Hasta hace unas semanas, la recién designada directora del Instituto Nacional de Estadística (DANE) de Colombia, Piedad Urdinola, leía tres libros: «Rayuela» de Julio Cortázar; Trainspotting de Owen Wales; y Blind Willow, la mujer dormida, la historia de Haruki Murakami. Ahora, está comprometida a comprender los problemas y las virtudes de la entidad que liderará en los próximos años. En su primera entrevista con los medios desde que asumió el cargo, Urdinola confirmó que su objetivo principal es realizar un levantamiento catastral multipropósito, un censo de la propiedad que se realizará por primera vez en Colombia. «El catastro es fundamental para reducir la concentración de tierras y cumplir con los acuerdos de paz», dijo a PeriodistasdeGénero desde su oficina en el centro de Bogotá.
Urdinola (Bogotá, 46) es economista con maestría en economía de la Universidad de los Andes, doctorado en demografía de la Universidad de Berkeley y ha liderado la Base de Datos de Mortalidad Humana de América Latina durante muchos años. Trabaja en la dirección económica del programa nacional de Fedesarrollo y desde hace diez años es profesora del Departamento de Estadística de la Universidad Nacional. A quince días de su llegada al DANE, explicó que, en el corto plazo, la entidad realizará nuevas demografías para tener una imagen precisa de la población afroamericana e indígena de Colombia. Insiste en que se necesitan más recursos para invertir en tecnología para mantener seguras las bases de datos.
pedir. ¿Cuáles son sus principales desafíos bajo el liderazgo del DANE?
Respuesta. Tenemos tres grandes objetivos. Una es retener talentos. Queremos reducir el número de contratos de prestación de servicios y tener más trabajadores de fábrica. Es difícil, pero estamos trabajando en ello. En segundo lugar, y quizás lo más importante, está la finalización del catastro de usos múltiples, un insumo importante para el diseño de políticas públicas en toda la región. El tercero es aumentar la inversión en ciencia y tecnología. Necesitamos mantener actualizadas y seguras digitalmente nuestras bases de datos, que son las reservas estadísticas de la nación. Nos hemos quedado atrás por falta de inversión en los últimos años.
P. Pero para todo necesita recursos y presupuesto espera que el DANE disminuya
R: No estamos de acuerdo. Un país sin datos actualizados y de calidad es un país que toma decisiones a ciegas. Necesitamos aumentar estos recursos. Esperamos que el Ministro de Hacienda escuche nuestras demandas y nos trate bien.
P: El año pasado, el DANE sufrió un severo ataque informático que expuso su brecha de ciberseguridad. ¿Están seguros los datos colombianos?
R. Ahora nos estamos recuperando de dos golpes muy fuertes. El primero fue la pandemia y tuvimos que cambiar todos los procesos de recolección de datos, lo cual fue difícil. Entonces ocurrió el hackeo. Al final, toda la información fue restaurada, pero por supuesto tenemos que reforzar la seguridad. Por eso necesitamos presupuestos para invertir en tecnología.
P. ¿Qué es lo primero que hace bajo la dirección de la entidad?
R. Me gustaría aprovechar el buen momento del DANE, su buena reputación y credibilidad en la sociedad colombiana, para elevar a la entidad a un líder regional en producción estadística. Exploraremos nuevas formas de optimizar el proceso de medición y, lo más importante, ampliar los horizontes de la medición de la desigualdad para que estén conectados con todos los datos que generamos.
P. ¿Cómo se puede ampliar la medida de la desigualdad?
R. Iniciar nuevas medidas para identificar las desigualdades desde diferentes perspectivas: por edad, por sexo, por género, por territorio, por raza o etnia. Es decir, incluir otras dimensiones en la medida de la desigualdad. Es importante medir las diferencias raciales y étnicas.
P: Hubo serios problemas con la información sobre la población africana en el último censo. ¿Qué vas a hacer?
R. Lamentablemente, el censo no se puede volver a realizar, por lo que diseñaremos mejores medidas a corto y medio plazo. Haremos datos demográficos, que son más simples que el censo e incluyen solo algunas características, como la edad, el sexo, el lugar de residencia, la raza o el origen étnico.
P: Volvamos a su segundo objetivo, el catastro multifuncional. ¿En qué consiste y por qué es importante?
R. Esto no es solo un conteo de propiedad, es un censo geográfico que contiene información territorial y local en muchos niveles, desde el medio ambiente o el uso de la tierra hasta la medición de la pobreza. Es una herramienta que estará en el centro de la toma de decisiones públicas del Territorio y clave para reducir la concentración de tierras y cumplir los acuerdos de paz.
P: ¿Cómo va el levantamiento catastral?
R. Se han realizado mediciones en algunas ciudades afectadas por el conflicto armado. Estamos enfrentando muchas dificultades y debemos tener suficiente gente en Hong Kong. Esperamos completarlo en los próximos cuatro años. Este es un gran desafío porque requiere la cooperación de muchas entidades: Instituto Geográfico Agustín Codazzi, Ministerio de Agricultura, Ministerio del Medio Ambiente. Lo más importante es que necesita la ayuda de las personas que viven en el área. A veces nos cuesta conseguir información porque la gente no nos deja entrar. Desafortunadamente, hemos perdido confianza y credibilidad con algunas comunidades en los últimos años y esperamos recuperarla. Muchas áreas permanecen invisibles debido a la falta de comunicación.
P. ¿Cómo mantener la credibilidad del DANE?
R. Hay que seguir potenciando el carácter técnico de la entidad. Estamos comprometidos a cumplir con los estándares internacionales de calidad y continuaremos haciéndolo. Lo que es más importante, continuaremos esforzándonos por permanecer independientes de la política. Estamos impulsando un proyecto de ley de estadísticas oficiales que tiene como objetivo crear un marco legal para la planificación y difusión de datos para que la independencia sea permanente y no dependa del gobierno.
P: ¿Qué número te preocupa más de Colombia?
R. Hay muchas, pero en definitiva, las que revelan desigualdades me hacen sentir miserable. Por ejemplo, mortalidad infantil por sector, La Guajira, Chocó y Amazonas tienen tasas de 20 años similares a las de los países pobres de África. Otras cifras preocupantes son la tasa de mortalidad materna o la tasa de fecundidad adolescente de los hogares más vulnerables. La brecha de género en el mercado laboral también me molesta, especialmente la diferencia en las tasas de desempleo y participación entre hombres y mujeres. Todas estas brechas y estas injusticias son las que me trajeron aquí.
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