Felipe Gómez-Pallete, presidente de Calidad y Cultura Democrática.
Nacido en Reynosa (Cantabria) hace 78 años, Felipe Gómez-Pallete supo observar, desde las atalayas de los ejecutivos de grandes empresas como Inditex o IBM, el impacto de una tecnología que hace tiempo dejó de ser nueva tecnología. Autor de La Sociedad de la Información. Riesgos y Oportunidades en la Empresa Española (Ciencia de la Gestión, 1988) con ilustres autores como Eduardo Punset, Emilio Fontela, José Luis Sampedro y Luis Racionero ahora con Paz de Torres (ex Directora de Cisco) con quien también comparte cualidades democráticas y cultura de dirección , la organización tiene como objetivo promover el compromiso cívico. El nuevo libro, Let the Trees Don’t Get in the Way of the Forest: The Road to Artificial Intelligence (publicado en Círculo Rojo en octubre), explora la transición de la sociedad desde sistemas y máquinas que imitan la forma en que pensamos los humanos. Cree que ante los acontecimientos tanto esperanzadores como conflictivos, es necesario anticiparse y actuar. «Estamos jugando a ser Dios», advirtió.
pedir. ¿Qué hay detrás de la inteligencia artificial?
Respuesta. varias fuerzas. Uno de ellos es la ganancia financiera, no se equivoquen. También existe el interés científico, cuya curiosidad no tiene límites. Luego está el motor de filosofía. El hombre siempre está tratando de crear copias de sí mismo, incluso mejores copias.Un autor que citamos [en el libro] Seguramente lo hacemos por las mismas razones que tenemos hijos. Lo que nos impulsa es el sentimiento de que somos creadores. Es como jugar a ser Dios. Eso es lo que estamos haciendo. Esa sería la explicación filosófica, pero la explicación mundana y poderosa es el interés económico detrás de esto, como cualquier innovación tecnológica.
Más información
P: Google despidió al ingeniero Blake Lemoine por atribuir sentimientos a un programa de IA.
R. La inteligencia artificial no tendrá sentimientos. Puedes programar y convertir en algoritmos, todo es conocimiento o ideas, pero los sentimientos, los sentimientos humanos, son absolutamente inprogramables en mi opinión. Recientemente releí «El mundo de ayer» de Stefan Zweig, en el que decía: «Solo la fantasía, no el conocimiento, puede hacer feliz a uno». Esta ilusión no puede ser algorítmica, así que no creo en estas llamadas réplicas sobrehumanas o posthumanas. Tal vez estemos confundiendo el deseo con la realidad, porque si es real, apágalo y vámonos.
Suscríbete para seguir leyendo
Leer ilimitado