Si algún conductor pasa por km 684 el camino N-630en términos municipales Puebla de Sancho Pérezal lado de cosecha (badajoz), verás un edificio blanco y medio en ruinas de dos plantas junto a la carretera, que atrae Tenga en cuenta el logo típico de un club de anfitrionas: Olimpo, salón de banquetes, acompañada de una silueta rosa, atrae a dos mujeres en posiciones provocativas.Nada nuevo en el cuadro habitual de cualquier rincón perdido EspañaSin embargo, si bien las historias de espantosa sordidez que tienen lugar en las habitaciones de estos establecimientos son intuitivas desde el exterior, la historia de este caso lamentablemente va más allá de cualquier metáfora.
Se trata de la terrible experiencia por la que pasaron. Milagro, tatiana y Zulima, esos tres naturales de Marruecos, dentro de esos muros de cal, se volvían cada vez más blancos, porque hasta estaban manchados de sangre. “Este no es otro delito de trata de personas, de hecho, esta es la primera vez que me encuentro con un caso así”. campo de eva udy, abogado especialista en derecho penal, que representó a una persona afectada en el caso. Con una amplia experiencia en este tipo de incidentes, cree que es crucial que las mujeres jóvenes presenten denuncias después de un «verdadero calvario».
También apuntaron a un compatriota, porque el autor de todo el complot (que ha sido condenado a 26 años de prisión), nombrado el nacimientotambién conocido como The Ears, nació ahmed (Marruecos).Sus colaboradores directos en el prostíbulo son todos del mismo país, su hija sonia (también conocido como pulpo), nativo Tetuány Teófilo (camarero), de ArcilaTres jóvenes víctimas (31, 38 y 30 años) y tres verdugos. día a día. 24 horas. más de un año. Todo comenzó cuando La orejas contactó con varias mujeres irregulares de su nacionalidad en España (algunas de ellas dedicadas a actividades agrícolas, como la fresa), sin familia y sin recursos. Así que aprovechó su vulnerabilidad económica y social ofreciéndoles trabajo de limpiadora y cocinera en lo que llamó su hotel.
Cuando estuvieron en estos trabajos por poco tiempo, el propietario los convenció de comenzar a tratar con los clientes para «ganar más dinero» y poder enviarlo a sus familiares en Marruecos. Luego fue un paso más allá, prometiendo normalizar su situación ordenándolas prostituirse. Para ello, les dijo que cuando tuvieran relaciones sexuales con clientes, les retendría una cierta cantidad para cubrir el costo de la tramitación de documentos.
A Milagros le pidió de 6.000 a 7.000 euros, a Tatiana 3.000 y a Zulima 5.000. También deduzco el costo de hospedaje y alimentación (una vez al día). Sin embargo, pronto dejará de pagarles cualquier cantidad. A los clientes se les cobra 60 € por media hora, el doble por una hora. Mientras tanto, los colaboradores Sonia y Teófilo son los encargados de controlar la duración del pase.
El contrato de trabajo prometido nunca llegó. Cuando las víctimas reclamaban o se negaban a ejercer la prostitución, La Orejas amenazaba con llamar a la policía y denunciar sus anomalías, lo que conduciría a la deportación. También les aseguró que reproduciría videos sexuales a sus familiares, donde aparecían con clientes, a través de Internet o directamente. «Extorsión», como lo explica el abogado.Lao Orejas incluso hizo un simulacro de llamada frente a tres mujeres, convenciéndolas de que policía y Guardia Nacional de Zafra fue «cómplice» del chantaje. Lo peor está por venir.
sanciones y explotación
El club tiene establecido un sistema de sanciones si las mujeres desobedecen las órdenes. Por ejemplo, si no abandona la habitación a la hora estipulada (17:00 horas), deberá abonar 40 euros. Si no trabajan un día, hay una multa de 13 euros. Y siempre tienen que usar ropa provocativa y tacones altos. En varias ocasiones, dos de las tres mujeres, en particular Tatiana y Zulima, se dieron a la fuga del club “pero por miedo regresaron”, según la sentencia. Son obligadas a ejercer la prostitución los siete días de la semana, de 17.00 a 6.00 horas, «para hacer lo que el cliente le pida, como tener sexo sin preservativo, drogarse, etc.», ha dicho el juzgado de Badajoz.
Tanto es así que Zulima concibió una niña, pero aun en ese estado siguió bajo el yugo de La orejas. Tras dar a luz, se vio obligada a marcharse -sin ningún tipo de documentación legalizada- para ser atendida por una mujer. Incluso les quitaron los pasaportes para evitar que escaparan. Aquí viene el ataque físico. Golpéalos con los oídos y haz que obedezcan su voluntad. Específicamente, el 17 de noviembre de 2019 resultó en múltiples contusiones de Tatiana, múltiples abrasiones en la cara, piernas y brazos, y un dedo hinchado después de la «mordida». Otro episodio que incluyó esa sentencia ocurrió el 8 de febrero de 2020, cuando golpeó a Milagros, dejándola con moretones y moretones en todo el cuerpo.
No pudieron soportarlo más. “Muy tensos, asustados y dolidos”, tomaban un taxi siempre que podían hasta la Comisaría de la Policía Nacional en Badajoz el mismo día de los últimos hechos de violencia para presentar una denuncia. “Fueron muy valientes”, describe Eva Udi Campo. Cinco días después, la policía allanó el club Olimpo bajo órdenes judiciales. El verdugo fue arrestado. Este es el principio del fin del infierno.
Er fue sentenciado a 26 años de prisión por tres cargos de trata de personas con fines de explotación sexual, uno de los cuales fue agravado. Asimismo, su hija y el camarero se enfrentan a 12 años de prisión cada uno por delitos relacionados con la prostitución. Como responsabilidad civil, los acusados debían pagar 10.000 € cada uno a las tres víctimas.
Mientras tanto, en Lleida, a cientos de kilómetros del club Olimpo, Zulima intenta ahora no mirar atrás, olvidar en la medida de lo posible lo que ha sufrido y devolver la sonrisa a sus hijos. Es hora de empezar una nueva vida, ahora por fin con un permiso de residencia.