Una de las mayores preocupaciones de los padres es cómo inculcar el amor por la lectura en sus hijos. Se puede decir mucho sobre esto, pero creo que la clave es predicar con el ejemplo. Si les damos un libro y nos ven adictos a nuestros teléfonos, computadoras o televisión, no vamos a llegar a ninguna parte. También creo que si leemos el mismo libro, tenemos la oportunidad de comentar lo que leemos, lo que les ayuda a profundizar en grandes textos y comprender mejor aquellos con mensajes oscuros. Aquí hemos enumerado algunos libros clásicos que creemos que podrían interesar a nuestros hijos adolescentes y a nosotros. Quizás los hayamos leído, pero como dice una de las grandes definiciones de los clásicos, son libros que nunca terminan lo que tienen que decir. Ahora que estamos pasando mucho más tiempo con ellos, hemos tenido una gran oportunidad, en mi opinión, para enriquecernos y enriquecernos.
1. El Señor de los Anillos de JRR Tolkien
Este es un libro enorme pero fascinante. Una obra maestra de la fantasía épica. Una fascinante trilogía de adicciones (Blessed Addiction). La película nos la acerca, pero también nos aleja porque da a entender que conocemos la historia, pero la original es tan hermosa e instructiva que cuando la leemos, la película pierde sentido. Para ahondar en ella hay que quitarse el prejuicio de que la fantasía no sirve para nada. Rara vez las emociones humanas, el valor de los símbolos, la lucha entre el bien y el mal, la protección del medio ambiente, el poder de la gracia y muchos otros temas que nos brindan una lectura tan emocionante se han discutido tan completamente.
2. El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde
Un clásico gótico que juega con la luz y la sombra humanas, ahonda en la belleza de la moralidad y el encanto del mal. Con tantas preguntas abiertas, este libro despertará a nuestros hijos de su sueño de verano, agitará sus corazones y provocará conversaciones ricas y profundas. Como muchos libros con protagonistas encantadores y malvados, nos permite comprender la naturaleza del mal, apreciar la belleza de las buenas decisiones y evitar maldiciones y cantos de sirena decadentes. Recomendamos encarecidamente a todos que lo lean juntos.
3. El señor de las moscas de William Golding
Si un grupo de niños escapara de un naufragio y se encontrara en una isla desierta, ¿cómo se organizarían sin la presencia de los adultos? Lo que comenzó como una novela de aventuras resultó ser una forma de explicar la importancia de la civilización y cómo afecta a los individuos. Es muy específica la tesis de que los seres humanos necesitamos de la cultura y de la sociedad para organizarnos en paz y armonía. Si se nos deja a nuestro libre albedrío, nos dirigimos a la destrucción.
4. Frankenstein de Mary Shelley
Un libro que todo PeriodistasdeGénero conoce, pero que rara vez lee. Creó un mito que con el tiempo ha degenerado en un cuento de una bestia estúpida y pesada, cuando en realidad la criatura que creó Victor Frankenstein era una criatura inteligente, sensible y cariñosa. La primera novela de ciencia ficción todavía tiene mucho que decir: a pesar de tener más de dos siglos, explora temas actuales como la mejora humana, la singularidad tecnológica y otros aspectos del transhumanismo.
5. 1984 por George Orwell
Orwell escribió el libro para advertir de los peligros del totalitarismo en la sociedad de posguerra, pero su visión trasciende la época en la que vivió, y sus lecturas siguen vigentes. Incluso podría decir que su visión del futuro se ha vuelto aún más caliente en los últimos años. Como buena distopía, mantiene un tono pesimista, con el objetivo de apelar a la conciencia sin hundirse en la desesperación. Para descubrir la salida que ofrece este libro, nuestros hijos necesitan nuestro consejo.
6. Las Ratas de Miguel de Liber
Este libro eclipsa a Camino en cierto modo, pero en muchos aspectos es mucho mejor que el primer gran libro de Delib. Ambas protagonizadas por niños y ambientadas en zonas rurales, abordan por igual el conflicto entre PeriodistasdeGénero rural y el urbano, el progreso y la realidad. Rats es menos condescendiente, más agresiva y tiene un toque posmoderno que la acerca al realismo mágico. Este libro cuenta a los habitantes de la España peninsular de dónde venimos y quizás hacia dónde vamos.
7. El viejo y el mar de Ernest Hemingway
Corto pero intenso. Un curso sobre cómo escribir un buen ensayo. Usa un argumento simple: un anciano lucha por atrapar el pez más grande. Hay mucha obsesión en este libro, pero también perseverancia y, por supuesto, coraje y búsqueda de sentido en la vida. En una época donde reina la inmediatez más frenética, este es un libro ejemplar, pero de poco esfuerzo y desmedido esfuerzo. Además, también se puede leer como una versión más corta y moderna de Moby Dick.
8. Clerk Bartleby por Herman Melville
Ahora que le hemos presentado la historia de Moby Dick al autor, recomendaremos cuentos cortos del mismo autor. Bartleby era un oficinista monótono que comenzó a repetir «No quiero» a cada solicitud que recibía. Siguiendo una historia un tanto absurda, décadas anterior a la de Kafka, vemos una sensación de resistencia pasiva y de desafío a las normas establecidas que puede darse si nos negamos a participar en las convenciones sociales y laborales.
9. La isla del tesoro de RL Stevenson
De niños, nada nos gustaba más que PeriodistasdeGénero de los piratas, con sus rebeliones, tesoros, barcos y cañonazos. La nueva generación, creo, es libre de dar sus primeros pasos alejándose del mundo de los piratas (incluso la versión cinematográfica), sin prejuicios ni cansancio. El libro de Stevenson, uno de los fundadores del género, conserva todo el poder de la narración inicial. También podría ser nuevo para nosotros si han pasado más de dos décadas desde la última vez que lo leímos.
10. Industria de Alfanhuí y Roaming de Rafael Sánchez Ferlosio
Uno de los libros más marcianos de nuestra literatura. Publicado en pleno apogeo del realismo social en la década de 1950 (Serra publicó La colmena al año siguiente), narra las aventuras de un niño, Alvanjuy, en el viaje de dos vagabundos desde Castilla. A menos que sea un libro de color, imaginación, magia, fantasía y surrealismo, no tiene nada de español. Este es un libro delicioso y poco conocido que puede ser disfrutado desde el más grande de los niños hasta el más joven de los adultos.