Francois (derecha) y Rocha ayer en el Departamento Correccional.Carlos Luján (Prensa Europea)
Pedro Rocha se presentó ayer por la tarde en la sede del Mundial femenino, escribiendo una nueva disculpa a Luis Rubiales por su comportamiento durante las celebraciones del Mundial femenino y en los días siguientes La carta, mientras aún se conoce la noticia del despido del entrenador del fútbol femenino Jorge Vilda fabricación de cerveza. Consejo Superior de Deportes. El presidente interino de la Federación Española de Fútbol, elegido personalmente por Rubiales, se reunió con Víctor Francos a las 17.30 horas. El ministro de Deportes está a la espera de que Rocha escuche cómo piensa introducir los profundos cambios estructurales en las instituciones federales que él y el magnate territorial anunciaron el 28 de agosto. Se sabía que Rocha estaba bajo sospecha del gobierno debido a su condición de delfín de Rubiales, y François tuvo claro cuando lo recibió que un cambio cosmético por sí solo no sería suficiente para el gobierno. La citada carta distanciada de Rubiales, firmada por el propio líder extremeño, no fue suficiente, aunque redactada con dureza.
«Las acciones del señor Rubiales no representan los valores que defiende la Federación Española, ni los valores de la sociedad española en su conjunto; sus acciones deben ser atribuidas íntegramente a él, porque es el único responsable por su actuación en la sociedad, en las instituciones deportivas y en (en su caso) los responsables de sus actuaciones ante la administración de justicia”, decía la carta, y agrega: “Por lo tanto, que así sea”. El señor Rubiales y no el de la RFEF. Estamos especialmente apenados y avergonzados por el dolor y sufrimiento extra que esto ha causado. La carta era convincente, pero Francois no necesitaba palabras, quería un hecho consumado que disipara cualquier sospecha de que Rubiales estaba tratando con Rocha y la Federación a distancia.
Una hora y cuarto después de la reunión, Rocha se marchó con la clara sensación de que los cambios que impulsaría el Gobierno para desmarcarse del rubiaísmo serían profundos y reales, como prometió a Franco. A cambio, la moción de censura habría sido la medida más lógica después de que Rocha y los presidentes de distrito pidieran una dimisión conjunta, pero no hubo señales de que se impulsara. Fue una gran batalla, y los nobles que permanecieron leales a Rubiales, aunque cada vez menos, resultaron vencidos. Mientras Rocha cumpla su palabra.
Aseguraron al CSD que los dirigentes extremeños les habían proporcionado una hoja de ruta y prometieron una reorganización radical de la estructura federal. «Este compromiso es un cambio real que conducirá a elecciones en 2024», afirmó el CSD.
Rocha espera completar el mandato de Rubiales, que comenzó en 2019, y se ha comprometido ante los presidentes regionales a no ser candidato. Sin embargo, para que el gobierno le permitiera completar el proceso de transición que propuso a Franco, tendría que atreverse a dar algunos pasos que la nobleza desaprobaba. Desde la perspectiva del comité ejecutivo de Pedro Sánchez, eso debería significar el despido de Andrew Campos, secretario general de una de las instituciones legales armadas de Rubiales. La carta que escribió a la UEFA para defender la doctrina del dividendo, que pone en riesgo las posibilidades de España y de la selección de participar en competiciones internacionales, ya es clara, por lo que Rocha ya sabe de primera mano que tiene que despedir a Andrés Can Gato.
Rocha pidió tiempo, pero sabía que en este caso, como en el del abogado externo Tomás González Cueto, no debía demorarse indebidamente. Ambos hombres poseen información sensible sobre los nobles acusados en la Operación Ánimas que puso fin al cumpleaños número 29 de Villar, pero el Servicio Correccional se muestra indiferente. En esta situación se encuentran Jacinto Andrés Alonso (Rioja), Antonio García Gona (Ceuta), Diego Martínez (Melilla), José Miguel Monje (Murcia) y José Angel Pelas (Cantabria). Este último se ha desmarcado públicamente de Rubiales y ha asegurado a Cadena Searle que había escrito la carta para impulsar una moción de censura. Peras fue uno de los hombres fuertes de Villars y uno de los primeros en retirarle su apoyo tras su detención.
Si la FIFA no tarda lo suficiente en convertir la sanción provisional de 90 días de Rubiales en una inhabilitación suficientemente larga, Rocha podrá implementar más fácilmente el plan propuesto al CSD. Esto le permitirá ejecutar la hoja de ruta que prometió antes de Franco. De lo contrario, el gobierno intervendrá con una frase escuchada recientemente en la sede ministerial. «Nadie se burla de España y de los españoles».
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