Cinco Días

Aunque en la actualidad el término cannabis está asociado a las drogas psicotrópicas y en un principio provocó un rechazo generalizado, la planta tiene muchos otros usos, como el industrial, textil, alimentario o sanitario, que quizás no sean conocidos por el gran público pero que han ganado reconocimiento en los últimos años. se destaca una gran cantidad de reconocimiento.

En este artículo nos centraremos en la subespecie cannábica Cannabis Sativa, o marihuana, y en concreto en uno de sus constituyentes, el llamado cannabinoide no psicoactivo: el cannabidiol, más conocido como CBD, que un número creciente de estados lo regulan. Unión Europea.

A diferencia de los componentes psicoactivos de la marihuana, como el tetrahidrocannabinol o el THC, el CBD no crea adicción ni dependencia, no es nocivo para la salud y no tiene efectos psicoactivos en sus usuarios. En cambio, el ingrediente activo de la planta de cannabis ha sido cada vez más reconocido por su papel en el tratamiento de dolencias específicas como el insomnio, la ansiedad, las náuseas y el dolor. Aunque actualmente no existe un cuerpo científico sólido de investigación que aborde todos estos problemas debido a su novedad, existe consenso sobre cuán prometedor es el CBD en esta área.

Es por estas propiedades que los productos de CBD han dominado recientemente las portadas de los medios y las actas de conferencias. En España, los puntos de venta son cada día más numerosos, lo que refleja el mayor interés de inversores y empresarios por promocionar el sector. En la actualidad, se estima que el CDB aporta 1.435 millones de euros a la economía europea y más de 2.000 millones de dólares a los EE. UU.

A pesar de este impacto económico asociado, los empresarios y empresarios españoles objetaron que la legislación obsoleta (aún hoy, el estatuto de referencia es la ley de estupefacientes de 1967) no brinda seguridad jurídica para el normal desarrollo de este pujante mercado. Cabe señalar que actualmente no existen normas específicas que regulen la marihuana, sus componentes y usos en nuestro país.

Sin embargo, los legisladores españoles están mostrando un interés creciente en regulaciones más detalladas. Muestra de ello es el reciente debate parlamentario sobre la posibilidad de aprobar una regulación integral del cannabis para crear un marco legal más claro que brinde seguridad jurídica a todos los agentes relevantes o el reciente informe de una subcomisión parlamentaria que analiza la experiencia regulatoria del cannabis. Esto abre la puerta a la dispensación de marihuana medicinal en los dispensarios.

A nivel internacional, Holanda, Estonia, Finlandia o Malta permiten la producción y venta de productos que contengan CBD. De manera más general, un número creciente de países de la UE como Malta, Portugal o Francia (y las propias instituciones europeas) están avanzando hacia una regulación más clara y detallada de los diferentes usos del cannabidiol. Recientemente, el gobierno alemán recibió la aprobación de la Comisión Europea para aprobar un proyecto de ley que, entre otras cosas, permitiría una venta gratuita más amplia de CBD.

Además, se aplican en esta materia los principios de reconocimiento mutuo (aunque no absoluto) y de libre circulación de mercancías en Europa, asegurando que no se pongan trabas a la comercialización de productos ya vendidos legalmente en otros Estados miembros. En el famoso caso Kanavape, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dejó claro que el CBD no estaba reconocido como estupefaciente. Esto significa que muchos productos de CBD ahora son legales en España. En resumen, el cuadro de inicio ahora es libre de moverse.

Todo ello nos lleva a concluir que, a pesar de la indiferencia de los legisladores españoles, estamos viviendo un cambio de tendencia debido a la combinación de la nueva normativa europea y la aplicación del principio de reconocimiento mutuo. De hecho, las fuerzas de la oferta y la demanda son tenaces: hasta ahora, la comercialización de productos de CBD, ya sea en las regulaciones actuales o no, parece estar avanzando con relativa normalidad.

Aunque por lo general es legal introducir productos de CBD en el mercado español, no se sabe exactamente qué productos se pueden producir y vender, o qué normativa se aplica. Este vacío legal en España no es suficiente para impulsar esta prometedora industria, para la que nuestro país reúne las condiciones idóneas para convertirse en un referente europeo.

En esta ola de cambio, España no debe quedarse atrás, sino que debe ser proactiva. Es urgente que los legisladores españoles aclaren cuanto antes las condiciones en las que se pueden importar, producir y vender productos de CBD en nuestro país, como ya ocurre en muchas partes de Europa, y acercar la ley al mercado real.

Miguel Ángel Trillo-Figueroa Ávila y Gilliam Valencia CaballeroSocio en Santiago Mediano Abogados

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