El movimiento independentista catalán pide un nuevo éxito

El 11 de septiembre es la Diada Nacional de Cataluña, y la gente realiza manifestaciones para conmemorar la pérdida de la libertad en Cataluña a sangre y fuego en 1714, convirtiéndose en un territorio sin derechos conquistado por Castilla.

Y, sobre todo desde 2010, ya con cierto grado de democracia, la movilización se convirtió en una enorme demanda por la independencia de Cataluña después de que se confirmara que España no podía vivir según los deseos de Cataluña dentro de España.

Desde hace 13 años somos el mayor movimiento político en las calles de Europa. Este año en Barcelona, ​​unas 800.000 personas pidieron la independencia de Cataluña.

Al mismo tiempo, las circunstancias históricas significan que el presidente interino de España, Pedro Sánchez, necesitará los votos del partido Junts del presidente número 130 de Cataluña, Carles Puigdemont, para jurar como presidente del país, que debe ingresar en Cataluña. Vive exiliado en Bélgica debido a la persecución desde el referéndum de autodeterminación de 2017.

Pero Puigdemont no aceptó un no por respuesta mientras estuvo en el exilio y aceptó un acuerdo de nombramiento ahora que lo necesitaban. En cambio, el 5 de septiembre mantuvo una reunión en Bruselas con periodistas de 64 países, donde planteó la necesidad de un acuerdo histórico para resolver democráticamente el conflicto entre Cataluña y España.

Dijo que no hay condiciones para las negociaciones, pero el gobierno español debería proporcionar los requisitos mínimos para iniciar las negociaciones: reconocer la legitimidad del movimiento independentista catalán, dejar de perseguir a este movimiento pacífico como una amenaza terrorista y aprobar una amnistía para tomar represalias (aproximadamente 1.500 personas) y permitir que un mediador (neutral, es decir, un mediador internacional) supervise las negociaciones.

Pedro Sánchez parece abierto a aceptar una amnistía para las víctimas de la venganza catalana y de la policía agresora con el argumento de que abandonaría la represión y podría poner fin al conflicto.

Pero el conflicto no terminará con el fin de la represión, sino que será necesario abordar la causa fundamental del conflicto: el derecho del pueblo catalán a ejercer su derecho a la autodeterminación.

De hecho, la verdadera razón (que no queremos aceptar) es que se debe conceder la amnistía porque la justicia ha cometido un fraude contra los independentistas y hay que deshacer los efectos perjudiciales de estos.

Pero a Sánchez le costará mucho conseguir que la sociedad española acepte una amnistía para los miembros de este movimiento porque ha creado una estructura mediática que los tilda de «golpistas», «criminales», «terroristas», «racistas»… Pero el verdadero motivo Lo que se esconde detrás de la amnistía es limpiar el historial legal de España antes de la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, que se espera que sea devastadora para España.

Independentistas catalanesManifestaciones independentistas de Cataluña. Asamblea Nacional de Cataluña https://assemblea.cat/

Por eso durante las manifestaciones no hubo peticiones de amnistía, ni ningún acuerdo sobre la investidura de Sánchez, pero sí un llamamiento unánime a la independencia. Esto es lo que quiere Puigdemont: se requieren cuatro condiciones previas, pero las negociaciones deben girar en torno a la autodeterminación.

Sánchez se negó rotundamente a participar en este debate, con el pretexto de que no lo permitía la Constitución (lo cual estaba mal). Pidió inversiones pero no quiso aportar nada esencial al nacionalismo español.

Así que si Sánchez no se convierte en un verdadero estadista que sepa llevar a España a las negociaciones, renuncie al uso de la violencia y sólo cuente el poder de la democracia, creo que nos encaminaremos hacia las sextas elecciones en ocho años (normalmente se pelean dos). e inestabilidad en España, como no se ha visto hasta ahora.

Jordi O. Folch es ciudadano catalán

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