Alex Garland, novelista, guionista y director, ha dirigido conocidas películas de ciencia ficción como «Annihilation» o series como la maravillosa «Developers», y su debut como director es «Ex Machina», una ópera prima sobre inteligencia artificial. Se ha convertido en un clásico. Género, esto vuelve a ser noticia, asociado al famoso ChatGPT.
La película cuenta la historia de Nathan (Oscar Isaac), el fundador de una gran empresa de Internet, que invita a uno de sus programadores, Caleb (Domhnall Gleeson), a pasar un tiempo en su casa y, al cabo de unas semanas, se retira a las montañas. , rodeada de estrictas medidas de seguridad, para encontrarse con una robot dotada de inteligencia artificial, Ava (Alicia Vikander). El papel del programador es verificar si Ava puede tener una inteligencia similar a la humana y puede ser indistinguible de los humanos, lo que los científicos llaman la prueba de Turing.
La película se desarrolla como un thriller claustrofóbico con actuaciones impecables de solo cuatro de sus personajes (agregando un asistente oriental completamente mudo a los tres revisados, que según Nathan no podía entender su idioma) a través de su comportamiento pero también a través de su conversación, creando finalmente una dinámica de alianza y rechazo entre ellos.
Las escenas entre Ava y Caleb hacen que la película cuestione sutilmente si la inteligencia artificial puede tener cualidades humanas, como el deseo sexual, el anhelo de libertad o la autoconciencia. Se produce una intrigante batalla entre Ava y su creador, Nathan, para ganarse la voluntad de los invitados que gradualmente se sienten atraídos por el robot durante el juego, y el recién llegado Caleb tiene la intuición de que las cosas no son lo que parecen.
El clímax de la película capitaliza perfectamente todo el conflicto resultante, haciendo que incluso los humanos se pregunten si no son máquinas. En este sentido, cabe destacar el retrato que hace Isaac del genial creador o científico que se ve superado por la inteligencia de su propia creación.
Ex Machina aborda los dilemas éticos y morales que se debaten actualmente en torno al desarrollo y uso de la inteligencia artificial y cuáles deberían ser sus límites. Europa lleva años desarrollando legislación en torno a la inteligencia artificial, incluido su posible uso en la justicia, y las cuestiones que deben abordarse se centran en su posible impacto en el estado de derecho, la democracia y la prevención de sesgos, que podrían afectar a ambos. La posible responsabilidad de los robots se ha abordado en otras áreas de regulación dentro de la ley de responsabilidad civil, así como cuestiones de propiedad intelectual para trabajos de inteligencia artificial que se están investigando. En definitiva, un futuro definido tanto tecnológica como jurídicamente, y ver la película solo sirve para recordarnos que ciertamente no estamos lejos de la ficción que plasma.
José Luis Luceno Oliva, Profesora Loyola Masters.