Trabajadores en el lugar de trabajo de la empresa.portavoz (portavoz)
La Comunidad Valenciana destaca entre los demás países más desarrollados de Europa y entre las primeras comunidades autónomas técnicas de España, por el elevado peso del patrimonio inmobiliario, casi el 90% del capital. Los activos relacionados con la economía del conocimiento, como las TIC y la I+D, suponen menos de un tercio del 10 por ciento restante, según el informe, publicado este martes en Alicante, que se suma a Portugal e Italia en el estudio. es proporcionado por la Fundación LAB Mediterráneo y el Instituto Económico (Ivie).
LAB Mediterráneo, proyecto impulsado por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), promueve informes sobre la tecnología como motor de crecimiento, incluidos en el programa de investigación desarrollado con el Ivie, con el objetivo de promover el conocimiento en la comunidad económica valenciana. El documento analiza el papel de la tecnología como base del progreso económico y social y compara la situación de la Comunidad Valenciana con los países más desarrollados de Europa y las principales regiones de España: la Comunidad de Madrid, Cataluña y el País Vasco. El documento fue escrito en coautoría por los investigadores Javier Quesada y Matilde Mas y los economistas Consuelo Mínguez y Juan Carlos Robledo.
Esta composición del capital se explica por el menor esfuerzo inversor (inversión en porcentaje del PIB) de la comunidad valenciana, especialmente en TIC e I+D. La inversión en estos dos activos representó solo el 3,5% del PIB.Aunque la proporción de inversión en activos inmobiliarios ha disminuido, el impacto de la burbuja inmobiliaria sobre el capital sigue latente.
El estudio también analiza la composición sectorial de Valencia y la categoriza según el grado de su relación con las TIC, siendo las comunidades valencianas las que tienen un menor peso en estas industrias productoras de TIC. En concreto, aportan solo el 2,9% del PIB y el 1,9% del tiempo de trabajo. En cambio, el sector menos intensivo en TIC representa el 52,7% del PIB y el 47,2% del empleo. Esta cifra contrasta fuertemente con Madrid, donde el sector tecnológico representa el 11,2% del PIB y el 7,7% de las horas de trabajo.
Esta es una de las principales limitantes para el desarrollo y crecimiento tecnológico en la región, ya que el sector productivo TIC es el que más invierte en tecnología y también el más productivo. Sin embargo, para aprovechar al máximo las TIC, deben complementarse con inversiones complementarias en activos intangibles.
España, y especialmente la Comunidad Valenciana, va a la zaga en todo tipo de inversión intangible: software, I+D, diseño, imagen de marca, capital humano y estructura organizativa. La inversión en activos intangibles se limita al 7% del PIB regional, frente al 16,1% en Suecia y el 15,5% en Francia. Entre los activos intangibles, la mejora del capital organizativo y humano es un determinante clave de la productividad, y Valencia, la comunidad autónoma, es la que menos inversión tiene en estas dos áreas y el nivel más bajo de productividad.
El nivel educativo de la población es otro factor fundamental para obtener los máximos beneficios de las TIC. Los datos vuelven a ser desfavorables para la región, ya que la proporción de personas que solo reconocen la formación obligatoria es la más alta de todas las analizadas (42,2%), frente al 24,9% de la media regional. Unión Europea. Además, las ocupaciones valencianas tienen una baja proporción de ocupaciones de alta cualificación (32,8%), por debajo de la media nacional (35,6%) y muy por debajo de la media comunitaria (43,1%). A su vez, esto se traduce en mayores ponderaciones de sobrecualificación tanto en la comunidad española como en la valenciana. En las comunidades autónomas, el 37% de los ocupados con estudios superiores se encuentran en puestos de trabajo de nivel bajo y medio, frente al 35,9% en España y el 22% en la Unión Europea.
Centrarse en las brechas de género en los campos STEM
En cuanto al capital humano, los autores del informe también destacan el descenso del peso de los titulados en STEM (ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas) en los grados de FP y universitarios, a pesar de una tendencia al alza que se aprecia en las últimas cifras de matrícula. Además, les preocupa mucho la brecha de género que se observa en las carreras que mejor se adaptan para desarrollar capital humano dispuesto a avanzar en tecnología. Solo el 10,7% de las mujeres que se graduaron en el año académico 2020/21 completó un título STEM, en comparación con el 43,1% de los hombres.
El informe propone, entre otras medidas, la promoción de nuevas formas de financiación no bancaria para el crecimiento del sector productor de TIC, la integración de la innovación tecnológica como herramienta estratégica para las empresas, la confianza en la dirección general, no solo a través de la adquisición de equipos, pero a través de la adquisición de activos intangibles. Se complementa con inversiones, especialmente aquellas enfocadas a la transformación de procesos (innovación organizacional) y capacitación específica de los trabajadores y cuadros gerenciales de la empresa.