«Lo siento, la mitad del museo está cerrado por falta de personal», dice el vestíbulo del Museo Nacional del Romanticismo, sito en el antiguo palacio del Marqués de Matallana en el centro de Madrid. No es el único museo estatal dependiente del Ministerio de Cultura que lleva meses lidiando con problemas operativos por esta yerro de personal, especialmente de los guardias de sala. También se han registrado situaciones excepcionales en otros como el Sorolla de Madrid o el Nacional de Cerámica de Valencia, entre otros. Las quejas de los visitantes se acumulan, mientras que en las webs de algunos centros se puede descubrir esta misteriosa fórmula para argumentar el falleba de salas o la reducción de horario: «motivos de organización interna». Los cierres parciales o la reducción de marcha han causado malestar entre los visitantes y han transmitido una muy mala imagen a los museos.
Los problemas de personal del museo se remontan a 2020.
¿Qué está pasando en los museos estatales? El profesión prefiere reponer a las consultas de este diario por correo electrónico y con mensajes breves: «Los cierres puntuales que se han producido en algunos de los museos estatales dependientes de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes son consecuencia de la entrada en en vigor del IV Contrato individual del personal trabajador de la Administración General del Estado [firmado en marzo de 2019]“. Si tiene alguna pregunta sobre otros museos en particular, comuníquese con la oficina de prensa del Ministerio. “La aplicación de este convenio y del nuevo marco para el personal de atención al visitante ha supuesto una reducción del número de plazas necesarias para poder ofrecer el servicio al público con normalidad”.
¿Qué significan estos mensajes? Uno de los principales problemas del mencionado convenio colectivo es que no se definía la categoría de amas de casa y, por tanto, la cualificación necesaria para acceder al empleo, lo que les imposibilitaba acceder a las vacantes de empleo público. Por tanto, desde que entró en vigor, no ha sido posible contratar nuevos empleados como es habitual. Este viernes, el Ministerio de la Función Pública y los sindicatos concluyeron reuniones para buscar una salida a la situación, en una negociación en la que intervienen trabajadores de los Museos Estatales, el Museo Reina Sofía y el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM).
Como conserjes de sala solo se requiere la titulación de ESO, EGB o FP Administrativa por convenio, además este personal podrá participar en procesos de promoción interna o traslados que antes no era posible y colaborará en la cobertura de vacantes. Para los jefes de sala, la titulación requerida es una licenciatura o una FP técnica. Hay un caso especial: los guías de la Cueva de Altamira, Cantabria, suben de categoría. Los cambios se materializarán en una modificación del Contrato Unificado del Personal de la Administración General del Estado, que se publicará en el BOE.
“Desde 2020 tenemos problemas de escasez de personal que afecta al funcionamiento de los museos y realiza paros y movilizaciones puntuales, se necesitaba una solución global”, afirma Vidal Cruzado, responsable de Comisiones Obreras (CC OO). Desde el sindicato calculan que el convenio de movilidad y prestaciones afectará a unos 700 empleados y que serán necesarios unos 200 contratos para que los museos funcionen correctamente. El parche no estará disponible de forma inmediata, pero habrá que esperar unos meses a que se publiquen las ofertas de trabajo.
Según el sindicato, aún quedan problemas por resolver: el buen funcionamiento de las instituciones no se logrará hasta que se reconstruya la estructura profesional y se ocupen los casilleros y algunos puestos de responsabilidad. Según explica UGT en un comunicado, “falta acuerdo sobre un nuevo sistema de movilidad interna, que, entre otras cosas, debería plantear el cambio en las categorías profesionales de portero senior, restaurador y restaurador y proponer en un futuro próximo reagrupamiento profesional de nuestras fuerzas de seguridad». Cruzado sostiene que la solución no es tan complicada: «No entendemos por qué tomó dos años».
Sin archivos atrasados
Por otro lado, los archivos estatales, que también dependen de la cultura, enfrentan problemas similares a los de los museos, aunque por razones diferentes, informa Tommaso Koch. La consecuencia para la ciudadanía, eso sí, es similar: la reducción del horario de atención en centros como el Archivo General de Indias o Simancas. Desde hace unos días, hasta cuándo se desconoce, los investigadores ya no podrán acceder por la tarde, sino solo por la mañana. El problema tiene que ver tanto con la falta de personal como con su «mala gestión», según Emilio Murcia, responsable de personal de la función pública y prevención de riesgos laborales de CC OO en los Ministerios de Cultura y Deporte, Educación y Formación Profesional y Universidades.
La historia de Murcia se basa en una premisa: los horarios normales, llamados «rígidos», son en la administración de 9:00 a 14:30 o de 14:30 a 20:00 horas. Cada empleado suma de manera flexible a estas franjas los horarios de trabajo que le corresponden hasta las 7:30 am o las 8:00 am por día, lo cual se especifica en su contrato. Otro giro, «Especial», debe ser negociado y recibir un beneficio adicional a cambio. No obstante, según Murcia, los funcionarios que entraron en las plantillas del archivo en años anteriores “se han visto obligados a un horario especial, por ejemplo de 10 a 18 horas o de 12 a 20 horas, sin más añadidos”. Asegura que algunos lo comunicaron a CC OO, que remitió el asunto a la Subdirección General de Archivos del Estado. “Él lo ignoró”, dice Murcia. Aunque hace unos días, a instancias del comunidad, la Subdirección General de Recursos Humanos e Inspección de Servicios Culturales y la Secretaría de la Función Pública todavía se expresaron al respecto, la subdirección que encabeza Severiano Hernández siempre aceptó el cambio según CC OO. Por lo tanto, los trabajadores fueron trasladados a su turno correspondiente, el turno de la mañana, y las tardes quedaron libres. “Hasta que salgan nuevas plazas públicas con este plazo específicamente definido”, añade Murcia. “Y todo esto acaba generando quejas entre los investigadores”, subraya. Este diario ha pedido a Cultura su lectura de los hechos pero no ha obtenido respuesta por el momento.
Una fuente consultada en uno de los archivos apunta a otro medio ambiente que ayuda a explicar el contexto: las plantillas en algunos casos se han estrecho a la fracción en una división sin reponer los resultados.