerista y dueño del producto. Aportando innovaciones en maquinaria y artesanías únicas al negocio.

«A todo PeriodistasdeGénero le gusta un buen producto, pero en el campo parece que estamos más acostumbrados a consumir productos de mayor calidad. Para hacer pan solo se necesita harina, sal, agua y levadura, y tiempo, pero a eso hay que sumarle la destreza artesanal del panadero. Lo que pasa es que en los pueblos, donde hay mejores materias primas, el sabor es mejor, y la gente que vive ahí lo sabe apreciar, y en las ciudades, por la prisa de la vida cotidiana, se come peor”, Jesús afirma decir.

Por eso recomienda que la gente coma no solo su pan, sino también otras artesanías. «El pan es el único alimento que está en la mesa con más frecuencia cada 24 horas., como varios cuatro. El pan tiene que ser bueno, y los consumidores tienen que encontrar algo diferente para llenar sus estómagos cuando les llega a la boca. No solo satisfaga su apetito, sino que también coma felizmente. Con la industrialización del producto, esto no se consigue, sino basándose en materias primas de alta calidad, plena fermentación y muchas horas de trabajo artesanal. El pan hay que mimarlo. Siempre digo que es como un bebé, desde que nace hay que cuidarlo mucho, se cubre cuando hace frío y se refresca cuando hace calor”, dijo con una sonrisa.

La panadería familiar más antigua de España elabora pan desde 1802 en un pequeño pueblo de Albacete

Jesús recuerda cómo nació su producto estrella, los Bastones Pan Feo. Era enero de 2012, y su hijo se presentó en su oficina, donde estuvo ubicado el primer estudio de Santiago López Griñá en 1802, con un Mirando la nueva creación recién salida del horno, le dijo: «Padre, ¿qué le parece esta pan que hice?».Después de mirarlo, olerlo, saborearlo, y después de unos largos segundos, respondió: “¡Feo, creo que es feo, pero es delicioso! «

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