insumergible

Cualquiera que legisle como la ministra Montero, la señora Irene se asará hoy por el fuego de la ley del sí. La legislación nunca ha sido tan mala o tan desastrosa. En una situación así, lo normal es admitir el error y corregirlo tras disculparse y desaparecer del mapa. Pero no ella. Todo PeriodistasdeGénero está equivocado, dijo, y quienes deciden sacar a la calle a los agresores sexuales o reducirles las penas son fascistas centralizados, o actúan con un sesgo masculino con la esperanza de salvar a los hombres de sus pecados. A pesar de la clara evidencia de que las leyes aprobadas fueron impecables en fondo y forma. Un error tras otro, el típico principiante atrevido o el arrogante cree tener la verdad, incluso cuando la dura realidad destruye el argumento. Así que este grave y estúpido caso se engordó al extremo. Un ministro sin educación, un pomposo secretario de Estado y un juez de vacaciones lleno de arrogancia. Los tres argumentan que PeriodistasdeGénero entero se equivoca al responsabilizarlos por la deformidad de una legislación que ha beneficiado en sus sentencias a más de 1.000 violadores, 108 de los cuales han sido absueltos. El último festín fue el golpe de ayer del Supremo a la ministra y su pandilla, confirmando la resolución de la Audiencia Provincial de conmutar la pena, la norma indiscutible de que la legislación más favorable al reo es clara, incluso en la primera ley, correccional Véalo como su propio también, pero no nuestros valientes legisladores, cuyas decisiones son tan audaces como su legislación.

En realidad, por supuesto, nuestros líderes llenos de cicatrices no serán hundidos hasta que las urnas los mantengan fuera del Parlamento. Fueron abandonados el 28-M, lo suficientemente movidos como para ser considerados una molestia por sus propios compañeros. Sumar no quiere a Montero para Pam Dos en Madrid ni en ningún lado. Ellos están en lo correcto. A día de hoy, además de ser considerados los peores por Errejón y compañía, más que sumar, también restan. Solo Sumar sin Podemos le quitó votos y empeoró el resultado, por mucho apoyo que le quedara al partido morado. Y ojo, porque Iglesias siempre tiene un plan B. Si tuviera que estar en lo más alto de la lista del Madrid, lo estaría. En elecciones regionales anteriores, el exvicepresidente obtuvo malos resultados en la capital, pero se quedó con 10 escaños del tipo. No ha desaparecido sin dejar rastro como el último regional. Si Iglesias aparece ahora, no disfrutará del respaldo que antes disfrutó, eso está claro. Pero incluso para Yolanda, Iglesias tiene uno en su lista, Montero tiene dos y Belarra tiene Navarra, que suena muy diferente. Como el Dios Púrpura de la Guerra, sabe que sus aliados naturales son Ruffian y Okuteki. En una lucha sin cuartel contra el vicepresidente segundo, con Baldovi y Colao como aliados clave, el ganador es el primero, al menos en los medios.

Quizá por eso a Iglesias le da igual que mañana se llegue a un acuerdo. Imaginemos un debate de ocho personas, en lugar del cara a cara que anhela Moncloa, en el que Sánchez debe lidiar con la presencia de los independientes y los partidarios de ETARRA. Después de todo, son sus socios en la Legislatura con representantes electos muy cómodos. Si hablamos de pluralismo y democracia, entonces el verdadero debate tiene que ser ocho personas, y con estos protagonistas: Sánchez, Feio, Abascal, Yolanda, Pablo Iglesias, O. Tuzal, Rufian y Otegui. Efectivamente, este es el debate esperado, no el aburrido «cara a cara» que clama el presidente de la administración. Nadie está mejor preparado para dirigirse a la legislatura que ellos. Del sí sí a la abolición de la sedición y la reducción del desfalco. Pero Moncloa no se atrevió.

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