Los abogados españoles clausuraron este viernes por la tarde su XIII Congreso Nacional con una hoja de ruta para afrontar los retos de los próximos años. Las conclusiones incluyen un paquete de enmiendas al proyecto de ley de defensa que será enviado a la Cámara de Representantes.
Entre las propuestas que abarcan aspectos muy diversos se encuentran el refuerzo de la presunción de inocencia, garantías de que los detenidos tengan acceso a asistencia letrada, una garantía del secreto profesional más detallada y el desarrollo de baremos de honorarios para que las partes puedan conocer el coste probable de la acción judicial. . También se fortalecen los procedimientos de amparo de la Universidad, que buscan proteger la dignidad de los abogados en su profesión.
Las 44 conclusiones se votaron al final de cinco sesiones de revisión, donde más de 1000 participantes debatieron los desafíos clave que enfrenta la industria hoy en día.
En cuanto a los intermediarios y los nuevos modelos de negocios, acordaron definir el alcance del secreto profesional para los abogados de empresa y exigieron a los legisladores crear acciones de clase específicas por los daños causados en el ámbito del derecho de la competencia, sin la participación obligatoria de los consumidores y usuarios en asociaciones.
También coincidieron en la necesidad de regular el uso de sistemas de IA en la prestación de servicios jurídicos y el ejercicio de la abogacía en línea, así como en la selección de profesionales del derecho. También decidieron establecer un programa de formación para la abogacía institucional, orientado a facilitar el acceso de los profesionales a las tecnologías y herramientas digitales.
Formación y Justicia Liberal
Las conclusiones también incluyen algunas recomendaciones sobre la necesidad de regular la formación continua y profesional, la certificación periódica para actualizar conocimientos y los programas de formación de todos los profesionales para garantizar la «igualdad de oportunidades». La especialización «no es obligatoria ni implica permanencia en la actividad», aunque coinciden en que el Consejo General de la Abogacía fijará los requisitos para las distintas profesiones.
En el ámbito de la asistencia jurídica gratuita, reconocen la obligatoriedad de la formación continua, que debe ser «gratuita» para los profesionales y «subvencionada» por la administración pública.
En materia ética, acuerdan, entre otros, establecer deberes de custodia y control sobre los datos objeto de tratamiento automatizado o su transmisión en los equipos, velando por la protección de los datos personales, la garantía de la confidencialidad y el secreto profesional. Asimismo, la creación de observatorios de ciberseguridad para la industria jurídica en el seno del Consejo General de las Profesiones Jurídicas, o la adopción de estándares éticos específicos en nuevos ámbitos extraprocesales de la profesión, especialmente en la mediación, la protección de datos y el cumplimiento corporativo.
Sobre la judicatura liberal, exigieron a los poderes públicos «impulsar sin demora una nueva ley que regule la materia». Sin embargo, en tanto no sea ratificado, instaron a que se agregue al texto del proyecto de ley una cláusula final sobre el derecho de defensa para que “las personas jurídicas sujetas a persecución penal sean catalogadas como acreedoras de la Intervención de ayuda gratuita, defensa y los profesionales de la representación designados de oficio también deberán ser indemnizados en los casos en que no se reconozca expresamente el derecho a la asistencia jurídica gratuita”.
En conclusión, también piden a los legisladores que establezcan de manera clara y uniforme los criterios para otorgar beneficios judiciales liberales, que reevalúen esos criterios anualmente y que igualen la compensación financiera para que todas las comunidades sean iguales.