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El gobierno paraguayo convocó este viernes al embajador de Estados Unidos, Mark Osterfield, para que explique la decisión de Paraguay de colocar en la lista de corrupción al vicepresidente de Paraguay, Hugo Velázquez, y al expresidente Horacio Cartes, declaración que hizo que el ambiente político de Asunción sea tenso.
El Ministerio de Relaciones Exteriores informó brevemente en su cuenta de Twitter que el canciller Julio César Arriola convocó a representantes estadounidenses “para solicitar datos sobre la supuesta participación de ciudadanos paraguayos en hechos significativos designados por el secretario de Estado Anthony J. Blinken… corrupción.
Por su parte, Osterfield confirmó en la misma red social que tuvo un «reunión cordial» con el titular de Relaciones Exteriores de Paraguay en la sede de la Cancillería en Asunción.
“Le aseguro que los grandes cargos de corrupción no son políticos, sino que Estados Unidos ejerce su derecho a decidir quién es elegible para ingresar a su territorio”, tuiteó el embajador.
El diplomático reiteró que seguirán trabajando con el presidente Mario Abdou Benítez “en áreas de interés mutuo para beneficio de ambos países”.
Además, confirmó que seguirán utilizando «todas las herramientas disponibles para combatir la corrupción».
Horas antes, Abdou Benítez dijo que había dado instrucciones al canciller para que solicitara información sobre el nombramiento, aunque dijo que respetaba «las decisiones soberanas de otros países».
El 12 de agosto, Estados Unidos agregó a Velázquez y Juan Carlos Duarte, ahora exasesor legal de la Entidad Binacional de Yacyretá (EBY), a su lista de corruptos.
Osterfield dijo luego que Duarte, a pedido de Velázquez, «ofreció más de un millón de dólares en sobornos a un funcionario» para «obstruir una investigación que amenaza al vicepresidente y sus intereses económicos».
El anuncio llevó a Velázquez a renunciar a la candidatura y cargo presidencial del Partido Colorado.
Sin embargo, el vicepresidente de Paraguay se retractó este jueves de su declaración inicial de salida y aseguró que pedirá a «organismos correspondientes» pruebas de los cargos que se le imputan.
Incluso dijo que estaba dispuesto a recurrir a las «autoridades judiciales estadounidenses» para limpiar su nombre y el de su familia.