La seguridad en Internet, desde las transacciones bancarias más comunes hasta las conversaciones en las plataformas de mensajería, depende en gran medida de las claves de cifrado, cadenas de caracteres cifrados por un algoritmo. La dificultad de descifrarlos depende de la factorización, es decir, descomponer las expresiones algebraicas en forma de producto, es decir: seis es tres por dos. Sin embargo, esta simple operación se vuelve increíblemente complicada si el número dado excede un número relativamente pequeño de dígitos, como 261980999226229. Esta expresión algebraica se ha desglosado…