Los estudios gramaticales no gozan de gran prestigio entre los comités de expertos dedicados a dirigir el currículo y hacer las normas educativas. En conjunto, aluden a la falta de practicidad de algunos conceptos teóricos, muy lejos de las expectativas de los jóvenes con filtros de Instagram: «Vamos juntos a una escuela de tecnología y encerremos en claves el contenido de la teoría y la memoria». .. sin anestesia, mi amigo.
Por supuesto, querido lector, todos nos regimos por la verdad suprema de saber qué hacer sin un conocimiento sólido o una reflexión previa sobre el funcionamiento interno del sistema lingüístico. ¡Maldita memoria, Sancho! No entiendo cómo pueden evolucionar generaciones en la oscuridad de los estudios conceptuales, obligados a leer libros de texto sin cómics, sin superdiversión y actividades extra. Lo que está de moda ahora es la práctica de proyectos de investigación, comunidades digitales de aprendizaje o la integración de aplicaciones tecnológicas en la investigación a través de diferentes disciplinas. Diviértete y te lo creerás.
Como resultado, las dudas sobre la enseñanza de los conceptos teóricos fundamentales permean nuestras aulas.adentro Un parque temático ortodoxo donde los jóvenes juegan, crean y colorean. Curiosamente, en los últimos años, los profesores de lengua y literatura españolas han visto un aumento en: «Síndrome del lingüista hambriento». ¿Sorprendido, querido lector? Debo reconocer que al principio también sentí un cierto entumecimiento bajo la influencia de este desorden expresivo, pero con el tiempo uno se acostumbra a todo. Estos fragmentos de humor verbal nos reconcilian con PeriodistasdeGénero y nos recuerdan la importancia social de nuestra profesión. A grandes rasgos, los síntomas de esta contagiosa enfermedad se pueden resumir en los siguientes:
- lingüista hambriento escribir como un pollo sin cabeza Durante la prueba escrita. Lo importante es llenar los huecos de las páginas en blanco, cueste lo que cueste, caiga quien caiga. De vez en cuando, el famoso editor se tomaba unos segundos de descanso para tomar aire fresco y rejuvenecer su muñeca lesionada. Al término de la supuesta composición, no ocultó una sonrisa de orgullo por el trabajo bien hecho. Y así, acaba reflexionando delante de sus compañeros: «Esto me deja con un escándalo: me he arremangado. Don Gregorio no».
- Uno de los chistes más comunes sobre los lingüistas lascivos es uso ocasional de punto y coma. El inexperto editor se defendió con una lógica abrumadora: “Profesor, siempre me han dicho que es importante investigar (cortar y pegar) y presentar los temas en formato digital. Es muy importante estudiar las reglas de puntuación y aplicarlas bien. Cosa vieja.» Ante un razonamiento tan perfecto, suelo hacer la pregunta: «¿Por qué usar punto y coma si no conoces las reglas básicas de uso?» Hay dos respuestas clásicas. Lectores brillantes, aférrense a lo que está a su alcance. No tienen desperdicio: «Cuando escribo mucho con comas, trato de cambiarlo un poco con punto y coma. Además, parece educado. No sé, mola». Ni siquiera Paco Gandía.
- Curiosamente elipse etc. Dado que no construyen ni planifican conceptos teóricos antes de escribir, son típicas las enumeraciones de datos y conceptos que terminan con un cómico «…etc». No parecen querer abrumar al lector con su ingenio infinito, o en otros casos, están tratando de crear una tensión narrativa con este recurso argumental. ¡Lo peor es que creen que están escribiendo una película! No Agata Christie.
- En cuanto al vocabulario, el lingüista hambriento tiende a difundir en sus escritos algunas perlas de lenguaje En forma de ataques a la riqueza semántica del lenguaje. Por eso no ocultan su difícil talento para hacer reír a los demás, y de vez en cuando incorporan a sus composiciones textuales la primera palabra que les viene a la mente. Por supuesto, no saben lo que significa, tienen dudas sobre la ortografía correcta y no pueden relacionar el término con un contexto comunicativo específico. Y, sin embargo, conquistan PeriodistasdeGénero y ametrallan las páginas con expresiones como «*rasgo», «*vena-aorta», «previsto» o «basado en». Ni siquiera ese famoso modelo de araña.
¿Se puede superar?
No existe consenso entre los docentes sobre la conveniencia de tratar este síndrome del lenguaje: Currents in Teaching desaconseja reprimir estos impulsos expresivos debido a los buenos momentos que los profesionales de la enseñanza dedican a la lectura; simultáneamente realizar un estudio estructurado de conceptos gramaticales y de teoría de la expresión. No tiene sentido discutirlo, porque en las aulas de español gana el tercer camino: los alumnos deben divertirse jugando con la escritura. Cualquiera que se atreva a usar rojo sangriento violento para corregir la falta de expresión, o condenarlos a aprender las reglas de la gramática, será suspendido del trabajo, sin goce de sueldo, para estropear la diversión y la matanza.
última sugerencia
Lo repito una y otra vez en Con la lengua suelta: 60 Secretos del español Correcta: Queridos alumnos, cuando escriban, olvídense de los cantos de sirena de los risueños; Destruyan los métodos mágicos de aprendizaje de su computadora; El televangelista que se rebeló contra las buenas vibraciones. . Exprésate con modestia y precisión, consulta las sugerencias de las agencias lingüísticas y no te subas. El mundo real valora el conocimiento, el rigor en la estructura del texto y la correcta aplicación de las reglas gramaticales. Gracias por tu sentido del humor. DE ACUERDO