«El manatí es uno de los peces más famosos e inauditos sobre los que he leído o visto jamás. Ninguno de estos Plinio él tampoco habló Alberto Manio Escribió en su De propietatibus rerum que ni siquiera existía tal institución en España. Tampoco escuché a nadie en el mar o en la tierra decir «ja».visto u oído, excepto en estas islas y en España, tierra firme de estas Indias. Estas líneas resumen el sentido de asombro, el atractivo historiográfico y el propósito político de La Historia General de las Indias. Gonzalo Fernández de Oviedo (Madrid, 1478 – Santo Domingo, 1557). La primera gran crónica de la conquista de América Reflejando la curiosidad insaciable de un soldado y viajero insaciable en la primera mitad del siglo XVI, se integra en la tradición naturalista iniciada por el catálogo de maravillas históricas naturales de Plinio el Viejo y finalmente establecida como parte del territorio recién descubierto de la Monarquía Española. Por cierto, unas líneas más adelante, Fernández de Oviedo se sorprende al descubrir que un manatí —que, como luego se entera, es un mamífero como un delfín o una ballena— «sabe más a carne que a pescado».
La nueva edición de «Una Historia General de la India» que acaba de publicar la Biblioteca Castro está causando revuelo por su redacción rigurosa y su introducción concisa. Belinda Palacios y Natasha Crocol, Doctorado por la Universidad de Ginebra. Recordemos que se trata de una obra monumental que, aunque inacabada, fue escrita y reescrita a lo largo de décadas por un militar de origen humilde que rápidamente supo posicionarse como español y camarero y ayudante de otros señores italianos. Fascinado por la flora y fauna del Nuevo Mundo Tenía opiniones ambivalentes sobre los indios. Por ello, sus dos principales enemigos llegaron a acusarlo de delitos opuestos.para Bartolomé de las CasasFernández de Oviedo es un exterminador; por Pedrarias Dávilael enemigo del conquistador.
De hecho, en la primera parte del trabajo, el Pueblos indígenas de La Española, Boricon, Cuba y JamaicaLas actitudes entre los caribeños e incluso entre los residentes del continente no fueron positivas. Los indios eran «lascivos, sodomitas e idólatras», su lengua era «corta e inadecuada», eran seguidores de un culto «satánico» y era difícil convertirlos al catolicismo. Además, eran conspicuos caníbales que «comían humanos». La carne es tan común como el canibalismo”. Francia y «España e Italia comen cordero y ternera». Sin embargo, Fernández de Oviedo no los veía como monstruos desalmados, instando a «cualquier indio a considerarlos como vecinos» y maravillándose de sus habilidades técnicas y las similitudes de muchas de sus prácticas con las de los europeos. Finalmente, en la revisión final de su obra, Los conquistadores denunciaron cada vez más sus abusos Anticipa de este modo el ya citado célebre boceto de la devastación de las Indias realizado por de las Casas, que llegaría a la prensa tres años después de su muerte.
historia general de las indias
Gonzalo Fernández de Oviedo
Biblioteca Castro. 740 páginas. 52euros. Puede adquirirlo aquí.
reescritura del caos
Fernández de Oviedo, a diferencia de otro destacado cronista, Bernard Díaz del Castillo Compañerismo incansable Hernán Cortés A los ochenta y cuatro años, sordo y ciego, y movido por una rabia incomprensible, derramó su asombrosa memoria de más de mil palabras de una vez en su Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España (1568) Múltiples Páginas.Lo que tenemos aquí, en cambio, es una empresa literaria que abarcó treinta años de reescritura constante, una reescritura desordenada y monumental de más de cincuenta libros, el primero de los cuales El libro se imprimió en Sevilla en 1535.. Los planes segundo y tercero nunca verían la luz.
1532, Carlos V nombra a Fernández de Oviedo El primer cronista oficial de la India, y con el permiso del Rey, exigió a todos los Gobernadores de la India que «daran aviso y registro fiel de todos los asuntos dignos de registro histórico, mediante testimonio auténtico firmado por ellos y firmado por un notario». , dándoles confianza. Entonces, de repente, todas las noticias provenientes del extranjero cayeron en sus manos y, debido a su gran volumen, amenazaron con abrumar la viabilidad del proyecto.
Una persona precisa y concienzuda obsesionada con la honestidad, Fernández de Oviedo murió en Santo Domingo en 1557, atrapado en un archivo cada vez más vasto, y dejó inacabada una obra que no se imprimió por completo hasta el siglo XIX. “Entonces, ¿cuál es la lógica de la estructura interna de la Historia General?”, preguntaron los editores del libro. «Aunque creemos que esto no es tan confuso como sugieren algunos críticos, tampoco es una pregunta difícil de responder. entre geografía e historiaLa obra maestra de Oviedo parece escapar a cualquier intento de organización sistemática, pero no está del todo vacía de significado, ya que el autor logra su objetivo de mantener siempre al lector en su lugar.
Chiles y naufragios
El lector que se adentra en esta crónica en el momento justo no tiene idea de los milagrosos tesoros que le aguardan. Si el Capítulo 1 se trata en orden cronológico lLa exploración de Colón, el descubrimiento de La Española y el establecimiento de las primeras instituciones coloniales.La obra se lanza luego a una fascinante descripción de las costumbres nativas, sus rituales y cantos, y finalmente se detiene donde más satisface al cronista: una catalogación más entusiasta que sistemática de especies vegetales y animales.
Maní, maíz, calabazas, batatas, pimientos, piñas, plantas de algodón y tabaco. Por primera vez desfilaron ante la mirada fascinada del europeo del siglo XVI. También están los engañosos manatíes, peces voladores, alcatraces gigantes, tiburones mako, iguanas y tortugas marinas antes mencionados.
El final del libro es inesperado y revela una serie de «desgracias y naufragios». Naufragios asombrosos, como doce marineros en un barco sobreviviendo doce días sin comida ni agua a bordo. Naufragios milagrosos como el de la carabela de Taveras, mediante la intervención milagrosa directa de la Virgen María. En resumen, el hermoso naufragio es, como la primera Crónica india, un testimonio crudo de la inacabada e imposible conquista de América.