Cuarenta años de militancia política a la sombra de la familia Puyol y sus lucrativas parcelas, Javier Trias Tiene una habilidad camaleónica para hacerse pasar por un hombre sabio e ignorante, un caballero de Barcelona, lejos de las cosas malas. Convergente, ya diferencia de muchos arribistas pagados por el sector público, es políticamente como el tipo que regenta el club náutico de Vilassar de Mar: casi como un pasatiempo de clase social. Sin embargo, esta imagen refinada de una figura digna y una disposición amistosa está muy lejos de lo que siempre ha sido Trias: un independentista radical que ha formado y se ha convertido en un miembro central del clan de fusión.
Además, a lo largo de su carrera, hubo diversos grados de corrupción:antonio vivisSu mano derecha en el Ayuntamiento de Barcelona fue culpada por un 3% -que llegó a la alcaldía tras una sonada campaña mediática contra un alcalde socialista- jordihereufinanciado por la Generalitat, fue decisivo para que el procés se convirtiera en un movimiento de masas, ya que Trias puso la ciudad al servicio del independentismo como escenario de sus grandes manifestaciones riefestalianas.
Como era de esperar, el regreso de Trias de su jubilación dorada, el regreso de la antigua Convergència, fue respaldado por la prensa catalana, que fue calificada como «un pueblo ordenado».Asimismo, les sirve la ingenuidad y la ignorancia perezosa de muchos barceloneses, así como de muchos vecinos de Sant Gervasi, que apoyan Manuel Valls En 2019 y el 23-M confiaron a Trias «votos útiles», y la noche electoral se dieron cuenta de la estafa al ver al alcalde «moderado» celebrar su victoria laura boras y Jody TurulDobles caras que se entrecruzan: negocios sucios y deslealtad a la patria.
Por tanto, debería ser un deber moral y político constitucional impedir que el Trias y el golpista Junts gobiernen Barcelona. La respuesta automática de cualquier organización que quiera proteger la democracia española de numerosos enemigos no tiene por qué estar calculada a efectos electorales y de equilibrio.Lo que hizo Valls en 2019 -«el galo», como le llamaban despectivamente algunos próceres de la ciudad-, defendió la constitución evitando, apoyando el mandato de Colau de que ERC tomara el control de la ciudad ernesto malall.
La doctrina de los «males menores» puesta en práctica por Valls no está desfasada y ha trazado el camino para que PP y Vox apoyen el mandato de la coalición PSC-Comunes que nombró al alcalde de la socialista Collboni. Así lo entiende y lo defiende la sociedad civil catalana, que ha emitido un comunicado llamando a la responsabilidad de los partidos constitucionales y pidiéndoles que eviten formar parlamentos separatistas en los municipios de los que depende.
Este es un mensaje específico tanto para el PP como para Vox, en el escenario de Barcelona, el popular apostó por una inauguración de la «no intervención», la forma más cómoda de darle a Trias lo que buscaba: garantizar la supervivencia de las Junts, desde que ERC rompió la Generalitat Cientos de cuadros han perdido su trabajo desde la alianza y la creación de una nueva Convergència desde el Ayuntamiento de Barcelona.
en el espectáculo alsinaPresidente del Partido Popular, Alberto Núñez Fejoorompió ayer su silencio, enfriando cualquier apoyo a los socialistas, al igual que los patriotas de Vox, alegando que «la mayoría de los barceloneses no aceptan las entradas de Collboni y Colau». , pero también podría utilizarse para rechazar una alianza Trias-Margall o un gobierno solo de Junts.
Hay dos motivos para esta postura del PP: Feijóo cree que no puede rendirse Pedro Sánchez la alcaldía de la segunda ciudad española; o refrenda la tesis de una «normalización de Cataluña» sostenida por el Gobierno a lo largo de la legislatura, validando el éxito de su «acción de diálogo», argumentando que en este nuevo posprocedimiento En la escena, el nacionalismo de Junts es un «mal menor». » Si pisa la Moncloa en julio y no quiere que Vox sea una muleta, está de acuerdo con eso.