Según una encuesta de la Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), más de la mitad de las personas consultan temas de salud en Internet, buscando explicaciones sobre síntomas, quejas, diagnósticos, medicamentos, vacunas, tratamientos, estilo de vida y más. Las empresas de tecnología que ya cuentan con asistentes médicos con inteligencia artificial esperan aprovechar esta vía. Pero estos servicios están más enfocados a los profesionales, poniendo la información en manos de recursos gratuitos, María del Campo, integrante de la semFYC, destacó la importancia de “crear mecanismos para la búsqueda de información médica fina”. Basándose en la experiencia inicial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha intentado hacer su parte con su recién lanzada herramienta de chat de salud con inteligencia artificial «Sarah», pero ha tenido muchos defectos.
Sarah, que significa Health Intelligent AI Resource Assistant, es un avatar que ya se estaba probando con otro nombre (Florence) durante la pandemia, pero ha resurgido con nuevos modelos de lenguaje y tecnología y ahora está disponible en ocho idiomas, incluido el español.
Sarah respondió preguntas muy comunes con mínima empatía y siempre recomendó consultar a un médico. Se consideró capaz de proporcionar información sobre temas de salud importantes, pero en las pruebas realizadas en el Paso 1 no proporcionó enlaces a información médica más específica y se limitó a consejos muy generales o listas básicas. Síntomas asociados a determinadas enfermedades. Tampoco muestra imágenes.
Pero a pesar de los fallos de este lanzamiento, la Organización Mundial de la Salud no quiere perder el tren de la IA en el campo correspondiente, ni quiere dejarlo en manos de empresas con intereses financieros y comerciales. «El futuro de la salud es digital, y ayudar a los países a aprovechar el poder de las tecnologías digitales para promover la salud es una máxima prioridad», explicó el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un informe.
“Sarah nos da una idea de cómo se puede utilizar la IA en el futuro para mejorar el acceso a la información sanitaria de una manera más interactiva”, afirmó, reconociendo las deficiencias del sistema actual. En este sentido, el director general de la Organización Mundial de la Salud pidió “la ayuda de la comunidad investigadora para seguir explorando cómo esta tecnología puede reducir las desigualdades y ayudar a las personas a tener acceso a información sanitaria actualizada y fiable”. Con cualquier sistema de inteligencia artificial, Sarah está ansiosa por pasar. Los humanos interactúan para crecer.
Del Campo enfatizó durante la Semana del Autocuidado de hace dos años que la alta frecuencia de búsquedas sobre temas de salud «sugiere que hay inquietudes a las que debemos responder», pero también advirtió de «acompañar a los pacientes en el filtrado de la información».
La Organización Mundial de la Salud tampoco rehuye las dificultades que tienen estas herramientas para garantizar el acceso equitativo, la privacidad, la seguridad, la precisión, la imparcialidad y la protección de datos.
«Los desarrolladores, los formuladores de políticas y los proveedores de atención médica deben abordar estas cuestiones éticas y de derechos humanos al desarrollar e implementar inteligencia artificial para garantizar que todos se beneficien de ella», dijo la Organización Mundial de la Salud.
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La advertencia del grupo global se refiere a un ataque a la consulta por parte de las grandes tecnológicas, que llevan sus máquinas conversacionales a la atención primaria, pero aseguran que las utilizarán siempre como herramienta de apoyo, copiloto de los médicos y posible solución a los problemas. Colapso de la atención. Según la Oficina de Estadísticas Nacionales, el 81,4% de las mujeres y el 72,3% de los hombres reciben estos servicios al menos una vez al año.
IBM cuenta con Watson Health, un bot conversacional listo para usar que recopila información básica y alerta sobre posibles cambios que requieren atención adicional.
En el mundo profesional, Microsoft ha desarrollado Azure Health Bot, un sistema conversacional basado en información médica, protocolos de clasificación y modelos de lenguaje entrenados para comprender la terminología clínica.
Google también ha entrado en este mercado con una familia de modelos integrados en MedLM. Greg Corrado, director de IA sanitaria de la multinacional, destacó la herramienta de análisis de imágenes radiográficas y AMIE, una aplicación «optimizada para razonamientos diagnósticos y conversaciones que simulan interacciones entre pacientes y cuidadores».
El avatar lanzado por la OMS fue creado por Soul Machines con el apoyo de Rooftop, y aunque advierte que no se puede acceder a las imágenes, requiere acceso al micrófono y a la cámara «para mejorar la experiencia de conversación». La organización asegura que «todos los datos recogidos son anónimos y cumplen con las prácticas y normativas de privacidad vigentes».
La Organización Mundial de la Salud advierte que “las respuestas pueden no siempre ser precisas porque se basan en patrones y probabilidades en los datos disponibles”. En este sentido, la organización advierte que no asume ninguna responsabilidad por generar el contenido de conversaciones creadas de forma artificial. Intelligence no es responsable y no “representa ni comprende los puntos de vista o creencias de la Organización Mundial de la Salud”. La advertencia final a los usuarios es contundente: «Ustedes comprenden y aceptan que no deben confiar en las respuestas generadas como única fuente de información veraz o fáctica, ni como sustituto del asesoramiento profesional».
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