Este poemario de Luis Luna habla sobre la pérdida de la infancia y las herramientas que nos conforman
poeta madrileño Luis Luna (1975) El texto inicial del libro es un fragmento de invierno, pérdida y frío. Todo está tocado por los ojos de la infancia, suspendidos en cada rincón del territorio de la poesía, acariciando aquellas cosas que alguna vez me acompañaron.
poeta madrileño Luis Luna (1975) El texto inicial del libro es un fragmento de invierno, pérdida y frío. Todo está tocado por la mirada de la infancia, suspendida en cada rincón del territorio de la poesía, que atesora las cosas, los utensilios, los bienes con los que nos construimos. Lo llevamos con nosotros, como muestra la yuxtaposición de la palabra «ser», ellos nos hacen ser, pero también llevan consigo la cuestión de la existencia.
La pérdida de la infancia es una pérdida universal y compartida, y todos lo sabemos. pero, Debemos preguntarnos de dónde viene esta dolorosa noticia: nuestra añoranza por ese tiempo, que recordamos y por tanto imaginamos. O tal vez sea por consideración al abandono infantil de nuestros hijos. Estas son las dos chicas que aparecen a lo largo del libro. Anhelando una mirada de infancia. El secreto se esconde en los párpados, la oscuridad que vi en ese momento. «A medida que avanzaba la tarde, había una falda rota, había un niño enojado, muy lentamente».
Luis Luna nos muestra la inmersión como una forma inevitable de conocer, un acto que trae dolor, un acto de vivir que aparece en el lenguaje como una forma de marcar el paso del tiempo. Así, la escritura poética dejará su huella en el colapso del lenguaje. La poesía, esa quiebra, contiene el dolor de estar ya al borde de nuestra vida. El dolor del conocimiento ocurre como el nacimiento, aunque no en la idea de la magia, porque aquí no hay salida.. La imagen de la bañera, a la que recurre el poeta, nos sitúa en un lugar donde el agua da vida y reúne a la mujer que da a luz y a la niña que nace en un mismo recipiente cerrado.
Ecos de un viaje nocturno
El libro comienza y termina con dos ensayos, cuyos títulos en alemán (Nachtsetern y Morgensetern) hacen referencia a la luz de la noche y la luz de la mañana. En el medio hay un viaje sin desplazamiento, a lo largo de la noche, y una voz que habla con una mujer.