Este trabajo se ha realizado a lo largo del tiempo. Tardamos más de 20 años en dar con la idea de construir una nueva bodega en Peralada, aquí enterrada e invisible desde la superficie. Este es el sueño de Javier Suqué Mateu, presidente del Grupo Peralada. Cuando empezó a trabajar en el negocio familiar a mediados de los 80, ya tenía en mente que en un futuro le gustaría establecer una bodega en el solar de la finca Castillo de Peralada, propiedad de Adolfo Flo Diseñada en 1941 por Adolf Florensa , fundador de Adolf Florensa. La reforma de la ciudad vieja de Barcelona comenzó en los años veinte. La fantasía se ha hecho realidad.
La nueva bodega se inauguró este año coincidiendo con el centenario del proyecto empresarial de la familia Suqué Mateu. Está ubicado en el conjunto de Peralada, donde se pone en valor el territorio ampurdanés a través de diferentes disciplinas, como la cultura (una antología es la fiesta de verano que se celebra en los jardines del castillo desde 1987), la restauración -dispone de restaurante, con estrella Michelin by Toni Gerez también obtuvo en la edición anterior el primer premio de la historia de la citada Guía de Room Service Francés, Español y Portugués (Hospitality) por su hotel de lujo con spa – Sports por su campo de golf de 18 hoyos y 6.070 m² – y producción de vino.
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Concebida no para presumir, sino para hacer un gran vino y celebrar la DO Empordà, la nueva bodega de Perelada ha sido diseñada por el ganador del Premio Pritzker 2017 RCR Arquitectes. Es la primera bodega de Europa en recibir un Certificado de Sostenibilidad LEED Oro, que reconoce que sus instalaciones cumplen altos estándares de ecoeficiencia energética en su construcción, operación y mantenimiento.
Según fuentes de la bodega, el proyecto duró tres años y supuso una inversión de 46 millones de euros. Comparada con las cifras de inversión de otras bodegas, esta cifra puede convertirlo en el mayor proyecto vitivinícola de la economía española. Por ejemplo, Vega Sicilia invertirá 20 millones de euros en la construcción de una nueva bodega en Deiva, que se construirá en Crecente en Rías Baixas (Galicia), y la primera añada saldrá al mercado en 2025. La bodega Marqués de Murrieta invirtió 30 millones de euros en una profunda reforma de la bodega, reconstruyendo el castillo de Ygay, reabriendo en 2014, y rehabilitando la zona de elaboración para elaboración y crianza de vino en 2021.
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No se ha reparado en gastos en el diseño ambiental para una integración fluida y respetuosa con el entorno. Javier Suqué dijo: “Estamos escribiendo un nuevo capítulo en la historia de esta tierra, donde nuestra familia ha apostado durante tres generaciones y donde se elabora vino desde la Edad Media. Este es uno de los proyectos vitivinícolas europeos más interesantes del última década, encarnando la misión fundacional de nuestra empresa de hacer un gran vino, y nuestra creencia en el desarrollo continuo a través de la experimentación y la innovación».
La difusión de la cultura del vino en relación con el paisaje es otro eje fundamental del nuevo edificio, centrándose en el enoturismo, la cata de vinos, las visitas exclusivas y los servicios de ocio integrados. Durante un recorrido por la bodega se puede contemplar la variedad de suelos y la riqueza paisajística como un cuadro, con laderas de pizarra, valles arenosos, depósitos fluviales, terrenos ricos en limos y arcillas, y suelos de gravas que producen el contraste necesario para producir uva abundante en las 150 hectáreas de viñedo de Perelada. Para ello, la nueva bodega está equipada con 188 depósitos de vinificación de diferentes tamaños, separando las elaboraciones de diferentes parcelas y dándoles el protagonismo que se merecen.
La bodega de cemento del espacio alberga los vinos más especiales.Las imágenes son cedidas por Bodegas Peralada.Hisao Suzuki
También alberga un espacio único para el vino más especial de la región, el templo. En un entorno casi místico dedicado a la creatividad, ha dado lugar a la creación de vinos de especialidad como el icónico Finca Garbet, la gama insignia Gran Claustro, el Reserva Especial y el denominado Ex Ex (Experiencia Extraordinaria), fruto de qué programa de investigación de la destilería. El templo dispone de fermentadores de hormigón, barricas de roble y barricas especiales de crianza de 300 litros. “En Peralada ya hacemos grandes vinos, pero el objetivo de la nueva bodega es hacer vinos extraordinarios, cada uno con su personalidad y poder ir más allá, lo cual es ilusionante porque tenemos todos los medios para llegar donde queremos quiero ir”, explica Delfí Sanahuja, enólogo jefe, con un portafolio de 30 añadas.
El interior de la bodega tranquiliza al visitante. Tiene su propia personalidad. No es como cualquier otra cosa. “Este lugar merece una intervención arquitectónica tranquila, atemporal y con el menor impacto posible”, son palabras de Rafael Aranda, arquitecto y director del estudio RCR Arquitectes, en el que también están Carme Pigem y Ramon Vilalta, quien destaca que La pureza arquitectónica de el paisaje existente y priorizando aspectos emocionales y vivenciales. el espacio resultante. El diálogo entre Suqué Mateu y RCR lleva dos décadas. “Desde el punto de vista arquitectónico, siempre hemos imaginado una bodega de belleza atemporal, que combina siglos de herencia con un estilo de vino de vanguardia. Lo hizo con el fin de brindar a nuestros visitantes una experiencia única”, admite Suqué.
El interior de la bodega ha sido diseñado por RCR Architecture Studio, imágenes cortesía de Bodegas Perelada.Hisao Suzuki
Para enfatizar la singularidad de la topografía, el nuevo volumen aprovecha la topografía irregular, medio enterrada en el suelo. Mantiene un look discreto sin trucos ni miradas. “La bodega establece una planta móvil sobre el terreno a modo de franjas y se entiende como un volumen relacionado con su topografía, quedando totalmente integrado y alejado de las ideas arquitectónicas tradicionales”, detalla Aranda, destacando los espacios interiores totalmente integrados y diáfanos para atender el reto arquitectónico de construir grandes espacios sin columnas. El arquitecto concibió esta obra simplemente por respeto a la tierra.
La bodega está abierta para visitas. La oferta incluye el acceso al espacio Celler 1923 para una merienda con base en la región, una tabla de embutidos, una tabla de quesos elegidos por Toni Gerez, el capataz de Castell de Peralada, un gazpacho, una ensalada y una copa de vino. El precio es de 46 euros. Los precios de las actividades individuales son: visita a bodega 25 euros, Pica Pica Celler 1923 35 euros.
El espacio expositivo explica el paisaje y los suelos de los viñedos de la comarca, imagen cedida por Bodegas Peralada.Hisao Suzuki